Parte 7

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— Ninguno de mis padres aceptaban que se les acercara. — Dijo Harry sonriente al ver como Hedwig volaba al rededor de Draco y se colocaba en su hombro, para luego frotar su pequeña cabecita con la del rubio, así, despeinándolo un poco. — Se volverían locos si te conocieran. Pero bueno, ellos nunca aceptan nada.

— ¿Crees que ellos me aceptarían? — Harry rió.

— Tienes suerte de no conocerlos — A Harry se le ocurrió una idea — Pensándolo bien, y ahora que lo mencionas, tienes que conocerlos. De hecho, ya que estamos... casados, es necesario que los conozcas. Vayamos ahora mismo. — Dijo dándose la vuelta y señalándole con la mano.

— Que fantástica idea, ¿Dónde están sepultados?

— Bueno...

— ¿Qué? ¿Qué pasa?

— Pues es que no están aquí. — Dijo tocándose el cuello.

— ¿Y dónde están? — Dijo Draco mirándolo. Harry señaló para arriba demostrándole así qué estaban vivos. — Ahh, no están muertos.

— Me temo que no.

— Ese es un problema. — Dijo Draco mirando el cielo, cuando Hedwig ululó un par de veces. — ¿Qué dices? Ay no, eso es imposible, pero bueno... viéndolo así...

— ¿Qué? — Preguntó Harry intrigado.

— El anciano Slughorn — Dijo Draco tenebrosamente.

~ • ~

Se encontraban subiendo unas escaleras para llegar donde el anciano.

Mientras tanto, Draco llamaba al hombre.

En un descuido, Harry tiro una pequeña montaña de libros, lo que alertó a los cuervos y empezar a volar por todas partes.

Se vió una mano esquelética agarrar el faro de luz que se movía y Harry soltó un suspiro de impresión. El hombre toció.

— Oh, ahí está — Dijo Draco sonriendo.

— ¿Querido, dónde iba a estar? — Draco levantó los hombro y los volvió a bajar.

— Él, es mi esposo,... — Lo miró Draco, no sabía su nombre en todo ese tiempo. Harry lo miró.

— Harry... — Contestó el mismo. Draco asintió algo avergonzado.

— ¿Qué dices? ¿Tu esposo? — Dijo extrañado el anciano, mientras se rascaba el cráneo.

— ¡Es un placer conocerlo! — Dijo Harry fuertemente para que escuchara.

— Necesitamos ir arriba, — Señaló el cielo — A la tierra de los vivos.

— ¿A la tierra de los vivos? — El anciano comenzó a bajar unas escaleras de donde estaba. — No es tan fácil.

— Por favor, anciano Slughorn.

— ¿Y para que quieren ir arriba? Si la gente de allí se muere por venir aquí.

— Se lo suplico, significa mucho para mí — Dijo Harry y recibió una sonrisa de Draco. — Nosotros.

— No lo sé... Es que eso no es algo normal. — Dijo ya frente a ellos, rascándose el cráneo nuevamente.

El cadáver del novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora