Capítulo 3

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Entré a la escuela casi corriendo, pero la recepcionista me detuvo en la entrada. 
Después de unos cinco o diez minutos en los que me retuvo, preguntándome algunas cosas, me dejó ir.

Seguí corriendo hasta el curso, recuerdo que en la pared de recepción, el reloj marcaba las 8:10. Media hora tarde, eso no es común. Diez, quizá quince minutos tarde, ¿Pero treinta? 

Llegue al curso y abrí la puerta. La profesora me miró algo sorprendida.

-Alumna Rosenbaum -Dijo- ¿Sabe usted qué hora es? -Respiré, estaba cansada
-Em, si profesora.
-¿Y bien? No son horarios para ingresar al establecimiento. 
-Eh, yo. Em. -Decía, mientras intentaba retomar el aliento-Lo se, gracias por recordarlo.

Bajé la mirada y me dirigí hacia mi banco, pero había compañeros ahí. Así que me dí vuelta hacia la profesora. A lo que ella solo dijo

-Llegaste tarde, y hoy había cambio de lugares ¿Lo recuerdas? -Asentí mientras ella revisaba su cuaderno- Bien. Creo que a ti te toca con... Erika. 
-Genial...-Dije, y me di vuelta hacia mis compañeros. Sin tener idea de quién hablaba, les pregunte- ¿Quién es Erika?

Todos giraron y apuntaron a una chica de cabello muy oscuro, corto y bien lacio, vestida de negro y con la cabeza baja. Me miró, y levantó vagamente la mano en señal de que era ella. Uñas negras, labios oscuros y ojos con delineado grueso.
-Perfecto. -Fue lo único que pude decír.

Caminé hasta mi banco y me senté del lado del pasillo. 
Miré a mi alrededor buscando a Teresa, y la encontré en la fila del medio. Dos bancos más atrás estaba Thomas, él me sonrió y le devolví la sonrisa. 
Miré de reojo a Erika, Tenía un collar de esos negros con las pequeñas púas de metal. "¿Enserio?" Me pregunte
-Lindo color. -Murmuré. En realidad no esperaba que ella me escuchase
-Se -Dijo sarcástica-, Lindo moretón. -Agregó mirando mi brazo derecho.

Automáticamente observé mi brazo y ví unas pequeñas manchas, mezcla de violeta, algo de rosa y verde.
Tapé mi moretón con la mano 
-Qué observadora.-Le dije. ¿En qué momento me lo había hecho? Quizás cuando caí al piso. Quién lo sabe. -¿Has notado algo más en los pocos segundos que nos vimos? -Agregue. Esta chica me cae sumamente mal.Ella dudó.
-Si. -Dijo mirándome a la cara- No dormiste muy bien, y al parecer te caíste de la cama. Digo, supongo que esos  moretones no se hacen solos...
-No son moretones -La interrumpí, levantando un poco la voz- Solo... Marcas. Manchas, seguro me manche con algo.
-Aja, si. Y yo nací ayer. -Agregó.
-Bueno, eso no lo dudaría. 

Ella tomó su cuaderno y comenzó a dibujar algo que no podía ver. De todas formas tampoco me interesaba verlo.

La hora pasó mientras la profesora le explicaba a los nuevos alumnos todo lo que nos explicó a nosotros el primer día de clases. 
Luego tocó el timbre del descanso. Erika se levantó y se fue junto con casi todos mis compañeros. Yo aproveché, me senté en su banco, cruzé mis brazos y me acosté a intentar dormir sobre ellos. 

Cinco minutos después, apareció Teresa. 

-Holasa -Dijo- ¿Que tal todo por aquí? ¿Dormimos bien?
-Teereesaaa -Dije, con mi voz de medio dormida. -Tengo sueño...
-Si, ya lo se, pero vamos, tienes que estar despierta. -Dijo sentándose a mi lado.
Levanté la cabeza de mis brazos y la miré, tenía una gran sonrisa.
-¿Qué sentido tiene? -Y volví a hundirme en mis brazos. 
-Quizás yo. -Dijo alguien. 
Levanté la cabeza, y Thomas estaba mirándome desde el banco de adelante. 
-Ja-ja. -Le dije- Todo un motivo. 
-¿Desayunaste? -Preguntó- Te ves algo pálida.

Y como por arte de magia mi panza rugió salvajemente. 

Black RosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora