CONTRATO

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En cuanto se acabó su comida tiró a la papelera el plato de plástico que había utilizado y dejó el tenedor en el lavavajillas.

Subió al piso de arriba para lavarse los dientes y cuando terminó se sentó de nuevo en el cómodo sillón con el móvil en las manos.

Era sábado por lo que no iría a la oficina esa tarde, pero si tenía algo que hacer.

Tan solo quedaban 2 horas para tener que acudir a la dirección que le había indicado el correo electrónico por lo que abrió Google y buscó la dirección.

Geben Sie eine Adresse ein Street

¡Estaba en la otra punta de la ciudad!
Si no salía ahora no llegaría a tiempo por lo que cogió las llaves de la mesa de la entrada y salió siguiendo las indicaciones de Google Maps.

Aún no tenía carnet de conducir y al parecer no había ningún autobus que le llevara a el lugar de la reunión.
Por lo que tendría que ir a pie o coger un taxi.

No tenía casi tiempo y según Google Maps llegaría a las 17:50 al lugar a pie por lo que corrió hacia donde el navegador le indicaba.

(...)

Se encontraba muy cansado, llevaba una hora corriendo y aún le quedaban 5 kilómetros.

Según el navegador tardaría aproximadamente 40 minutos en llegar si seguía a la misma velocidad a la que había ido hasta ese momento.

La mala noticia es que sus piernas no aguantaban casi su propio peso. Nunca se había considerado deportista ni mucho menos. Incluso dirira que se consideraba más bien poco atlético.

Estaba a punto de rendirse cuando vio su salvación parada en un semáforo.

Era un taxi y al parecer estaba vacío. Por lo que con toda su fuerza de voluntad corrió para llegar al vehículo antes de que el semáforo se pusiera en verde para los coches.

Y finalmente su esfuerzo mereció la pena, el taxista le dijo que podía subir por lo que Alex no dudó ni un segundo en aceptar.

-¿Donde te llevo?- preguntó el taxista.

-A Geben Sie eine Adresse ein Street- respondió Alex aún transpirando del cansancio.

-Has corrido mucho por lo que veo- añadió el hombre acelerando puesto que el semáforo indicaba que ya podían pasar.

-Llevaba una hora buscando un taxi- dijo Alex.

-Pues has tenido suerte porque tengo que estar en un lugar a las seis- contó el conductor- justamente se encuentra cerca de donde tengo que llevarte así que no tengo problema.

-Gracias de verdad.

-Es mi trabajo.

(...)

Alex llegó finalmente a su destino por lo que le pagó al taxista los 50€ que le debía y caminó hacia donde se supone que estaría el hombre que le mandó el correo electrónico.

El camino se le había hecho bastante más corto, incluso había llegado 30 minutos antes. No sabía cómo habría llegado vivo de no ser porque vió el taxi.

Vio un puesto de batidos cerca de donde estaba, aún tenía 30 minutos de espera por lo que se acercó al puesto y compro un batido.

(...)

Hacía ya un rato que se había acabado la bebida y se encontraba caminando por la calle cuando recibió otro correo electrónico, el cual solo tenía un enlace.

Al presionar dicho enlace le llevó a Google Maps de nuevo pero esta vez ubicaba un edificio en concreto, justo el que tenía en frente.

Con muchas dudas entró en el lugar el cual era bastante espacioso a decir verdad.

Cuando llegó al mostrador le atendió una mujer.

-¿Que necesita?- preguntó la chica, era pelirroja y tenía los ojos de un oscuro color verde.

-Me ha citado aquí Forest Willard- respondió Alex.

-¡Oh! ¿Eres uno de los 10?

-¿Supongo?

-Sigame por favor.

La chica se levantó y comenzó a caminar hacia un ascensor seguida por Alex que caminaba dudando en si confiar o no en ella.

Ambos subieron hasta el piso 28 del edificio y al llegar las puertas del ascensor se abrieron.

La mujer siguió caminando por los pasillos del edificio siendo seguida por Alex el cual miraba todo bastante sorprendido.

La mujer entró en una de las habitaciones en las que había un hombre sentado en su despacho.

-Señor Willard- dijo la pelirroja al entrar- le traigo a uno de los 10.

-Prefecto- añadió el hombre de la mesa- Puede retirarse Melanie.

La mujer asintió y salió del lugar.

-Alejandro Bravo ¿verdad?- preguntó el hombre levantándose de su silla- Mi nombre es Forest Willard.

-¿Porque me citó aquí?- preguntó Alex después de darle la mano al hombre.

-Sientese- dijo Forest señalando una de las sillas libres- Te contaré sobre la propuesta.

Alex se sentó donde le había indicado y el hombre sacó una carpeta.

-Has sido escogido para el proyecto Among Us, al igual que 9 personas más como ya sabes- comenzó a decir Willard- Verás, ya sabes la misión que tendrás que realizar por lo que solo tendrás que firmar este papel- el hombre sacó un contrato de la carpeta- cuando regreses de la misión recibirás un pago de 100 millones de euros y además habrás sido, junto a otras 9 personas, la primera persona en pisar Marte.

Alex se quedó estático ¿Había escuchado bien? 100 millones de euros era mucha cantidad de dinero. Y además tendría un lugar en la historia de la humanidad.

Pero claro, era una oferta demasiado buena para ser tan simple. Cuando lo pensó mejor se dió cuenta de algo más.

Si iban a ser las primeras personas en llegar a Marte no iban a escoger a 10 pringados para la misión lo que quería decir que había muchas posibilidades de que murieran en esa nave.

Y esa sería la razón por la que escogieron a 10 personas a las que nadie echaría de menos si es que llegan a morir.

Aún que si es que salía bien tendría una vida increíble a partir de ese momento.
Por lo que con muchas dudas en mente y sin saber bien si hacerlo o no. Cogió el bolígrafo de la mesa y firmó el contrato.

Al fin y al cabo, no tenía nada que perder.

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