Dormido

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FLASHBACK, 2 AÑOS ATRÁS.

Kuroo-san se caracterizaba por ser tímido cuando empezaba a hacer algo nuevo con gente que no conocía. La mayoría creería que esto era una broma, siendo él tan confiado y extravagante. Pero Kenma no era esa mayoría, y lo conocía mejor que nadie en esos aspectos.
Sin embargo, el inicio en la preparatoria significó también diversas oportunidades para jugar al Vóley, y hacerse equipo de compañeros que compartían la misma pasión que él. El primer año pasaba con rapidez, pero había algo que perturbaba al pelinegro, y solo lo podía resolver yendo a sacarse las dudas personalmente.
      La habitación de Kozume era naturalmente oscura, el único rayo de luz que necesitaba era el de la consola reflejándose en sus cansados y enormes ojos, avispados como siempre. Los años les había dado la confianza, así que Kuroo no se molestó en tocar la puerta ni pedir permiso para sentarse encima de la cama de su amigo, mientras él estaba rodeado de una bola de cobijas, sentado sobre el suelo.

-¿Terminaste de entrenar? -le preguntó Kenma sin voltearse hacia atrás. Aunque su invitado (no tan invitado) haya entrado en completo silencio, él siempre se daba cuenta de cuando venía a visitarlo.- ¿Cómo les fue? -esta vez perdió el nivel en el que estaba jugando, así que volteó su cuello hacia atrás para mirarlo mientras él le respondía.

-Nos fue bien, estamos intentando ir al torneo de primavera. Todos están realmente ansiosos.

-¿Y tú no lo estás?

-Sí, por supuesto. Pero voy a estarlo más el año siguiente, cuando tú seas el armador de mi equipo. -Kenma volteó la mirada cabizbajo, y esto perturbó a Kuroo. Enseguida se sentó al borde de la cama y puso sus piernas a cada uno de los lados del pequeño cuerpo de su anfitrión- ¿Por qué esa cara? Vendrás a Nekoma, ¿Verdad?

-Sabes que no pienso tan a futuro...¡Y estás muy cerca! -dijo esto en un tono más elevado mientras se deslizaba como un felino para huir de la jaula que se armaba con las piernas de Kuroo.- Hazte a un lado, voy a acostarme. ¿Te vas a quedar?

-No evadas la conversación cada vez que digo algo al respecto. Además...-Se rascó el cabello, despeinándose más de lo que usualmente lo estaba, mientras sentía un rubor acalorado en las mejillas.- no traje bolsa de dormir.

-¿Cuándo fue eso un problema? -preguntó Kenma mientras se hacía a un lado para que su compañero pudiera acomodarse. Su cuerpo quedó mirando al centro de la cama, una mano abajo de la almohada y la otra sobre ella- aunque si sigues creciendo, no vamos a entrar.

-¿Eso significa que vamos seguir haciendo esto durante mucho tiempo? -preguntó mientras ladeaba una sonrisa y se incorporaba al lado de ese cuerpo pequeño, todavía sin acostarse del todo: apoyó el codo sobre la almohada y acomodó su mentón sobre la palma de su mano. Respetó una distancia considerable entre ambos cuerpos-

-Si te sigues apareciendo de la nada en mi casa, no es que pueda hacer mucho más para huir de ti -contestó entre bostezo mientras cerraba los ojos y dejaba que sus cabellos taparan notablemente su rostro. Kuroo se rió y se quedó observándolo un rato.

-Kenma, ¿estás dormido?

-Hm

-Ven a Nekoma, por mí. -le murmuró, mientras dudaba en si tenía el permiso para apartar esos cabellos que le cubrían el rostro y poder verlo mejor.

-Lo haré, ahora duerme -Kuroo, conforme con esta respuesta,también dejó uno de sus brazos debajo de la almohada, pero le costaba dormirse aún estando en silencio con la oscuridad.

-Ken...ah...-antes de que pudiera terminar de llamarlo, Kenma se había acurrucado cual gato en el hueco que se hace entre el hombro y la clavícula de Kuroo. La mano que antes estaba sobre la almohada, rodeaba torpemente la cintura del pelinegro, aunque su delgado brazo se sentía apenas como una caricia. La respiración de Kuroo se aceleró y fue difícil de disimular. Si él mantenía una distancia tan corta, inevitablemente sentiría su corazón latir como un tambor de aquellos que llevan a las tribunas de las canchas en los partidos. No, seguro que hasta se sentía mas fuerte que eso.- ¿Estás dormido? -susurró. No obtuvo respuesta, y eso lo reconfortó, porque no sabía como debía actuar si él estaba realmente despierto.
La amistad entre ellos era realmente fuerte, y la confianza y el entendimiento por el otro siempre fueron el pilar para sostenerla durante tantos años. Él nunca había sentido otra atracción que no sea la de una persona que quería y admiraba fuertemente a su amigo. Pero después de sentir ese brazo débil sobre él, el perfume característico de Kenma, su respiración tranquila, tan al lado de la suya, todo lo había dejado con una permanente duda.  
A partir de ese día, nunca más olvidó su bolsa de dormir, y se quedó con la intriga de que hubiese pasado si él estaba despierto.

[....]

-Kuroo-san -Kenma sujetó la mano de él y la apartó de su mentón con facilidad- no es normal que te dejes llevar por las emociones  negativas antes de un partido.

-¿Emociones? -preguntó perturbado, con el miedo de que el armador haya descubierto sus intenciones, escondidas detrás de aquellas palabras.

-Sí, emociones. Nunca dejas que los contrincantes de otros equipos te molesten antes de estar en la cancha. Karasuno es fuerte, pero los estoy analizando. -El rostro de Kuroo se transformaba mientras se maldecía internamente por haber pensado cualquier otra cosa. Pero enseguida encontró la serenidad cuando vio que Kenma le dedicaba una sonrisa, una que pocos conocían y solamente iban dedicadas a él, para brindarle tranquilidad.

-Kuroo, ¿Quién más podría ser mi protagonista?

Nadie pidió explicación de estas palabras, así que ambos se fueron a prepararse para el partido del día siguiente. Kuroo estaba determinado, una vez que pasen la tensión de las nacionales, debía confesarse, o al menos comentarle que estaba confundido con ciertos aspectos que lo rodeaban. Pero, ¿Aguantaría sabiendo que Hinata estaba dando vueltas en el mismo lugar que ellos? Deseaba que lo único que Kenma sintiera por él, sea la sensación de tener un rival interesante. Pero si era algo más que eso, no tenía pensado como podría afectarle.


Mírame como a él (Kuroo x Kenma; kuroken)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora