Obsession [ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ]

🐰Capítulo 01🐰

Un mes antes.

Estaba loco.

Era lo que mas me definía en estos momentos, porque ¿Cómo es que me atreví a hacer esto? ¿Cómo es que tuve ese deseo tan repentino de saber de ese chico al instante? No lo sé. Pero estaba mal y lo peor de todo, es que no me importaba en lo más mínimo.

Justo en ese momento que veía una foto de él sonriendo, no me importaba. Mis ojos jamás habían visto una piel tan bonita como la de él, ¿Acaso era real? Porque cuando conectamos nuestros ojos por primera vez pensé que era un ángel.

Tan puro e inocente al igual que uno.

—¡Maldición!—maldigo por lo bajo, leyendo por sexta vez toda la información que recopilé de él y su familia.

Su nombre es Jeon Junglook. Tiene 16 años y dentro de poco cumpliría sus 17. Le gustan los deportes, el arte y tocar algunos instrumentos. Su madre murió cuando recién lo había dado a luz y demonios, si ese fue el precio a pagar para que él estuviera en este mundo, no me importaba que murieran miles y miles de personas.

Él valía la pena.

Tiene una hermana mayor llamada Jia. Su padre es el dueño de la cafetería que visito y según había estado vigilando durante dos semanas, Jungkook trabajaba ahí dos días a la semana: martes y jueves.

Me sentía como un acosador, pero la verdad es que no podía parar. Tenía una extraña necesidad dentro de mí que quería saber mucho más sobre él. Sobre aquel adolescente que le trajo color a mi vida oscura y gris, convirtiéndola en un azul brillante como el mismísimo cielo, y el mismísimo mar.

Porque joder, todo en él gritaba inocencia y pureza.

—Lo quisiera para mí.—susurré observando sus labios, ahora mirando una de las tantas fotos que tenía de él guardada en mi laptop.

Cerré la laptop y agarré una carpeta color blanca, que yacía al lado de toda su información. En esta carpeta, sobresalía el nombre de una escuela junto a un currículum algo arrugado, que tenía mi nombre y todo mi trabajo realizado hasta el día de hoy, escrito.

Sonreí.

—Y lo tendré para mí.

  🐰ᴏ ʙ s ᴇ s s ɪ ᴏ ɴ🐰

[Presente]

—No puedo creer que este sea mi último año en esta escuela. —murmuró por lo bajo con nostalgia, al ver a los estudiantes entrar con prisa a la escuela.

—Y yo no puedo creer que logré pasar a último año.— le responde su mejor amigo Jimin, riéndose.

El pelinegro sonríe mirando a su amigo.