Obsession [ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ]

🐰 Capitulo 09🐰

Hace un mes atrás.

Estaba mal. Kim taehyung sabía que vigilar a jungkook desde su computador gracias a una pequeña cámara que colocó en su habitación estaba mal. Pero… ¿Acaso lo prohibido no era más excitante? Porque el sentía como si estuviese hipnotizado desde que abrió su computadora y vio a el pelinegro en su habitación quitándose la ropa.

Su piel no era tan blanca como aparentaba: estaba un poco bronceada. Su abdomen era plano como cualquier otro, pero a taehyung le parecía el abdomen más lindo que había visto en toda su vida. Su cintura estaba tan pequeña ,que se imaginó miles de veces en su cabeza, lo perfecto que encajaría en sus manos y oh, sus muslos... Oh, mierda. Sus muslos...

Taehyung soltó un suspiro al ver que el muchacho se quitaba sus vaqueros quedándose solo en boxers. Se movió por toda su habitación buscando algo y puso un poco de música de su computador, sonriendo en el proceso. Ahí taehyung se congeló.

Jungkook empezó a mover sus caderas al ritmo de la música puesta que era nada más y nada menos que the weekend. Una canción con connotación completamente sexual. Sus músculos se contraían cada vez que hacía un paso algo fuerte pero a la vez sutiles, los músculos de sus piernas se tensaban y para Kim taehyung ver aquello era como una tortura.

Pero le gustaba.

Tanto le gustaba que desabrochó los botones de su pantalón y metió la mano derecha dentro de sus boxers.

"Y si, se acarició viendo a Jeon jungkook bailar "inocentemente" una canción que le gustaba".

"Y si, se corrió viendo a Jeon jungkook con su sonrisa brillante cantando esa canción, porque después de todo el estaba enfermo, enfermo de amor".

Y Jeon jungkook, quién estaba ahí sonriendo y bailando una canción, aparte de ser su cura era su perdición.

🐰🐰🐰

[P r e s e n t e]

No sabía lo que hacía.

Se encontraba en el estudio vante el estudio profesional del fotógrafo Kim taehyung. En este estudio habían tantas cosas por descubrir que jungkook quedó algo concentrado al entorno. El lugar desprendía su perfume olor a vainilla, en donde se podía sentir una vibra algo oscura pero que extrañamente te hacía sentir bastante bien y tranquilo como si estuvieses en casa.

El pelinegro se distraía de vez en cuando, admirando algunos de sus trabajos que estaban colgando en cuadros estéticos en la pared, los cuales se veían bastantes profesionales por lo que se impresionó aún más gracias a las fotos que él había hecho. Sus fotos eran tan increíbles que eran como si pudieran hablar y expresar toda la tristeza a través de ellas. Esos sentimientos negativos. Ese torbellino de nubes grises que rodeaban tu mente, lo podías visualizar ahí, presentes en sus retratos.