Parte 4

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Harry se encontraba en el puente que conectaba el bosque con la ciudad, admirando una flor algo decepcionado y avergonzado. Suspiró.

— Ay, Ginevra debe creer que soy un tonto. Ya no puede pasar nada peor. — Dijo guardando la bella flor en el bolsillo de su saco.

— ¡Atención! ¡Atención! ¡Ensayo arruinado, el chico Potter ocasiona todo un caos! ¡Quizás lancen por la borda al futuro esposo! ¡Los Weasley en llamas por el desastre que causó Potter en el fallido ensayo! — Harry suspiró y caminó hacia el bosque.

— No debe ser tan difícil — Dijo Harry mirándose las manos. — Son solo unas simples palabras. — Dejó de caminar — Con esta mano yo tomaré tu vino. No. — Suspiró, así no era. Siguió adentrándose en el bosque por un buen rato. — Con esta mano, anhelare tus... — Se tocó la frente — oh cielos, no.

Siguió caminando.

— Con esta... Con esta... Con esta vela, yo... yo... — Se paró frente a un árbol lleno de cuervos. Suspiró — prenderé fuego a tu madre. — Se golpeó la frente y luego se sentó tristemente sobre un gran tronco en el suelo. Volvió a suspirar. — No tiene caso. — Sacó del bolsillo de su saco la flor casi marchita junto con el anillo de bodas. Olió la flor y luego se levantó. — Con esta mano — Levantó la mano derecha en la que tenía el anillo. — yo sostendré tus anhelos, tu copa nunca estará vacía — bajo la mano derecha y la puso detrás suyo, levantó la izquierda haciendo un movimiento de como si tuviera una copa en ella. — porque yo seré tu vino — bajo la izquierda y con la derecha tiró el anillo al aire, volviéndolo a atrapar. Miró una gran rama — ¡Ah! Señora Weasley, que linda luce esta noche. — Dijo agarrando una de sus ramitas como si fuera un brazo, luego miró hacia un gran tronco. — ¿Perdón, Señor Weasley? ¿Qué lo llame padre? Como usted diga, señor. — Luego golpeó el tronco en forma cariñosa y se fue. Rompió una rama pequeña e hizo como si la encendiera. — Con esta vela, alumbraré tu camino en la oscuridad, y con este anillo — volvió a agarrar el anillo de su saco. — te pido que seas mi esposa. — Dijo poniendo el anillo en la que se creía una rama en el suelo. Aquella rama, extrañamente tenía una forma de mano. — Se sentía orgulloso de sí mismo al decir perfectamente los votos.

Se sorprendió al sentir el viento fuerte y escuchar a los cuervos graznar y que lo estén mirando. El distraído se asustó mucho cuando aquella "rama" a la que le colocó el anillo, lo agarró de la muñeca y lo tiró al suelo, queriendo llevarlo aún más abajo.

Harry tiró fuertemente para sí y logró sacar el brazo, pero aquella "rama" lo seguía sujetando fuertemente y seguía tirando para abajo.

El pelinegro tiró fuertemente hasta lograr sacar la "rama" de donde estaba y cayó a un metro de ahí. Se asustó al darse cuenta que eran huesos, una mano exactamente, que lo sujetaba. Sacudió su brazo para librarse y lo logró, se sintió aliviado, pero luego el suelo, de donde sacó el brazo aquel, comenzaba a moverse y hacer ruido. Se asustó aún más al ver una figura saliendo de él.

No corrió, en cambio se le quedó viendo a aquel hombre. Le parecía guapo, era un rubio, su pelo le llegaba por debajo del pecho, ojos plata y estaba vestido formalmente, como si fuera a una boda, o estuviera por casarse, llevaba un pantalón de vestir, una camisa blanca arremangada y un chaleco negro, parecía perfectamente vivo, exceptuando por su brazo que eran solo huesos.

— Acepto. — Dijo aquel sujeto con una aterciopelada voz.

Harry se levantó del suelo y comenzó a caminar para atrás, no lo podía creer, luego se dió vuelta y corrió.

El rubio se agachó para agarrar su brazo y luego se lo colocó. Comenzó a seguir a Harry, quien en un descuido cayó al suelo y ahora se arrastraba, luego se levantó y siguió corriendo, pero en otro descuido, se golpeó contra un árbol, luego se dió la vuelta, tapándose un ojo y trataba de enfocar, puso ver al chico, se dió la vuelta para correr, pero se golpeó contra otro árbol.

Miró de nuevo al rubio y se puso a correr nuevamente. Casi se detiene en un río congelado, ya que resbalaba, pero logró cruzarlos, viendo como el chico lo seguía tranquilamente y que el viento mecía su cabello rubio. Corrió hasta llegar al puente que conectaba con el pueblo, pero unos cuervos lo seguían. Detuvo su andar, viendo para todos lados, pero no encontró a aquel chico, caminó hacia atrás y siguió mirando para todos lados, sin encontrar nada, cuando se dió la vuelta, allí se encontraba él. Harry retrocedió unos pasos, hasta dar con el borde del puente, el rubio se acercó a él.

— Ya puedes besar al novio — Dijo nuevamente con esa voz aterciopelada. Lo agarró de las mejillas a Harry y lo besó, así llevándolo al submundo.

— • —

Harry abrió los ojos.

— Llegó uno nuevo. — dijo un esqueleto bien vestido, algo emocionado.

— Perdió el conocimiento. — Dijo el mismo rubio de antes, algo preocupado, se llevó un cabello rubio detrás de su oreja. Se acercó al moreno y este por inercia se alejó, el rubio le extendió la mano, pero Harry estaba algo asustado, aún así la tomó. — Por favor déjenle algo de espacio. — Le pidió el chico a la gente de su alrededor. Todos se dispersaron un poco. Aunque todos brindaron.

— ¡Por los esposos! — Dijo alguien y todos brindaron.

— ¿Esposos? — Preguntó Harry confundido.

— En el bosque dijiste los votos a la perfección — Dijo algo tímido el rubio mostrándole la mano derecha.

— Mierda — Susurró Harry

— Yo me haré cargo de su banquete de bodas — Dijo una cabeza.

Harry se asustó y agarró a un enano a quién le atravesaba una espada.

— Quiero preguntas, y las quiero ahora. — dijo Harry

— Creo que lo que quiere son respuestas — Dijo el enano.

— Exacto, respuestas. — Dijo mirando a su alrededor. — ¿Qué sucede aquí? ¿Dónde estoy? ¿Quién eres? — Dijo ahora mirando al rubio.

— Pues... Es una larga historia — Dijo el rubio serio, mirando a sus ojos verdes.

— Y vaya que historia, señores — Dijo una voz de fondo. — Un trágico relato de amor, — Dijo el esqueleto. — pasión, y dramática muerte.

— Esto se pondrá bueno — Dijo el enano. Asustado, Harry lo soltó.

El cadáver del novioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora