Capítulo 2

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Pasé la hora sentada junto a Teresa, pero la verdad, yo no prestaba atención a nada. Me quedaba pensando, mirando un punto fijo, distraída. Hasta que ella, como siempre, me sacó de mis pensamientos.
- ¿Tanto te gustó ese chico, que no puedes ni resolver un ejercicio?- Tardé un poco en responder, apenas la había escuchado.
- Eh? ¡No digas estupideces! Solamente estoy… dormida –La verdad que no sabía en que pensaba, así que no quería hablar, ni hacer nada.
-Se… Seguro… A ver dale, ponete las pilas eh.-Me sonrió, y le devolví la sonrisa.

En ese momento solo pensaba en irme del colegio; a veces me desespera estar ahí, pero por suerte, solo quedaba media hora, y una vez que me puse a hacer los ejercicios, el tiempo pasó rápido.

A la salida, normalmente camino tres cuadras, para esperar al colectivo en un parada vacía, ya que muchas veces, cuando la parada está muy llena, los colectivos no paran.
Cinco o diez minutos después, ya estaba arriba del colectivo, con mi capucha y auriculares, mirando hacia afuera, dos asientos atrás del asiento del medio (mi lugar preferido).
El recorrido dura unos veinte minutos, pasando por autopistas, calles particulares, rutas, etcétera.
Bajé en mi parada, esperé en el semáforo para cruzar la ruta y luego caminé dos cuadras más, para llegar a mi casa.

Creo que tengo una casa muy bonita. Color beige, dos pisos, patio adelante y atrás de la casa.
De todas formas, de afuera se ve mucho mejor de lo que es adentro: Si hay lluvias fuertes, las goteras en el techo caen por doquier. Los vientos del año pasado rompieron muchas de las tejas del tejado. La humedad descascara las paredes de la pintura. Aun así, no me quejo. O, bueno, eso intento.

Cuando entré, mi mamá me estaba esperando con unas milanesas de carne napolitanas con todo: Jamón queso, tomate y además me hiso unas papas fritas.

-Como te fue hoy?- Preguntó mientras comíamos.
-Bien, creo que bien.
-Algo nuevo?
-Sí, chicos nuevos, y chicas. Ya sabes.
-Entonces hiciste nuevos amigos?
-Algo así, más o menos. Igual, recién es el primer día que llegan mamá, no me voy a amigar así de la nada.
-Ya se, ya se, solo quiero que tengas más amigas que Teresa. – Lo dijo bajando a voz en las últimas palabras, como arrepintiéndose.
-Mamá. Hiciste una maravillosa comida en el día de hoy. Te agradecería que no la arruines con esos comentarios. Teresa es mi amiga, mi mejor amiga, y está conmigo siempre. Además si tengo otras amigas, está Lucy, Nicky, em, Mery… y otras chicas con las que también me hablo
-Sí, creo que sí. -Dijo, un poco indecisa.
Se ve que mamá no cree que Mery, Lucy y Nicky sean amigas mías, y la verdad es que no lo son, solo quería defender un poco a Teresa, ella no tiene la culpa de ser mi unica buena amiga.

El resto del día, se pasó rápido mientras estaba tirada en el patio trasero de mi casa leyendo un libro. Me encanta leer. Es uno de mis jobees favoritos. Me la paso leyendo historias de aventura, romance, suspenso, terror: Me da lo mismo de que sea, la verdad me encanta. Teresa piensa que es medio una estupidez, pero así como a ella le encanta maquillarse y vestirse muy bien, a mí me encanta leer, así que, cuando le dije eso, terminó aceptándolo, y ahora cada tanto se prende con algún que otro libro que le recomiendo.
“Primero Muerta y enterrada que fea y mal arreglada” Me dijo. No se si es una buena frase, pero a ella la describe bien. Y la utiliza todo el tiempo. Bueno, si lo pienso un poco es una frase extraña...

Leía una historia sobre una chica, común y corriente, que por alguna razón fue a tomarse un baño al lago, y cuando sumergió la cabeza, desapareció mágicamente, y apareció en una selva, como si fuera otro mundo.
Es un libro raro, pero cada tanto tiene sus partes divertidas.
Me lo recomendó Tessy, es el primer libro de ficción  que me recomienda. Así que en honor a eso, comencé a leerlo.

Más tarde, me acerqué a mi cuarto a hacer tarea y estuve dos horas y media para eso. El demás tiempo lo pasé escribiendo; Así lo hago la mayor parte del tiempo.
Me la paso escribiendo historias; pero no me gusta mucho hablar de lo que escribo.

