¿Cómo se hacen los bebés?

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Diciembre, 17 de 1924.

Jordan caminaba por la sala de un lado a otro, sonando con fuerza sus pasos. Su hermano y mejor amigo estaban jugando ajedrez en la sala de los Barnes, a ella no la incluyeron en el plan, así que pensó en fastidiarlos.

—¡Ahs! Carson, ya basta de hacer eso. Nos desconcentras.— Se queja Steve moviendo una pieza en el tablero.

La ojiverde lo vió por un instante y siguió con sus pasos torturadores.

Bucky suspiró y vió a su amiga. —Hey, no seas así. Te preguntamos y dijiste que no querías jugar, no nos salgas con eso ahora.— Dijo él.

—Pues me arrepentí, la gente se arrepiente.— Jordan les reclama seria. —Ni si quiera hablan conmigo, el silencio me está matando.—

El niño rubio suelta un bufido. —Déjanos, el juego está interesante.—

—Parecen niños raros.— Taylor se sienta en el sofá.

—Tú eres la rara.— Le dijo Steve.

—¿Qué? Claro que no.— Jordan se defiende.

—Si, juegas con nuestros carritos.— Concuerda Bucky.

—No sean estúpidos, los juguetes y los colores no tienen género. Eso de que las niñas no deben jugar con cosas de niños me parece una completa tontería.— Jordan dice viendo el techo. Steve y Bucky se ven a los ojos, luego cierra en juego y van a sentarse junto a la ojiverde.

Bucky toma la mano de Jordan y coloca en ella la dama negra del tablero. —¿Qué más te parece una tontería?—

Steve agarra la otra mano de su hermana. —Si, iluminamos con tu inteligencia.—

Jordan ve la pieza y juega con ella en su mano. —Ustedes pregunten.—

—¿Qué opinas de que las mujeres deben estar en la cocina y los hombre en la oficina?— Preguntó Steve, fue lo primero que se le ocurrió.

—Necesito saber quien fue el animal que dijo eso.— Jordan dice y balancea sus pies. —Es otra estupidez, las personas de esta época son muy cerradas. Las mujeres pueden hacer lo mismo que los hombres, incluso mucho mejor, pero obviamente, todos creen que por tener algo colgando de sus entrepiernas deben mandar.—

El comentario de Jordan causó la risa de James. —Ay, eso fue bueno.— Dijo aún riendo.

—¿Dé qué te ríes?— Preguntó Steve.

—Es que Jordan cada vez que hablamos destila su veneno, como que odia a las personas.— Bucky dijo al terminar de reír.

—Lo hago, las personas son malas, chicos. Mis papás murieron por la ambición de alguien y al igual que ellos, mueren millones cada día y no solo por ambición, sino también por creencias sin sentido. Si no eres católico, si eres de color chocolate también, si eres mujer, si eres algo fuera de los estereotipos te condenan por siempre, te condenan por ser diferente.— La ojiverde suspiró. —Creo que nací en la época equivocada.—

—O quizás naciste en la correcta para que cambiarás lo que está mal en el mundo.— Dijo Steve encogiéndose de hombros.

Bucky asintió de acuerdo con su amigo. —Ahora...— Habla él. —¿Alguno sabe cómo se hacen los bebés? Tengo que hacer la tarea y me da pena preguntarle a mi papá.—

—Amigo, los trae la cigüeña.— Habla el rubio de ojos azules.

Jordan ríe a carcajadas. —¿Cómo los va a traer un cigüeña? Eso no tiene sentido, las cigüeñas se comerían a los niños en el camino. Y yo tampoco he hecho la tarea, Sarah llegó muy cansada del trabajo ayer.— Dijo la niña, ya que estudiaban juntos.

Souvenirs de Jeunesse.   ||Bucky Barnes & Steve Rogers|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora