Gradiel.
me mantengo con los ojos cerrados aunque estoy despierto, se que ya es de mañana, puedo sentir el sol calentando mis mejillas.
Juego con las manos sobre mi estómago mientras sigo con los ojos cerrados, tratando de imaginar a mi familia, en una situación cotidiana, en la que espere verla cuando me había dormido y ellos antes tantas veces habían aparecido. Pero esta vez no lo hicieron, ni siquiera recuerdo haber soñado con algo, cuando abrí mis ojos y supe que era de mañana trate de volver a dormir pensando en ellos, para soñar, pero no funcionó.
Ahora solo me resigno y pienso en ellos, pero nada se me viene a la cabeza, aunque tengo años de recuerdos con ellos, todo parece tan lejanos y poco definidos, cuanto más tiempo pasa más me olvido.
Ya no recuerdo si los manteles de casa eran de color celeste o verde claro, si las cortinas de la ventana de la cocina tenían dibujos de maíz o de bananas. No recuerdo el tono exacto de la voz de mamá o de papá, y eso asusta, porque los tres viven en mis recuerdos, y si pierdo eso los perderé a ellos por segunda vez, y será más doloroso.
Abro mis ojos, los vuelvo a cerrar, intentando que la humedad no se intensifique.
Subo una mano a mi pecho y me acarició, ahuyentando el dolor que se empieza a formar en el lugar.
—¿Cuánto tiempo piensas mantenerte allí?
Puedo sentir los latidos de mi corazón acelerarse de golpe, incluso los siento golpear en mi pecho.
Me levante abruptamente hasta quedar sentado en la cama, logrando que me mareara y viera borroso, pero cuando todo se aclaro vi a Raziel sentado a los pies de la cama, con esa sonrisa atrevida que usaba cuando me observaba, me recorre con sus ojos, y eso me hace ser consciente de que no traigo una camisa, sus ojos se mantienen un tiempo en mi tórax y al final suben a mi rostro, lentamente, creo que observa mis labios y no puedo evitar el impulso de humedecerlos, sigue subiendo hasta verme a los ojos.
—¿Cuánto ibas a dormir?—Repite, me estremezco ante su voz, nunca pensé que esto podría suceder de verdad, que con solo escuchar la voz de una persona pudieras desearla, quería seguir escuchándolo, susurrando y gimiendo cosas.
—¿Hace cuanto que estas ahí?—Me pongo de pie, saliendo del calor de las sábanas para colocarme un buzo y unos pantalones, de espaldas a él, ni siquiera voy a preguntarle cómo es que entro.
—Hace varios minutos.—No paso por alto que su tono de voz cambió, ahora mantiene uno más suave.
Termino de vestirme y me giro, Raziel sigue allí sentado, con su vista clavada más abajo de donde debería estar mi cara, estaba mirándome el culo. Ambos nos observamos, ambos lo sabemos, pero ninguno dice nada,yo por la vergüenza y él porque parece divertirse a mi costa.
—¿Cómo te sientes?
Me tenso, él lo sabía, por el tono cuidado de su voz y por la forma de preguntarlo, quizá luego hablarán con Maryam y ella le haya contado .
—No se, es extraño, ahora vuelvo a estar un poco asustado pero no tanto como ayer.
Raziel asiente, entendiendo lo que le digo, mientras ambos comenzamos a caminar hacia la cocina.
Cuando ingresó en esta casi espero toparme con Callum tratando de incendiarnos otra vez, pero el chico no se encuentra, todo esta igual a como lo había dejado en la noche.
Camino hasta los estantes para sacar pan y cortarlo en rodajas.
—Deja que te ayude.
—¿Sabes cocinar?—Le pregunto por precaución, lo último que quiero es que ahora el rubio también haga un desorden de la cocina.
ESTÁS LEYENDO
DAEMONIUM [EN PAUSA]
Romantizm"Ella solo quería salvarlo y termino deseándolo. Él solo quería desearlo y termino salvandolo." La ciudad de Canterbury al sudeste del país esta acostumbrada a ver caras nuevas cada día, por las calles de piedra de Borgate pasan centenares de perso...