Su mamá lo había despertado para que fuera a la tienda por cosas que le faltaban para la comida. Aún algo confundido por el sueño Omar se levantó tomando el dinero y salió de la casa. Hace años que no sabía nada de Ángela. Años evitando buscarla, evitando escribir su nombre en el buscador de Facebook e Instagram; para no ver su sonrisa en las fotos, para no saber qué es lo que había hecho de su vida después de salir de la prepa.
Tanto tiempo sin saber de ella para encontrársela en sus sueños. Fue más uno de esos recuerdos que se volvió sueño. Una foto de las alas que estaban en Reforma la trajo a sus recuerdos y a su inconsciente. Los recuerdos de una plática en el transporte mezclados con ella riéndose en la estación de trenes cuando dejaban pasar uno tras otro, mientras ella hablaba y él miraba sus labios pensando en cómo sabrían o si se sentirían tan suaves como se veían.
Omar se detuvo antes de cruzar la calle, realmente no estaba viendo por dónde iba y necesitaba estar atento, ir soñando despierto en las calles de la Ciudad de México no era la mejor de las ideas. Se palmeó un par de veces las mejillas para ponerse alerta y buscó la tienda que estaba cruzando el parque. Usualmente el parque estaba lleno de niños en los juegos y los padres en las bancas pero hoy hubo un evento de danza, había mucha gente frente a la tarima que fungía como escenario.
Velos de colores y cinturones con moneditas se veían cruzando el escenario haciendo formas borrosas mientras los cuerpos de las bailarinas trazaban figuras con sus brazos y piernas. Justo estaba pasando por el parque cuando el grupo en el escenario terminaba su coreografía y pudo ver, oculto bajo la sombra de un árbol a la chica con la que había estado soñando esa misma tarde: Ángela.
Decirle "chica" ya no era lo apropiado, Ángela se había convertido en una mujer de rasgos interesantes: Los ojos ya no se veían tan inocentes, todo ese Kajal negro, hacía que sus ojos color miel se vieran más claros aún, más grandes, enigmáticos. Su nariz seguía siendo pequeña y sus labios se veían más carnosos con ese color rojo quemado. Su cascada de cabello marrón lucía algo despeinada por los movimientos de su danza y definitivamente ya no tenía el cuerpo de una tierna adolescente, la cintura era pequeña y bien formada. Sus senos y su trasero se veían firmes, sus brazos y piernas lucían delicados y sugerentes con el vestuario que llevaba puesto.
Empezaron un nuevo número donde Ángela bailaba sola. Del cinturón de su vestuario sacó unos platitos de metal que puso entre sus dedos y empezó a mover la cadera mientras hacía que los platitos tintinearan. Su baile hacía que recorriera todo el escenario moviendo la cadera, moviendo su pecho, ondeando los brazos y agitando su cabello. Omar no pudo quitarle los ojos de encima mientras veía el último número donde Ángela bailó con todas sus compañeras, terminaron en una figura digna de una postal, agradecieron al público con una reverencia y bajaron del escenario.
Mientras subía otro grupo para darle continuidad al evento, Omar se fue acercando hacia donde estaba Ángela. La vio rodeada de sus compañeras, parada junto a su maestra, quien les daba indicaciones a todas sobre su actuación en escena. A la distancia que se encontraba, pudo ver que dos chicos se acercaron al grupo, uno de ellos abrazó a la maestra y el otro fue directamente hacia Ángela con un ramo de rosas, le dio un breve beso en los labios y ella le quitó amorosamente el labial que se le había pegado con el beso.
Si había algo para lo que Omar no estaba preparado era para el ramalazo de profundos celos que sintió en las tripas. Se quedó congelado un momento mientras intentaba entender de dónde venía ese sentimiento y observaba cómo el tipo ese rodeaba la cintura de Ángela con su brazo. Para la suerte de su lado mezquino, se tuvieron que separar porque las bailarinas empezaron juntarse para tomarse fotos y fue en ese momento en que Omar decidió hacerse ver. Sacó su teléfono de la bolsa de su pantalón, ignoró las llamadas perdidas de su mamá y se acercó a tomar una foto.
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Mientras para de llover
RomanceHay historias de amor que no tienen un final feliz, algunas se quedan en el tintero, esperando que algo suceda para seguir escribiéndose.