Te amo

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-¿No trajiste futon? No sé si tengo alguno guardado.

-Kuro, ¿Por qué traería? Puedo dormir en tu cama...

-Ah, sí, sí -se rascó nervioso el cabello y se sonrojó levemente, desconcertado por lo desacostumbrado que estaba en el asunto. Hacía 15 días que, tras el te quiero de Kenma, él le propuso salir con toda la timidez del mundo. Kenma divagó un poco, pero aceptó. No se podría decir que la relación entre ellos era muy distinta, todavía no le habían contado a nadie del equipo, pero Yaku la lo había codeado y guiñado el ojo, mientras Yamamoto lo felicitaba. Creo que había sido muy evidente desde el principio.

-¿Qué hora es? La película fue infinita. Préstame una remera -en vez de esperar a que le conteste, él mismo rebuscó en los cajones y encontró una que le quedaría enorme. Se sentó en el borde de la cama y estuvo a punto de quitarse la camisa, cuando notó que Kuroo se paraba delante de él y lo miraba sonrojado- ¿Qué? -sonrió ladinamente- ¿Quieres quitármela tú? -Si bien era una pregunta irónica y provocativa, Kuroo le sonrió y se inclinó hacia él, al punto de que la espalda de Kenma se recostó sobre la cama y el cuerpo del azabache se posicionaba encima de él, sentándose a horcajadas y apoyando cada uno de sus brazos estirados al lado del rostro de Kenma. Los ojos del felino se abrieron de la sorpresa, y se pudo escuchar como tragó saliva.

-Kenma -inclinó su rostro hacia el oído del pequeño- no te das una idea de lo provocativo que te ves cuando te sonrojas -pudo notar el calor que expiraba de su rostro. Esto le dio ternura, y aprovechó que estaba por la zona para depositar sistemáticamente besos en el cuello de Kenma, uno en el lóbulo de la oreja, uno en la mejilla, uno en el mentón, y cuando estuvo frente a su rostro, fue el menor el que lo abrazó del cuello y lo atrajo hacia él para besarlo. Al principio, fue un beso corto, pero pronto volvieron a encontrar sus bocas para profundizarlo y detenerse más en cada uno de sus labios, dejando correr algún rastro de saliva en el medio. Kenma también recorrió más que su boca, y le mosdisqueo el mentón mientras le quitaba la corbata del uniforme de preparatoria. Kuroo se sentó, sin apoyar su cuerpo en el sensible cuerpo de su ahora pareja, y se quitó el chaleco y luego la camisa, sin esforzarse por desabrochar los botones. Daba lugar a un cuerpo digno de un jugador de voleibol, un cuerpo que prontamente fue recorrido por las yemas de los dedos de Kenma, haciendo que el azabache se sonrojaba, y a la vez, se pusiera cada vez más y más duro.- ¿Qué voy a hacer si eres tan lindo?

-Puedes..a..-gimió al sentir el miembro de su compañero presionándose contra el suyo- hacerme lo que quieras. -Kuroo enseguida abrió sus agudos ojos, y se impresionó ante esta respuesta, luego pensó: "¿Acaso Kenma no puede también excitarse?"

-Voy a hacer todo lo que tu quieras -
le murmuró y, aún sentado sobre él, empezó a desabrochar uno a uno los botones de la camisa. Esto le daba pena a Kenma, así que se cubrió el rostro con el antebrazo; pero Kuroo no se podía privar de escucharlo ni verlo, así que en ese instante, tomó ambas muñecas de Kenma y las llevó encima de su cabeza, las sostuvo ahí al mismo tiempo que bajaba su boca a uno de los pezones del menor, humedeciéndolos y jugando con ellos mientras los gemidos de Kenma lo obligaban a presionar ambos cuerpos, cada vez con más ganas.

Kenma se deshizo del sostén de sus muñecas, y llevó ambas manos a la nuca de Kuroo, entrelazando sus dedos con los característicos cabellos negros y tironeando un poco de ellos. Kuroo le mordió el pezón y Kenma, como respuesta, tiraba más fuerte de su cabello.

-¿Qué hago? -preguntó Kuroo con la voz cada vez más ronca- me estás volviendo loco. -llevó su mano hacia el miembro de Kenma y empezó a masajearlo sobre el pantalón, siguiendo la forma de éste e intercalando la presión con la que apretaba. Elevó la mirada al rostro de su pareja, y la mirada brillante, lasciva, el sonrojo evidente, la saliva restante en la boca de algún que otro beso, lo hicieron querer meterlo en ese instante, descubrir hasta que punto podían llegar aquellos gestos. Le retiró los pantalones inmediatamente-

-Estoy...-susurró Kenma, un poco agitado- un poco asustado, pero quiero que lo hagas -Kuroo volvió en sí en ese instante y se inclinó nuevamente hacia él.

-Te voy a cuidar mucho, tanto como ni te lo imaginas -le murmuró al oído mientras retiraba también su ropa interior. Llevó dos dedos a la boca de Kenma para que él los lamiera, y esos mismo utilizó para lubricarlos e introducir uno-

-Mmm du-duele -murmuró- pero seguí -una de las manos de Kenma estaba sobre la mejilla de Kuroo, quien no le quitaba la vista de encima. Ahora Kuroo tenía un nuevo gesto favorito para agregar a la lista. Introdujo otro dedo, siguió moviendolos sistemáticamente, y cuando notó que estaba lo suficientemente lubricado, bajó su propia ropa para dejar afuera su miembro. Lo masajeó un poco para prepararlo y lo apoyó sobre la apertura de Kenma. Kenma, casi instintivamente, rodeó la cadera de Kuroo con sus piernas para tener una mejor disposición; más allá de su buena voluntad, su cuerpo temblaba. 

-Mírame a los ojos, mírame como solo me miras a mí -le murmuraba mientras introducía su miembro dentro de Kenma- Shh, acá estoy... acá estoy y te amo. -Kenma no podía contestarle, se estaba mordiendo el labio para direccionar el dolor que estaba sintiendo en ese momento. Quiso evitar las lágrimas, pero cuando el azabache empezó a moverse, fue inevitable que salieran un par- te amo como...ah....como no amo a nadie, ¿sabías? -intentaba amenar el dolor hasta que se acostumbrara, pero era difícil también para él. Tan estrecho, tan caliente, tan acorde a él.

-Kuro...o...seguí sin preocuparte -Kuroo aceleró un poco el ritmo y apoyó su rostro en el cuenco de la clavícula de Kenma. Él, por otro lado, fue hacia el hombro de Kuroo y lo mordió para devolverle un poco de esa mezcla entre placer y dolor. Pero en un instante, sólo fue placer, Kuroo había encontrado el punto. -Ahí -mandó Kenma- Por favor, ahí -volvió a decir casi como un ruego. Sí, ahí era. Kuroo se dispuso a cambiar el ritmo y tras varias estocadas sucesivas en el punto justo, ambos acabaron. Dejó caer su cuerpo encima del de Kenma, y ambos intentaron recobrar la respiración.

-Dios -murmuró Kuroo- no me voy a bañar nunca.

-De hecho, eso es lo primero que vas a hacer ahora.



FIN <3

Espero que todo aquél y toda aquella que haya llegado hasta acá, haya disfrutado la historia. Fue corta y lineal porque quería probar con esta pareja; ahora voy a experimentar un poco más con el omegaverse que estoy realizando y del cual ya publiqué varios capítulos en esta misma cuenta (vayan a leerlo si les interesa el género y/o les gusta como escribo). 

Toda estrellita que dan me saca una sonrisa, tkms n.n

Mírame como a él (Kuroo x Kenma; kuroken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora