Celos

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Kenma se acurrucó, frotó el rostro sobre el lugar en el que estaba apoyado, y abrió los ojos forzosamente. Todavía estaba oscuro tras la ventana, probablemente era de madrugada. Se incorporó, apoyó la mano sobre su soporte y al tantear un poco más, se dio cuenta de que no era su acolchado donde estaba tocando. - ¿Mm? -murmuró. Levantó la vista, y enseguida una sonrisa ladina le daba los ¿Buenos días?. Kuroo había ido a visitarlo día tras día, luego de caer en cama. Kenma ya se sentía mejor, pero él iba a corroborarlo. Esa noche, luego de tomarle la temperatura como habitualmente hacía, tardó poco en quedarse dormido, apoyando su torso sobre las piernas de Kuroo. El azabache no pudo  hacer más que esperar sentado a que se despierte.

-¿Hasta dónde quiere llevar esa mano? -Kenma se sonrojó y se apartó de él rápidamente.- ¡¿No te alejes como si hubieras visto algo horrible al despertar?!

-¿Qué haces aquí?

-¿No es obvio? Me babeaste todo -señaló con su dedo sus muslos humedecidos. Kenma sólo pudo enrojecer más y más-

-Lo siento, no quería molestarte así. Pero... tú eres el que elige venir siempre...

-Voy a tomarlo como un "gracias" -Kenma asintió mientras dirigía la mirada al suelo. Ambos podían ver la silueta del otro y algún que otro gesto, ya que la oscuridad predominaba en ese momento.- Bueno, será hora de irme.

-¿No es muy tarde?

-No es como si me hubiera preparado para que alguien me babeara por la noche, no tengo donde dormir y ...-mientras Kuroo contestaba, Kenma iba corriéndose y haciendo lugar en la cama, mientras su ceño se fruncía; algo parecía molestarle mucho. -¿Qué estás haciendo? ¿Qué es esa expresión?

-Te dije que en algún momento íbamos a crecer y casi no entraríamos en la cama. -dijo bufando, enojado por tener que dormir más apretado de lo que normalmente le gustaba.

-¿Estás seguro? No quiero que te sientas... ya sabes...

-Acuéstate, no tienes que darle tantas vueltas a todo lo que hagamos, sino poco a poco nos vamos a distanciar. -Kuroo se incorporó en el lugar que Kenma dejó para él. Sí, eran demasiado grandes para entrar en una cama de plaza y media, sobre todo el mayor. Quiso acomodar su brazo debajo de la almohada, pero chocó con la de Kenma; luego intentó recostarse boca arriba, pero dejaba a su compañero muy al borde.- Ajs...ven aquí-suspiró Kenma, agotado por la situación. Agarró el brazo de Kuroo, lo estiró debajo de su propio cuerpo, y se apoyó encima de su hombro- Tienes un buen perfume.

Kuroo estaba helado. No se había movido desde que Kenma tomó su brazo; quería rodearlo y atraerlo aún más a él, pero estaría abusando de su confianza. El corazón le latía como aquella vez, hace dos años, y sabía que se notaba. Kenma soltó una risita. 

-¿Qué pasa?

-¿Acaso no puedo reírme? -elevó su rostro para mirar a Kuroo de frente, y se dieron cuenta lo cerca que estaban el uno del otro. Las ganas que tenía el azabache de besarlo, en ese momento, eran incontables. Tenían eso: creaban ambientes donde ninguno de los dos estaba seguro de que hacer. Kenma no sabía si le gustaba Kuroo o no, pero había algo que le entusiasmaba y le hacía querer ver hasta donde llegar; esa emoción se asimilaba solo con dos cosas: jugar videojuegos o contratacar a Hinata. Kuroo corrió con sus manos aquellos cabellos que le impedían ver lo ojos de Kenma en ese momento, y pensó detenidamente si podía llevar los dedos hasta la mejilla o el mentón, atraerlo a él y besarlo... tal vez, hasta un poco más. Sin embargo, nada pasó. Kenma volvió a bajar el rostro.


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-¡¡Feliz cumpleaños!! -gritaron todos al unísono cuando trajeron el pastel a la mesa donde todo Nekoma (e integrantes de otros equipos amigos) estaban sentados, cenando y bebiendo, festejando el cumpleaños 18 de Tetsurou. 

-¿Está bien que bebamos? Sólo tengo 16. En Rusia no hay problema, pero no sabía que en Japón lo permitían también -le murmuró Lev a Kenma, mientras este último estaba intentando beber cerveza sin asquearse.

-Aquí no está permitido -le contestó- pero este lugar es de un conocido de Kuroo, por eso está cerrado y nos lo permiten. Igual deberías moderar, porque si ya sobrio eres bastante pesado... 

-Oh Kenma, no seas malo -Yaku le rodeó el cuello con el brazo y se le acercó precipitadamente; estaba sonrojado por el alcohol y bastante alegre.- Lev -chan tiene un permitido hoy, ¿Sí?

-Yo nunca se lo negué -llevó nuevamente el vaso de cerveza a su boca, la miró asqueado y suspiró decepcionado. Todavía no le encontraba el buen gusto.

-También es la primera vez que bebo -le comentó Toru- sigue sin agradarme del todo.

