Gradiel.
Escucho el órgano sonando a lo lejos, el eco de las personas mientras recitan sus cánticos.
Sostengo con fuerza la copa en mis manos, mientras le saco brillo, veo mi reflejo distorsionado, pareciera que tuviera la cabeza más grande de lo que en realidad la tengo, es un tanto cómico y me divierto con ello por unos minutos.
Paso el trapo de un lado a otro, sacando la mayor cantidad de brillo que puedo, cuando termino la dejo sobre la repisa y voy a tomar otra, la puerta de la bodega está abierta, igual que la ventana, para no intoxicarme con el olor de los productos.
La luz de la tarde puede entrar por la ventana, un pájarrillo se posó en una de las rejas que esta posee y me observa desde allí, me lo imagino presumiendo de su libertad mientras yo me encuentro aquí encerrado.
Aunque podía salir en cualquier momento, pero es para darle dramatismo al ambiente.
El pájaro vuela cuando siente los fuertes pasos y la discusión que se está dando en el pasillo, al inicio se sienten sólo murmullos de dos voces entremezcladas, luego mediante avanzan se pueden identificar y saber de lo que hablan con claridad.
Reconozco la voz de Marla, también sé cuando utiliza esa voz monótona de monja de manual para actuar con las otras o con los padres y cuando es ella misma la que habla, la chica que no teme decir blasfemias bajo el techo de Dios.
Y ahora está diciendo muchas.
—Tu me dijiste que lo resolverías.—Dice Marla.
—Solo necesito algo más de tiempo, puedes esperar.—Ahora escucho la voz de un hombre, aunque pocas veces me reuní con él, puedo identificarlo.
—El tiempo corre.
—Ya lo se, tu no te preocupes, ya tengo todo planeado.
Obviamente no saben que estoy aquí, y no parece un buen momento para salir, así que solo trato de mantenerme quieto, de espaldas a la puerta y puliendo otras copas, fingiendo que no oí nada aunque en realidad se puede escuchar todo, porque ellos están prácticamente gritando, y si vienen a un lugar apartado como este es porque no quieren que otros los escuchen.
Siguen caminando, y sus voces cada vez se hacen más lejanas, siguen hablando pero vuelven a ser murmullos, sigo puliendo el oro, pensando que todo ya se terminó, y que en realidad no me importa lo que haga Marla. Si, había llegado a pensar que no era el único con quien se acostaba, que está bien, no somos novios ni somos exclusivos, pero nunca pensé que con él.
—¿Gradiel?
Me sobre salto, y casi tiro la copa, que sería un acto suicida sabiendo cuanto es lo que cuesta.
Girandome veo a Marla, parada en el marco de la puerta, sorprendida de verme aquí, de seguro puede saber que escuche parte de su conversación.
—Hola, ¿qué haces por aquí?
Finjo que no sé que pasó, pero ambos sabemos que no es cierto.
—Solo paseaba.
Otra mentira que ambos sabemos.
—Pues no te recomiendo que entres si no quieres caer desmayada.
Ella trata de sonreír, ambos tratamos de aligerar el ambiente.
—Últimamente ya no vienes a visitarme.—Dice haciendo un puchero claramente fingido.
—Tuve mucho trabajo.
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DAEMONIUM [EN PAUSA]
Romance"Ella solo quería salvarlo y termino deseándolo. Él solo quería desearlo y termino salvandolo." La ciudad de Canterbury al sudeste del país esta acostumbrada a ver caras nuevas cada día, por las calles de piedra de Borgate pasan centenares de perso...