COMPAÑEROS

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Al firmar el papel el hombre guardó el contrato de nuevo en su carpeta y después la guardó en uno de sus cajones.

-Necesito que te presentes aquí mañana por la mañana, a las 12:00- dijo Forest para después acompañar a Alex hasta la puerta.

Ambos salieron de la oficina y Alex se despidió del señor Willard, el cual tomó otro camino.

El pelinegro bajó de nuevo por el ascensor del edificio y al salir del lugar se dispuso a regresar a su hogar.

Ahora no tenía tanta prisa por lo que no buscaba tan desesperadamente un taxi que le llevara de regreso a su casa.

(...)

Alex llegó a pie hasta la puerta de su casa, al llegar la abrió y entró.

Se le había hecho bastante tarde, el sol ya se había escondido tras los edificios de la han ciudad en la que vivía.

Se adentró en su casa y subió directamente al piso de arriba de la vivienda.

Había comido algo en su camino de vuelta por lo que solo se lavó los dientes al llegar y se puso su pijama.

Cuando acabó todo lo que tenía que hacer antes de acostarse se recostó en su cama con un libro entre las manos.

Encendió la luz de la lámpara de su mesita de noche y se dispuso a acabarse ese libro de una buena vez.

(...)

Alex se despertó con el libro aún en las manos, puso el marcapáginas entre las finas hojas del libro y lo dejó en la mesita de noche que tenía al lado. Apagó la lámpara, la cual se había quedado encendida toda la noche y se cambió de ropa.

Optó por vestir una camiseta blanca y unos pantalones negros, al igual que sus zapatillas.

No era de ese tipo de personas a las que les gustara vestir de marca ni mucho menos.
Se conformaba con no ir desnudo.

Eran las 10:00 por lo que prefirió esta vez llamar a un taxi.

Cuando el hombre que le contestó el teléfono le dijo que iría a recogerle a las 11:00 dejó el teléfono móvil en la mesa de la entrada para que no se le olvidaría al salir de casa.

Se preparó su taza de café como de costumbre y al acabar de prepararsela se la bebió mientras veía las noticias en la televisión.

(...)

Salió de su hogar dispuesto a esperar al taxi que le llevaría a el edificio. Pasados un par de minutos llegó por lo que se subió y le dio la dirección a la que le debía llevar.

El camino se hizo silencioso, ese hombre que conducía en ese momento era bastante diferente al que le llevó a su destino el día anterior.

Él no decía ni una palabra.

Al llegar al lugar solo quedaban 5 minutos para las 12:00 por lo que entró en el edificio para esperar.

Esta vez había más gente en el lugar, a diferencia de el día anterior, que esa recepción parecía un desierto.

Alex se sentó en una de las sillas libres del lugar con su teléfono en la mano cuando Forest Willard apareció.

-Hola a todos- saludó el hombre castaño.

Todos los ahí presentes levantaron la mirada, Alex entonces supuso que ellos serían sus compañeros.

-Todos sabéis porque estáis aquí así que necesito que me sigáis.

Las 10 personas ahí presentes se levantaron y comenzaron a seguir a Forest por uno de los pasillos.

Cuando llegaron a una sala bastante grande y con varias sillas el hombre castaño indicó que todos podían sentarse.

Alex se sentó junto a un chico Rubio el cual parecía teñido, y una chica con el pelo corto.

-Como habréis notado, las personas que tenéis a vuestro al rededor serán vuestros compañeros en esta misión.

Todos se miraron entre sí pero nadie dijo ni una palabra.

-Os he reunido aquí para que os conozcáis un poco más entre vosotros, puesto que estaréis trabajando juntos por los próximos 3 años- comenzó a decir Forest- se que ninguno de vosotros tiene la más mínima idea de cómo llevar una nave como esta por lo que hoy os enseñaremos todo lo que tendréis que saber. Os dejaré unos minutos para que os conozcáis un poco.

Y dicho esto Forest abandonó la sala.

-Hola- saludó el chico teñido llamando la atención de Alex al instante.

-Hola- saludó de vuelta.

-Me llamo Rubén ¿Y tu?

-Alex

-¿Porque aceptaste venir?- preguntó- Q
quiero decir ¿Sabes que hay mucho riesgo de muerte verdad?

-Lo se, lo leí en el contrato- respondió Alex- pero supongo que acepté por tener algún tipo de cambio en mi vida.

-Al parecer aceptamos por lo mismo- Rubén suspiró- sentía que todo era igual en mi vida, que todo se repetía.

-Ademas de eso, no tengo a nadie, ni familia ni amigos- añadió Alex con una sonrisa que expresaba de todo menos felicidad.

-Yo puedo ser tu amigo si quieres- Alex miró a Rubén, estaba sonriendo, pero era una sonrisa sincera por lo que Alex también sonrió.

-Está bien.

(...)

Alex ya había hablado con casi todos sus compañeros. Eran muy agradables a decir verdad.

Y a todos les ocurría lo mismo que a él, estaban solos.

La sociedad les había dejado de lado, habían perdido a sus familias y no tenían a nadie.

Cinco de ellos estaban teniendo una conversación pero Alex se fijó en una chica la cual seguía sola.

No se había acercado a nadie para hablar y nadie se había acercado a hablarle tampoco.

Tenía el pelo rubio y los ojos de un profundo color marrón, vestía una camisa violeta y unos vaqueros. Iba levemente maquillada pero sin pasarse.

Era bastante guapa, pensó Alex.

Aún no se había integrado en la conversación que mantenían los demás por lo que se separó del grupo y se acercó a ella.

-Hola- saludó Alex sentándose al lado de la chica.

Le miró al percatarse de la presencia a su lado pero rápidamente apartó la mirada de nuevo.

-Hola.

Alex nunca se había considerado alguien sociable por lo que no sabía bien que decir, por lo que optó por repetir su conversación con Rubén, o al menos el principio.

-Me llamo Alex ¿Y tu?

La chica le miró para después responder con una sonrisa la cual Alex no supo bien lo que quería transmitir.

-Aroia.

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