-¿Deberían probar sake? -Preguntó Kuroo mientras se acercaba detrás de ambos- ¿Qué dices, Bokuto?

-Tal vez se pongan ebrios muy rápido -le dijo alegre, mientras intentaba acercarse a Alisa, quien mandaba a Akane a rechazarlo por ella.

-¿Ebrios? -sonrió ladino Kuroo, mientras dirigía su mirada a Kenma. Sin embargo, su pequeño compañero estaba ignorando la conversación y seguía luchando contra el sabor de la cerveza que había en su vaso a medio tomar. Se decidió a traer el sake, un chupito para cada uno, excepto para quienes no tomaban habitualmente o eran demasiado jóvenes y susceptibles. Todos se pusieron en ronda, brindaron y bebieron de un trago. Muchos respondieron asqueados.

-Oye, Kenma -Toru lo codeó- ¿Quién es esa chica que esta con Kuroo-san? Es muy linda

-Es un chico -contestó seco. Yamamoto se sonrojó enseguida. Aquél de quién hablaban tenía el cabello rubio, ondulada, cubriéndole apenas los ojos color miel. Era mucho más bajo que Kuroo, y de contextura delgada. Sonreía con una ternura natural, se colocaba el cabello detrás de la oreja de una forma delicada- No te pongas así, es cierto luce hasta adorable. Él jugaba con nosotros al voleibol cuando practicábamos en el barrio. Siempre decía que yo era pésimo, pero nunca siguió jugando para demostrarme que podía ser mejor que yo. -Yaku y Toru lo miraron atónitos, había vuelto el Kozume competitivo.

-Mira, se lo está llevando -Lev se acercó a la charla con este comentario-

-¿Qué harás, Kozume-san? -esta vez era Akane quien preguntaba.

-¿Yo? -Preguntó mientras miraba de reojo la situación- No es como si pudiera hacer algo contra alguien así -llevó el vaso de nuevo a su boca-

-¿De qué hablan ustedes dos? -Preguntó Toru, confundido. Luego de que terminaran de pronunciar esas palabras, se acercó aquél joven del que estaban hablando a la ronda. Por lo visto, habían terminado de hablar entre ellos, ya que Kuroo se volvió a sentar en su lugar de la mesa.

-Kozume-chan, no te había visto. -Kenma asintió a modo de saludo, y el nuevo integrante se sentó a su lado, muy pegado a él- Oh -le tocó el cabello, provocando el desagrado del armador. -¿Todavía no te arreglaste el color? Todo disparejo

-¿Y a ti qué te importa? -preguntó Kenma.

-En nada, pero nadie te verá atractivo si te descuidas tanto -apoyó los codos sobre la mesa y colocó su mentón encima de sus manos. Todos los que lo rodeaban, notaban su natural belleza y delicadeza.- Tienes callos en las manos, así que seguiste jugando al voleibol...

-Creo que mi amigo no tiene muchas ganas de hablar -se interpuso Toru al ver la cara de Kenma cada vez que el recién llegado de hablaba- Debe ser por el alcohol, pero no hay que molestarlo cuando está así -trató de hablarle lo más amable posible.

-Tenía un consejo que pedirle, ya que es el mejor amigo de Kuroo-san, me preguntaba de qué manera podría conquistarlo -Entrecerró los ojos y miró a Kenma desafiante, mientras le sonreía. Kenma tomó lo que le quedaba de cerveza en un par de tragos, y le sonrió de lado.

-Tal vez deberías tener el cabello tan descuidado como yo -le contestó simpático, el alcohol estaba empezando a hacer efecto, y eso podía ser peligroso para sus palabras.- o simplemente, no eres irresistible para todos.

-¿Cuál es tu maldito problema? -Kuroo escuchó esto y miró inmediatamente hacia la esquina de la mesa. Veía a un Kenma tranquilo, pero con una mirada peligrosa dirigida al pequeño rubio, quién estaba cada vez más exasperado. Suspiró y se puso de pie

-Creo que ya es tarde -Dijo, mientras empezaba a juntar algunas cosas que lo rodeaban. Todos se pusieron de pie y lo ayudaron a acomodar. Kuroo tuvo que indicarle a aquél amigo entrometido que debía irse también, ya que insistía en quedarse con él un rato más. Kenma estaba esperando, apoyado contra la pared, a que se vaya de una vez así podía irse a dormir. El alcohol le estaba haciendo doler la cabeza. Después de un poco de convencimiento, se fue. Kenma y Kuroo subieron al cuarto que estaba encima del bar.

-¿Qué es lo que te dijo?

-¿Qué?

-Ajs -se quejó Kenma y se acercó a Kuroo para agarrarlo de la camisa y hacer que se incline hacia su altura- ¿Qué te dijo cuando estuvieron a solas? Me pidió consejos para estar contigo.

-Ah...-Kuroo rascó su cabello y sonrió mientras agarraba la mano de Kenma, la misma que le estaba sujetando la camisa- es que le dije que me gustabas. Por eso no podía salir con él. -Kenma engrandeció sus ojos y luego soltó a Kuroo. Se dio vuelta y se acostó en su futon.- ¿Ya está? ¿No hay nada más que preguntar?

-¿Qué quieres decir?

-¿Acaso no vas a admitir que estabas celoso?

Mírame como a él (Kuroo x Kenma; kuroken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora