Luego de haber estado en aquella situación corta, pero incómoda en mi casa, subo al auto, donde me esperaba Damián, el profesor de música, quién, cuando me vio con una notoria tristeza en el rostro, me observó y tomó mi mano.
— ¿Te hicieron algo tus padres?— Al oír la voz grave del contraria, giro mi cabeza en su dirección y le sonrío con ternura, para poderle responder con tranquilidad.
— Nada de gravedad, simplemente me empezaron a gritar cuando llegué, por suerte estaban dos policías conmigo, sino, cualquier cosa podría haber ocurrido... Ya sabes.— Dije, restándole algo de importancia para que se pudiera quedar tranquilo.
— Comprendo, espero poder darte algo mejor que ello, lo que te mereces, no me gusta ver a los jóvenes sufrir por sus padres.— Aquellas palabras dichas por el contrario llenaron mí pecho en grande con dulzura, y sin poder evitarlo, me acerco a él para darle un fuerte abrazo.
— Con todo lo que haces me siento increíble, ya lo estás haciendo perfecto, así que no te preocupes por eso.— El mayor, al notar cómo rodeaba su cuello en un abrazo, rodeó con cuidado mí espalda, uniéndonos más nuestros cuerpos.
— No sabes lo que me alegra oír estas palabras, Beka, prometo hacer todo lo posible por ti.— Me separo de él con una gran sonrisa en el rostro, la cual, fue correspondida por el pelinegro y removió con cariño mi cabello. — Ahora iremos a casa, te la mostraré, para luego presentarte a alguien especial y luego comeremos pizza mientras miramos la película que tú quieras ¿Qué te parece? —
Rápidamente asentí con emoción y dije: — Me encanta esa idea, no tengas dudas de que lo disfrutaré.— Le guiñe un ojo y arrancamos el viaje en dirección a su casa.
Para sorpresa mía, teníamos demasiadas cosas en común, tanto en música, libros, gustos, películas, entre otras cosas, y eso me encantaba, ya que, con él podía mantener una charla fluida, y de diversos temas sin ser juzgada, a diferencia de los que se hacían llamar mis padres, y era algo que disfrutaba mucho, no lo iba a negar. Además, había descubierto que el profesor tenía una gran habilidad para cantar , y tocar ciertos instrumentos, cosa que me parecía genial.
El viaje fue algo largo, pero no era para exagerar, a su vez, iba entretenida con el profesor, quién amablemente me había acogido en su casa.
Al llegar, él me ayuda a bajar mis cosas y nos adentramos a su casa, mientras él lleva una de mis mochila, él me hace una señal para que lo siga, y así hago, sigo su paso con una sonrisa, entrando a una habitación que parecía haber sido ordenada hace poco, y tenía algunas cosas de adolescente, y mi curiosidad era mayor, así que hacía un recorrido por aquel lugar, que era acogedor y cálido, hasta que llegué a una mesita, donde se encontraba una foto de un adolescente con unos adultos, tomándola entre mis manos para verla más de cerca.
— Ese era yo junto a mis padres hace unos años, eran mí mayor apoyo, está habitación me pertenecía, y pensé que podría llegar a gustarte. Puedes modificar lo que desees.—
Sonreí y apoyé mi cabeza ligeramente en su pecho, y seguí viendo la imagen acariciándola con el pulgar.
— No has cambiado mucho, la diferencia es que estás viejo y con canas.- Bromee soltando una pequeña risa, cosa que él acompañó. —Eras adorable, igual que tus padres ¿Puedo saber qué ocurrió con ellos? — Hablé con curiosidad, tratando de no cagarla.
— En eso te daré la razón, estoy más viejo.- Siguió mí broma con una sonrisa, y al oír mi pregunta, aquella iluminadora sonrisa, cambió a una triste. — Hace aproximadamente tres años, ellos fallecieron en un accidente automovilístico.—
Con cuidado dejé la imagen en su lugar y me acerque a abrazarlo. —Lo siento tanto... Seguro que, donde sea que estén, estarán muy orgullosos de ti, estoy seguro.—
Aseguré y alcé mi vista a él al sentir sus caricias en mi cabeza. —Eso espero. Ven, sigamos el recorrido ¿Sí?—
Asentí con la cabeza, y empecé a seguirlo mientras él me iba nombrando las habitaciones, y me iba explicando algunas cosas del hogar, hasta que llegamos a una habitación en especial, y él tocó la puerta, pidiendo permiso, donde, al entrar, vi a un hombre que se giró a nosotros, para luego sonreírnos y acercarse.
—Beka, te presento a Lucas, mí... Esposo.—
El muchacho que en aquel momento me parecía desconocido, beso con cariño a Damián y luego me miró a mí, mientras ponía su mano izquierda en la cintura de la pareja, y extendía su diestra a mí con una sonrisa.
— Es un placer conocer al fin a la alocada Beka, como dijo Damián, soy Lucas, acepté ayudarte con tu caso, soy policía y abogado.—
Dijo con seguridad en su voz, y amabilidad, causando que yo estreche mi mano con la suya con una gran sonrisa.
— Es todo un placer conocer al señorito que trae loco al profesor.— Sonreí con un tono bromista en mí hablar y los mayores rieron de aquel comentario estúpido que había hecho.
Habíamos pasado varios minutos charlando hasta que decidimos bajar a comer y mirar una película que había sido seleccionado yo, siendo del mismo gusto entre Lucas y yo, pues, era una de terror, cosa que no le gustó mucho a Damián. En un principio, ambos no se animaban a darse mucho cariño conmigo allí presente, por la razón de que, creían que me iban a molestar o hacerme sentir incómoda, cosa que no era así, y de a poco fueron soltándose, causando que ambos terminarán abrazados entre mimos y algún que otro comentario bonito, cosa que me enternece.
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HOLA HERMOSURAS, ESPERO QUE LES ESTE GUSTANDO LA HISTORIA, ESTOY ESCRIBIENDO CUATRO HISTORIAS MÁS QUE AÚN NO ESTÁN PUBLICADAS, PERO PRONTO SERÁ ASÍ Y ME HACEN ILUSIÓN, Y UNA DE ESAS HISTORIAS SERÍA UN SEGUNDO LIBRO DE ESTA HISTORIA 🖤✨
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Amor Prohibido ✓ (Pronto una versión reescrita)
RomanceBeka, una joven de dieciséis años intentará superar los retos que le propone la vida por amar diferente, donde encontrará apoyo de sus amigos y en personas que no se esperaba, pero, el odio en las personas que deberían amarla, y conocerá al abuso de...