Capítulo 2.

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Maryam.


—¿Cómo sabes si te gustan las chicas?

—¿Te gustó?—Le pregunto a Sidney, dejando el lápiz a un lado de la hoja donde en realidad no pude escribir nada.

—Ya quisieras.—Me responde rodando los ojos.—¿Entonces?, ¿Cómo sabes que te gusta una chica?

—Del mismo modo del que sabes que te gusta un chico.

—Nunca me gustó un chico.

—¿Y una chica si?

La chica sentada a mi lado solo asintió y bajó un poco la cabeza, como avergonzada de lo que acababa de decir, mientras yo solo podía sonreír.

—Entonces, ¿cuál es la pregunta?

Ella se encoge de hombros y después se re acomoda el pelo castaño tras la oreja.

—Es que, ¿cómo le dirías a tus padres que te gustan las chicas?

No sabía, mi madre estaba muerta desde que era pequeña y mi me corrió de casa, y creo que eso le importaría muy poco. Pero no puedo decirle eso a Sidney.

No se como se haya tomado mi silencio, pero continuó hablando.

—Una vez intente decirles con una metáfora, ¿sabes?

—¿Cómo?

—Mi madre estaba haciendo licuado y me pregunto que me gustaba, y yo le dije: "Pues me gusta el pepino pero también la papaya."

Quise reírme, pero tuve que aguantarlo, por la cara de Sidney creo que no tomara muy bien que me reía de eso.

—¿Y qué pasó?

—Me tuve que tomar el licuado más asqueroso de mi vida.

Ya no lo aguantaba más, esta vez no pude evitar reírme, no fue una gran risa, solo un poquito, para liberar lo que tenía. Incluso tuve que cubrirme la boca con las manos para que el profesor no lo notara.

—Solo ve y diles, ¿cuál es el problema?

—Que mis padres son católicos, vamos a la iglesia cada domingo, y aunque nunca hablamos de sexualidad se lo que piensan sobre eso.

No sabía qué decirle, nunca había pasado por eso con mi padre, por obvias razones.

—¿Quién es la chica que te gusta?—Quise cambiar de tema, ya que ella se veía bastante tensa en ese momento.

—Aunque seas mi mejor amiga no te lo diré, me vas a molestar.

—No seas ridícula, ¿es de nuestra clase?

Negó con la cabeza, nunca había visto a ninguna chica con Sidney, siempre parecía estar sola.

—Va a preparatoria.

—¿Te estás metiendo con una menor?

—Tiene diecisiete, en dos semanas dieciocho, y yo apenas cumplí dieciocho.—Se excusó rápidamente, y también vi como sus mejillas se teñían de rojo levemente, era adorable.

—Habla con tus padres, puede que sean católicos, pero últimamente la gente está cambiando, las cosas no se ven de la misma manera que años atrás. ¿No dicen que Dios es amor?

—"Quien no ama, es porque aún no ha conocido a Dios, ya que Dios es amor." Juan 4:8—Recita, ella al igual que yo no ha escrito nada en su libreta, solo ha hecho garabatos con su lápiz.

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