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— ¡Bien, hagan una fila para poder ingresar de forma ordenada al autobús, no quiero peleas ni escandalo!

— ¿Podemos sentarnos donde queramos?

Emily dejo de prestar atención a su alrededor a favor de mirar a Ana, quien la observaba de brazos cruzados desde lejos, abrazo la almohada en sus brazos con más fuerza, sus ojos aun le escocían y tenían ligeras marcas rojizas en el contorno debido al llanto que soltó una vez que comprendió el peso de la situación, se iría y Ana no estaría con ella.

Pero podría hacer nuevos amigos, ¿cierto? Ella no era buena haciendo nuevos amigos.

Pero, ¿qué tal si le tocaba irse a una casa con una familia? Tal vez si les demostraba que era buena podrían adoptarla, ¡Incluso podría ir a la escuela!

Pero, ¿y si esa familia era mala? Como esa que se había llevado a Anthony un mes y lo regresaron muy golpeado.

Intento rogarle que fuese con ella pero la pelinegra solo había negado con la cabeza en respuesta, apretando sus labios con tanta fuerza que se habían tornado de un color blancuzco.

"Pero estuviste muy emocionada antes, ¿no?" le había preguntado.

Emily asintió pero aun así sus ojos le habían comenzado a picar. "Sí, pero es que no me acordé que no irías conmigo." le susurró en respuesta.

Esas palabras, ese tono logro hacer a Ana dudar por unos segundos, mordisqueando su labio inferior en concentración mientras los engranajes en su cabeza chirriaban en el proceso de buscar la respuesta más adecuada, porque si no lo hacía, oh dios, sería la perdición para su precaria estabilidad emocional, ella sabía lo que se vendría, claro que sí, Ana conocía perfectamente a su mocosa, haría una rabieta silenciosa (porque Emily tenía el descaro de decir que le daba pena que la viesen hacer un escándalo) con muchas lágrimas gordas cayendo de sus ojos y rodando por sus regordetas mejillas teñidas de rosa, miraría a Ana como si fuese un cachorro pateado, expresando la tristeza más pura con sus grandes ojos y Ana cedería, porque ni el mismísimo Satanás podría negarse a ese rostro de bebé angelical, encontraría la manera de subirse a ese autobús, sin importarle el tener que irse dentro de una maleta doblada en la posición más incómoda.

No.

Terminó desviando la mirada con una mueca, eran tan pobres que ni siquiera había una maleta donde pudiera colarse, aun así paseo la mirada por el lugar en busca de una.

Solo por si acaso.

"¿Recuerdas lo que hablamos poco antes de que nos trajeran aquí?"

Emily asintió pasando sus dedos con brusquedad por encima de sus ojos para apartar las lágrimas que dificultaban su visión. "Sí, me dijiste que los ruidos raros que venían del armario en el pasillo era un monstro y que no debía abrirla porque si no me llevaría."

Ana bufo, sus mejillas se tiñeron rosa. "Eso no Emily, lo otro que hablamos."

La menor volvió a asentir. "Sí, me dijiste que al monstro le gustaban los niños que comen pudín de chocolate y que tenía que dártelos para que no me llevara."

Ana hizo una mueca, Dios, iría al infierno.

"Me refiero, a la vez que te dije que siempre estaríamos juntas, no importa qué, te prometí que siempre regresaría, te juro que cuando pueda, te voy a buscar y ya nadie nos va a separar. Pero tienes que ser fuerte y muy valiente para mi esta vez porque no puedes quedarte y yo tampoco puedo ir contigo, ¿de acuerdo?" preguntó, olfateando y parpadeando varias veces para eliminar cualquier rastro de agua de su ojos.

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⏰ Última actualización: Apr 13, 2021 ⏰

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