-Hoy Sia se quedó de Marilyn- Dijo mi madre cuando estábamos cenando.- Y tu padre hoy se quedará trabajando hasta muy tarde.
-Si, claro. “Trabajando”-Dije por lo bajo.
-Quizá no tenga el mejor trabajo del mundo, pero es lo que hay y es lo que hoy te está dando de comer.-Respondió mi madre en forma de reproche.
-Si… lose, lo siento.

Mi padre es obrero, de construcción. No es malo el trabajo, solo que cuando se queda “trabajando hasta tarde” es porque se va con sus compañeros al bar. Y eso lo sé porque lo escucho llegar ebrio “del trabajo” y vuelve muy ebrio. Al llegar siempre se las agarra con el primero que se cruza, por eso cada vez que mi padre “Trabaja hasta tarde” mamá le dice a Sia que valla a dormir de alguna amiga, para que no se entere de lo que en realidad pasa. Ella en realidad no sabe que su padre, que para ella es tan tierno, en realidad es un borracho y golpeador.  No sería nada lindo para ella.

Esa noche me levanté para ir al baño. Creo que eran las 02:00 AM. Todo iba normal, estaba tan dormida que me había olvidado que mi padre trabajaba hasta tarde. 

Cuando estaba por salir del baño escuche un portazo, el de la puerta de entrada. Ahí fue cuando me acorde de todo y me acorde de que no podría salir del baño por nada del mundo. Si él se enteraba que yo estaba ahí, iba a comenzar a golpearme. ¿Por qué? Simplemente por el hecho de que cuando él se emborracha, pierde la razón, y quiere golpear todo lo que se mueve. En especial algo más débil. Como yo.

Así que rápidamente apagué la luz y me quedé quieta. Comencé a sentir sus pasos subiendo con dificultad por la escalera. Creí que si me apuraba podría correr hacia mi cuarto, pero no era nada seguro. Sentí sus pasos arrastrándose por el pasillo. Lo escuché abrir una puerta, y meterse dentro. Así que, suponiendo que se metió a su cuarto a dormir, salí del baño y me dirigí hacia mi cuarto.

Pero ni bien abrí la puerta lo vi a él del lado de adentro, cosa que no me esperaba para nada. Estaba caminando hacia la cama, y cuando me escuchó entrar, giró y me encaró. Quise cerrar la puerta e irme pero pensé que si solo quería dormir, quizá no estaría tan agresivo, así que entré del todo e intenté pedirle que se vaya. Mala elección, porque cuando abrí mi boca me dio una horrible cachetada en la mejilla derecha. Esperó hasta que vuelva a pararme para darme otra cachetada más, en la otra mejilla. Con ese golpe perdí la estabilidad y caí tirada al piso. Naturalmente grité en cada golpe y rápidamente mi mamá entró por la puerta.
Le gritó, no sé bien que le dijo, yo estaba algo aturdida.
Recuerdo que él la miró y la agarró del brazo muy fuerte y se la llevó a su cuarto.
Luego no recuerdo nada más, creo que me acosté a dormir para no escuchar si le pegaba o que hacía. No lo sé. 

A la mañana siguiente me desperté normal, solo que me dolían un poco la mejilla y las muelas, seguramente producto de los golpes. 

Fueron cachetadas, eso disminuyo mucho el problema. Si hubiera sido a puño cerrado no me quedaban dientes ni muelas. Me mire al espejo. No tenía nada, bueno, nada comparado con otras ocaciones. 
Puedo jurar que mi padre es una gran persona, pero desde que entré a la secundaria me comenzó a tratar distinto, comenzó a beber y a golpearnos. No se porqué, mi madre no quiere decírmelo, y, bueno, en parte no quiero saberlo...  

De repente miré el reloj... las 7:30 AM. Que temprano, pensé ¿Por qué me despertaría tan temprano? Como si hoy tuviera que irme a... LA ESCUELA!  Y junté lo más rápido que pude mis cosas ¿Qué materia tenía hoy? no lo recuerdo. Busqué los horarios y miré: Martes: Arte, Biología. Bien, puedo con eso, ahora, ¿que tenía que llevar? 
Dios! eran las 7:30,aunque fuera volando ya llegaría muy tarde.  Agarré todo lo posible y me fui corriendo. 
No vi ni a mamá ni a papá, solo corrí hasta el colectivo, que por sierto, tardó mucho en llegar. 

Black RosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora