Capítulo 5

132 22 17
                                    

Matt.

Me acabo la segunda botella y decido parar de beber. Ni porque me beba todo el bar voy a calmar la notoria erección que me produjo bailar con Harley.

Maldición, es qué se sentía tan…

Me niego a pensar en ello y decido concentrarme en que no se caiga, ha bebido demasiado y a diferencia de mí ella sí se emborracha rápido.

— Vamos a bailar otra vez— me pide.

— Mejor nos vamos.

Ni loco volvería a bailar con ella, muy probablemente pierda mi autocontrol y termine follándola en plena pista.

Reparo su vestido y me convenzo de que mi reacción es por culpa de su atuendo, claro y del alcohol.

Sus pezones sobresalen lo que supongo ha de ser frío, aunque el ambiente no está frío y el sudor corriendo por su escote me demuestra que tampoco tiene frío…

Le dejo el pago al Barman y tomo a Harley de la mano para sacarla de allí. No es sano seguir pensando en lo provocadores que se ven sus pezones.

Subo con ella al auto y agradezco que se quede dormida en el camino. Considero llevarla a su casa, pero es imposible; su madre es bastante molesta y Harley siempre ha cuidado de que no la vea borracha.

Tampoco iba a dejarla tirada en un hotel y en casa de Amy, Ryan me mataría si llevo a su hermana en ese estado, así que la única opción era llevarla a mi hotel, el problema es que sólo se apartan habitaciones con reservación previa lo que significa que tendrá que quedarse conmigo.

Y ya de por sí todo ésto es incomodo…

Me adentro en el estacionamiento del hotel y bajo del auto para abrir la puerta de Harley e intentar despertarla.

— Muñequita, despierta— se queja— Harley, no me hagas cargarte hasta la habitación, despierta.

—¿Dónde estamos?— pregunta confundida.

— Vamos, baja del auto— la ayudo a salir.

— Oh por Dios, estoy muuuuy mareada.

Una risita tonta se escapa de su boca y decido cargarla porque de lo contrario no llegaríamos nunca. Entramos al elevador y marco el piso de mi suite mientras Harley se mira en el espejo.

— Éstoy hecha un desastre— se pasa las manos por el cabello—… ya entiendo porque no conseguí una cita esta noche.

Afortunadamente llegamos al piso y no tengo que responderle a eso. Tomo su mano y la guío por el pasillo hasta detenernos en la habitación, abro la puerta y nos adentramos en esta.

Harley no cuestiona ni pregunta más en dónde estamos. Ella simplemente entra a la suite y se lanza directo a la cama arrojando sus tacones a cualquier lugar de la habitación.

Su actitud me causa gracia porque sé lo mucho que odia usar zapatos altos, pero mi gracia se esfuma cuando su vestido se sube un poco más ofreciéndome una muy buena vista de su minuta ropa interior.

¡Maldición!

—¿Quieres ducharte?— le pregunto.

El silencio es su respuesta y cuando me acerco a ella noto que se quedó dormida. Tomo una manta y cubro sus piernas para no tener que distraerme más fantaseando con su ropa interior.

Me dirijo al cuarto de baño, pues yo si necesito una ducha urgente para dejar de lado los pensamientos absurdos que me invaden.

Harley y yo sólo somos buenos amigos, ella se ha convertido en una especie de consejera para mí, y aunque me encante pasar tiempo con ella nunca la he visto cómo algo más.

LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora