Capítulo 1

34 1 0
                                    

        Llegué a la clase de físico química como cada lunes por la mañana, solo que, esta vez, la profesora ya no nos aguantó, y en los primeros 10 minutos de la clase, decidió cambiarnos a todos de los lugares. Eso me irritó: nos hiso levantar a los 29 alumnos con mochilas y todo y nos fue sentando uno por uno.

Pasaron 27 minutos hasta que nos acomodamos (minutos que, claro, los hicimos perder a propósito).
A mí, me tocó sola en el último banco de la fila de la derecha, contra la pared que tenía una ventana que daba al pasillo; eso sí que estaba buenísimo.

Pero lo peor era que me había separado de mi amiga de toda la vida, Teresa. Supongo que, de igual manera, la voy a ver en los recreos o en otras horas.

Recuerdo que miré mi reloj en el preciso instante en el que la profesora colocaba “TIPOS DE CIRCUITOS”  en la pizarra.
-A partir de ahora -Dijo-, dictaré en cada clase, para que dejen de hablar de una vez ¡A ver si se les va eso de ser tan mal educados!

Se escucharon varias quejas, pero todas fueron acalladas con un gran – ¡SILENCIO!- Y luego, sin previo aviso, comenzó a dictar. Hubiera seguido así, gritándonos y dictando, de no ser porque alguien llamó a la puerta. ¡Qué suerte! No tenía muchas ganas de copiar en mi segunda clase.

La puerta se abrió, pero desde mi lugar, no podía ver quién era.
-Permiso…- Se lo escuchaba con una voz un poco tímida. Podía ver por la ventana la sombra de un chico con un papel en la mano.- ¿Grupo A, curso A5? Soy nuevo, me dijeron que tendría que venir a la clase de la profesora Andretti, y me dieron este papel con el curso. ¿Es usted la profesora Andretti?
-Sí, esa misma, Bienvenido, me avisaron de un nuevo alumno: Thomas… ¿No? Adelante.
-Sí, Thomas, gracias.-el chico pasó y cerró la puerta. Era hermoso, tenía cabello castaño claro y ojos oscuros, una cara bonita, y  labios rojos y pequeños- ¿Dónde me siento?
- Como eres nuevo, puedes elegir entre los tres lugares restantes: Teresa -Mi mejor amiga estaba junto a la ventana del patio-,  Brenda –Que estaba en la fila del medio- o Kaya –Y me señaló a mí.

Caminó por mi fila mirando el piso y se detuvo un segundo en el banco de Brenda, pero automáticamente, levantó la mirada hacia mí y siguió hasta mi banco.

Llegué a ver a Teresa, haciéndome un gesto, como diciendo “Qué suerte la tuya”, negué con la cabeza, haciéndola entender que era un pensamiento idiota.
Es una tonta, pero me hace reír. Después de todo, para eso están las amigas.

El tal Thomas, se sentó junto a mí, del lado del pasillo.
Sacó una carpeta negra, una hoja, y una lapicera, y comenzó a escribir, y me di cuenta que la profesora seguía dictando.

Cuando quedaba media hora para que llegue el descanso, la profesora terminó de dictar. Nos dio un trabajo de seis preguntas para que lo entreguemos al finalizar la clase. Como había tres o cuatro compañeros nuevos, la profesora decidió que los trabajos había que entregarlos en grupos de a dos personas.

Thomas me miró haciéndome entender que teníamos que empezar a trabajar. Era fácil, las respuestas estaban todas en el largo texto que la profesora nos hiso copiar durante una hora y media. Salvo por una pregunta, que no tenía las respuestas ahí. Lo mire y le pregunté si sabía algo.

- La respuesta está en tu corazón –Me dijo; Me reí y la profesora nos miró mal, haciéndonos entender que nos calláramos porque si no nos iba a bajar la nota (lo sé, es un poco exagerada, pero que se le va a hacer).
-Enserio, ¿tenés alguna idea? -Le dije, un poco más bajo.
-Hace una semana que tú estás aquí -Respondió-, y tienes una clase más que yo, ¿No les hiso copiar algo antes de que yo viniera?
Revisamos en mi carpeta (Que, por sierto, no tenía muchas hojas), y después de ver lo que escribí y reflexionar un poco, conseguimos sacar las respuestas.

Al final estaba mal, pero no me importó. Después de todo, Fisico Química no es una clase para mí, y ademas, era la segunda clase, ¿Qué importaba si nos equivocábamos un poco? 

Pero la profesora, al terminar la clase, estuvo muy indignada con que nadie halla podido responder esa pregunta. 

Cuando tocó el timbre, Thomas guardó sus hojas en la carpeta, la lapicera en la cartuchera, y todo junto en la mochila.

- Soy Thomas Brown – Me dijo-  encantado de conocerte.
- Wow, ¡qué apellido! – Respondí.
-Si lo se, es un apellido inglés, suena muy sofisticado, pero la verdad que  no es para tanto.
- No, enserio. Es un apellido que puede llevarte a todos lados.
- Em, si, eso supongo.
- Ya, lo siento, -Me sentí una estúpida- me llamo Kaya Rosenbaum.
-Wow, Kaya, ¡Qué apellido! –Respondió tendiéndome la mano- Enserio, ¿Qué es? ¿Alemán?
- De hecho si – dije, tomando su mano y sonriendo.
-Creo que ambos podemos ir a todos lados ¿No crees?- Se rio
- Oh, ¡Por supuesto! – Contesté mientras también me reía. De lejos, vi a Teresa acercándose.
-Ah, bueno – Dijo en tono burlón -¿Tan rápido hacemos nuevos amigos?- La miré fijo y severamente. Estaba a punto de responder, pero Thomas me interrumpió.
-Es que Kaya es genial. –Me miró sonriendo- Muy buena “amiga”.-Dijo, siguiéndole el juego a Teresa
- Compañera, supongo… –Dije, un poco nerviosa- Creo que deberíamos aprovechar el tiempo libre antes de tener que volver al curso, así que ¿Salimos?
- Antes voy a buscar más gente con la que hablar. No es que no me guste estar con ustedes, ni se les ocurra pensar eso.
-No, obvio, no pasa nada. –Le dije.
-¡Suerte con la hora que sigue!- Dijo en tono burlón mientras se iba. La hora que sigue es de matemáticas. 
No me gustan las matemáticas.


-Se, se, Seguro igualmente- respondió Teresa, que se despidió y me agarró del brazo para ir afuera (así nos llevamos nosotras).

- “No, obvio, no pasa nada” –dijo burlándome cuando estuvimos en el patio-
-Tessy...
-Te re gusta, y se te re nota.
-¡¿Qué?! ¡¿Qué decís nena?! ¡No! Sacas cualquiera -Dije a la defensiva.
-¡Bueno para! Relajate que cuando te pones nerviosa se te nota más.
- ¡Callate de una vez! -Y cambiamos de tema.
¿Me gusta? No lo se, es lindo, y me cae bien. Apenas lo conozco y no es por desconfiada… pero soy muy, muy desconfiada…  Eso si, tenerlo sentado al lado mío es perfecto (Aunque sea solo una vez a la semana).

Y así fue como lo conocí… y como todo cambió.

Black RosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora