Obsession [ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ]

🐰Capítulo 03🐰

Hace un mes.

Era un día muy solado. Se notaba que estábamos en verano. En el cielo no se veían muchas nubes, la atmósfera se sentía demasiado calurosa, obligando a las personas a llevar ropas más cómodas y menos "rescatadas". La multitud transitaban con tranquilidad ante el fuerte sol y entre ellas, se encontraba un muchacho caminando desganado con una gran nube gris encima de su cabeza, ajeno a la gran circulación de gente alrededor suyo. Enfocándose solamente en su mundo.

Estaba triste.

Hace minutos atrás, había confirmado algo que lo dejó destrozado.

La chica que le gustaba tenía novio. Y no cualquier novio, su novio era el mismísimo min yoongi, uno de los mejores jugadores de baloncesto de toda la ciudad. Quien tenía a chicas y chicos rogando por su atención. Fue demasiado doloroso para el pelinegro llegar con una sonrisa a la cafetería, dispuesto en un domingo por la noche—donde le tocaba turno a jieun y no a su padre o hermana— a invitarla a salir para luego finalmente declararle sus sentimientos.

Pero vaya sorpresa se llevó, al encontrar la escena de un yoongi sin camisa sobre una jieun recostada en la mesa. Besándose apasionadamente como si no existiera un mañana.

Esa escena sí que le dolió.

Estaban tan entregados a ellos mismos que no se dieron cuenta de la persona con ojos llorosos y el corazón roto que salió rápido huyendo de ahí.

Pero joder, ¿en serio él tan siquiera pensó que una mujer de casi veinte años como jieun se fijaría en alguien como el?

¡Era tan solo un niño!

No.

Ella lo veía y lo consideraba como un niño. Y eso...eso, le dolía mil veces más.

Con todos aquellos pensamientos grises dominando la nube de su mente. Continuó caminando con pasos lentos limpiándose las lágrimas, hasta que sintió como si alguien lo observará. Su corazón rápidamente se aceleró al tener miedo, más no se detuvo. Siguió su rumbo con normalidad bajando la mirada hasta el suelo en donde se veía una pequeña sombra, confirmando lo que sospechaba el muchacho desde que había salido de la cafetería.

Alguien lo estaba siguiendo.

Tragó saliva con dureza sintiendo su corazón acelerarse y su cerebro emitir aquella señal de "alerta". Movió sus pies sin detenerse, dobló a la derecha con rapidez tratando de perder a quien sea que le seguía mirando de reojo con las manos sudadas dentro de su abrigo. ¿Quién podría estarle siguiendo? Ese barrio no era propenso a tener ladrones o secuestradores. Era un barrio muy seguro y tranquilo, razón por la cual su padre había construido ahí la cafetería y no por su casa. Tenía miedo y la ansiedad no le ayudaba para nada.

La sombra cada vez se acercaba más apresurando sus pasos. Su corazón iba en ese momento a mil por horas, sus pies no se detenían y el sentia que se estaba asfixiando. «Por favor no, por favor no» rogaba en su interior, esperando que todo esto fuese una mala broma. Y como si el cielo lo hubiera escuchando en ese momento, lo vió. Un hombre vestido elegantemente de la marca "Gucci" pasó por su lado, dejando en el aire el olor de su colonia, el cual se adentró por sus fosas nasales sin permiso alguno. Era un olor tan agradable pero a la misma vez tan indescifrable para el pelinegro, que se quedó atontado por unos segundos.