Caminar por los pasillos de este castillo se está haciendo un poco incómodo,
el príncipe a mi lado no habla, quiero hacerle preguntas, una de ellas es la hermosa cicatriz que pasa por su rostro; quiero preguntarle, pero creo que sería una imprudencia de mi parte.
Giro mi rostro para no preguntarle cómo me conozco, la pregunta saldrá antes de que la piense.
Veo puros cuadros casi me río por lo divertida que se ve la monarquía en el lienzo toda estirada y con cara de estreñimiento.
— Veo que le divierte el panorama — giro a su dirección, él no sonríe, aunque su comentario sonó a burla.
— No es que vea mucha más que un montón de ególatras mal peinados— una pequeña risa sale él haciendo que lo vea asombrada.
—¿Qué?— pregunta volviendo a su postura formal.
— Su risa es muy bella— se me sale, un pequeño sonrojo aparece en sus mejillas.
—Bueno— se aclara la garganta— al parecer usted no ha visto a muchas personas reír señorita— niego con mi cabeza
— Imposible, jamás he visto una risa igual de hermosa — digo— usted querido príncipe tiene una risa linda, así que no hay nadie que diga lo contrario— le doy la espalda para que corte cualquier palabra que me diría.
Caminamos por ese largo pasillo hasta que nos detenemos en unas puertas grandes, el caballero a mi lado tocó la puerta, no esperamos mucho hasta que nos abrieron la puerta.
Sabía que la realeza era unida, pero no tanto como para que estén todos en los aposentos de la reina.
—¡Y está bruja que hace aquí!— exclama uno de los princesos, no sé cuál es, me estresa la realeza. Los demás estaban en silencio y creo que de verdad se está muriendo la reina si no ya me hubiera echado de sus aposentos.
— Yo la mandé a llamar— dice el rey, al parecer eso no le gusto al princeso lo noté por su rostro, y yo que le hice para que me mire así— ella les advirtió que esto pasaría, pero prefirieron ignorarla y peor aún no ponerme al tanto de la situación si no fuera por su hermana su madre moriría— debo decir que me sorprende escuchar al rey tan enojado según entendía se dejaba llevar por lo que su esposa e hijos le decían, pero al parecer que si de la salud de la reina se habla nuestro soberano se comporta como lo que es.
— Quién nos asegura que no fue ella la que envenenó a nuestra madre — me acusa— todo esto no pasaría si la hubieran matado ya— señala a mi dirección, vaya que este muchacho me odia.
— Primero no tengo razón para envenenarlos y si no me equivoco ustedes tienen síntomas desde antes de que yo llegara, así que a mí no me pueden culpar de algo que no hice— enumeró con mis manos — segundo querido princeso no puede condenarse por las decisiones de otros yo solo ayude a una mujer que no quería llevar el fruto de una atrocidad — me estaba enojando ya me estoy cansando de la actitud de alguien que cree más solo porque es de la realeza.
— Déjenla, ella ayudará a mamá— me defiende el princeso Leonardo, eso al parecer no solo me sorprende a mí, veo como su hermano lo mira enojado
— Ya que tengo el voto de la duda, los ayudaré, pero necesito que traigan algunas cosas de mi casa—
— Mandaré a Rodrigo y Alonso — comienza— ellos son los que te trajeron— asiento
— Claro, dejaré que el bueno y el malo entren a mi casa, pues no, solamente confío en uno de ellos y no sé cuál es cuál — no dejaré que asusten a mi pobre Rupertita, ella es muy intuitiva.
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Bruja
LobisomemPorque no todo es lo que párese. Porque una Bruja puede ser la protagonista pero nadie sabe si está protagonista es la verdadera villana de la historia o la verdadera víctima de todos . La portada me la hizo Eliana Escobar te agradezco mucho tu apoy...