Caminaron calmadamente de vuelta a la casa. Kougami quería decir algo, tenía muchas preguntas y ni idea de como iniciarlas. Notó un detalle, cosa que lo apartó de sus pensamientos por un momento
-la puerta...
-¿qué?
-la puerta está abierta. Tsunemori ¿cerraste la puerta, verdad? ahora está abierta
Era cierto, la oscuridad del lugar y las luces apagadas de la casa no les habían permitido distinguir aquel hecho
-¡Candy!- dicho esto, la mujer corrió hasta la casa, seguida por Kougami
Entraron apresurados. El policía buscó desesperadamente donde encender las luces mientras la castaña llamaba a su gata sin respuesta alguna. Las luces volvieron, el hombre había logrado encenderlas
-¡Candy! ¡Candy! ¿donde estás Candy?- ninguna respuesta
-la buscaré en otras habitaciones
Kougami buscó en la sala de estar, en la habitación de Akane, en la habitación paralela a esta, que parecía ser de la abuela de la castaña, y nada. Tsunemori buscó en el baño aunque no tuviera como meterse ahí, buscó en la cocina, en la despensa junto a esta, y nada. Comenzaba a preocuparse aún más cuando su oído logró captar un bufido proveniente de una de las alacenas de madera en la despensa. Kougami llegó justo para ver como Akane era arañada por la asustada felina. La vió sentarse en el piso y llamar a la gata blanca con su voz más dulce para intentar calmarse, por lo que el policía se ubicó detrás de la puerta para no espantarla. Tras unos minutos, el pequeño animal blanco niveo, cedió y se acercó a su dueña
-no está, su cascabel no está
-lo que importa es que está bien ¿no?- respondió el hombre luego de acunclillarse detrás de la joven-además los cascabeles les molestan a los gatos
-¿sabe por qué se les ponen cascabeles a los gatos? Que desapareciera su collar después de lo pasó es un mal augurio, diría mi abuela
-¿por qué?
-los gatos protegen a las personas de cosas que no podemos percibir, y las personas protegen a los gatos de dichas cosas con amuletos. El sonido que emiten los cascabeles ahuyentan a los espíritus malignos
-¿crees en esas cosas?
-no lo sé, no creo que todo sea inventos de las personas. Algo de sabiduría debe haber en ello. Pero después de todo lo que hemos pasado estoy segura que por lo menos quien está detrás de esto debe creer fielmente en esa clase de cosas
-tienes razón-se acomodó en el suelo, detrás de ella- no sé si existen esas cosas, mi trabajo y mi vida giran en torno a resolver crímenes con hechos concretos y abalados por la ciencia, crímenes cometidos por seres humanos. No hay cavida para sucesos paranormales y seres no mortales- los dos se miraron- este caso... es algo distinto a todo lo que me ha tocado investigar. He estado en casos de homicidios de indole ritual, pero este es distinto. Pareciera que realmente algo más está interviniendo aquí. No hay rastros de ningún tipo, el corto tiempo en que sucedieron los homicidios, en segundo agujero en el techo, nada de esto parece haber sido cometido por algún humano ni mucho menos por un animal
-le aseguro que no tengo habilidades mágicas- él la miró confundido- sé que soy sospechosa en este caso, nadie me lo dijo, sin embargo es bastante obvio
-no tenía idea de que lo supieras- se rascó la nuca- es cierto que eres la principal sospechosa, más no hay algo que te incrimine, especialmente ahora. Las razones para sospechar de ti no son suficientes para culparte. Por ejemplo, incluso si hubieras borrado evidencia al sacar a la pequeña Sato, algo, un rastro de esto hubiera quedado. Aunque mi equipo y yo no fuimos los que investigaron desde el inicio, lo cierto es que los policías anteriormente a cargo lo hicieron bien, siguieron los protocolos adecuados y manipularon correctamente la evidencia rescatada
ESTÁS LEYENDO
El caso de las muñecas
Science FictionUn crimen cruel y bajo muy extrañas circunstancias ha ocurrido en un pueblo no muy lejano a la gran ciudad. Kougami Shinya, un prestigioso detective deberá resolver el caso que ningún otro policía logró cerrar, mientras Tsunemori Akane estará en la...