Capítulo 7

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El sábado me levanté por la mañana como cualquier otro día. 
Desayuné con Sia mientras mirábamos en televisión. Veíamos un programa de moda y ese tipo de cosas que a Sia le encantan. Es muy agradable pasar tiempo con ella. Estábamos comiendo unos Hot Cakes que preparamos juntas y un té que mamá dejó en la mesa. Junto a él, nos dejó una nota: 

Voy con su padre a la tienda. No tardamos mucho. 
Las amamos.                                Mamá. 

Luego de eso nos preparamos el desayuno y aquí estamos. Juntas, las dos hermanas, mirando la televisión y criticando los vestidos, los zapatos y la forma de actuar de cada una de las personas. Quizás sea un poco cruel pero, por favor... ¡Es lo único que se puede hacer al ver estos programas!

Cuando mamá y papá llegaron de la tienda, les dije que más tarde iría con Teresa y Thomas al cine (cosa que de verdad iba a pasar) y que luego iríamos a comprar ropa y esas cosas (Cuando en realidad íbamos a ir a comprar las rosas y algún que otro regalo, ya que las flores solo son simbólicas). Papá y mamá me dejaron ir si prometía que volvería antes de las once treinta. Les dije que no habría problema en eso, que no se preocuparan, aclaré que Thomas sabe conducir y que tiene licencia, así que haríamos rápido. Ante eso se quedaron mucho más tranquilos.

El sábado fue técnicamente normal. Hice la tarea que faltaba de la escuela y luego fuí a ver a Coco.  Es un animal muy pero muy juguetón, me encanta. Creo que a mamá también va a fascinarle. 
A eso de las seis de la tarde me dí una ducha, me vestí y arreglé mi cabello. Me puse unos jeans, una remera con volados negra y unos zapatos algo altos. 
Intente buscar mi celular que no encontraba desde la tarde. Revolví por todos lados: Bajo la cama, en la mesa de luz, en el bolsillo de los jeans, en la ropa que tenía antes, en la funda de mi almohada y hasta en mis zapatillas (Si, una vez lo encontré en mis zapatillas). Nada, en ningún lado. 
Luego recordé que había ido al sótano a visitar a Coco entonces bajé las escaleras, y luego bajé al sótano. Y allí estaba, con la pantalla encendida encima de la jaula de el pequeño hurón. 
Lo tomé y ví que tenía unos treinta mensajes del grupo con Teresa y Thomas. Desbloquee el celular que marcaba las 19:05 y sonó el timbre de la puerta principal. Seguro era Tessy, a ella siempre le gusta llegar antes que todos para anticiparse. 

Subí los escalones y abrí la puerta, pero en ves de Teresa, Thomas se encontraba allí. 
-Thomas, -Dije, un poquito sorprendida, enserio me la esperaba a Teresa primero- pasa, Tessy aún no llega.
-Teresa no va a venir Kaya. -Lo miré algo confundida.
-¿Qué?
-Si, dijo que no vendría, que no se sentía bien o algo por el estilo. 
-Oh... pues... bueno. Bien, pasa de todas formas, necesito buscar mi bolso y vuelvo, espérame en la sala. -Él asintió y pasó, luego se sentó en uno de los sillones de la sala. 

Subí a mi cuarto y coloqué en mi bolso dinero, el celular y algunas otras cosas necesarias. 
Cuando bajé, mamá y Sia estaban hablando con Thomas. ¡Solo había subido unos minutos!

-Mamá, ya nos vamos, -Dije interrumpiendo la conversación- aparentemente Teresa no va a venir, así que seremos solo nosotros dos. -Agregué, mirando a Thomas. mamá le parecieron brillar le los ojos. 
-Oh, que tierno. -Dijo Sia.
-Son pareja? -Preguntó mamá. Sia soltó una carcajada. 
-¡¿Qué?! ¡No Mamá!, nos conocimos la semana pasada.
-De todas formas solo somos amigos. -Acotó Thomas. 
Mamá sonrió y nos dejó ir, no importa lo que le digamos, seguirá pensando que somos pareja. ¡Qué entrometida!

Salimos y subimos al auto de Thomas. Era hermoso. Thomas encendió el motor, y comenzó el viaje.

Black RosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora