Al verla.

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Narrado por James 'Bucky' Barnes.

Era la navidad de 1930, muchos niños de Brooklyn corrían por las calles de la ciudad emocionados mientras esperaban la llegada de Santa. Mientras yo me encontraba en mi habitación arreglando mi ropa, y mi perfecto cabello para cenar en la casa de los Rogers, mis mejores amigos, ya que mis padres y la Sr. Sarah acordaron realizarla allí.

—¡James! ¡Apurate, Sarah nos está esperando!— Gritó mi madre desde el último escalón de las escaleras.

Cuando se trataba de una visita a su mejor amiga, era muy puntual y la entiendo, yo era igual de quisquilloso a la hora de ver a mis amigos. Le di una ultima mirada a mis aspecto en el espejo y como alma que lleva el diablo, bajé las escaleras.

—Pero que hombrecillo tan guapo.— Me halagó mi primogénita. —Así le gustarás a cualquier chica.—

—Winifred, di lo que realmente quieres decir...— Me miró el hombre con una sonrisa divertida. —Así le gustaras a Jordan.— Fastidió mi padre.

Yo simplemente pude rodar los ojos en fastidi0, seguían sin entender que la ojiverde solo era mi amiga. —¡Vamos! No podemos llegar tarde.— Los apresure a salir de la casa, ya que el reloj marcaba las 8:58.

Cruzamos la calle y tocamos el timbre de la casa Rogers, está se abrió unos segundos después mostrando el pequeño cuerpo del dueño de la casa, mi amigo Steve.

—¡Buck!— Me saludó él con un fuerte abrazo.

Correspondí su abrazo con la misma emoción y lo saludé. —Amigo mio.—

—Pasen, pasen. Mi mamá está en la cocina.— Nos dijo el rubio y así lo hicimos.

Mi madre junto a mi padre se fueron a saludar a la Sr. Sarah y yo me quedé hablando con Steve sobre los regalos que le pedimos a Santa, aunque ambos ya sabíamos que ese señor no era el que nos entregaba los regalos. Luego de hablar un rato con el rubio, me di cuenta que una chica que quería mucho no había aparecido en la sala, así que fui a la cocina para preguntar por ella.

—Señora Sarah, ¿dónde está Jordan?— Le pregunté a la madre de la muchacha.

La rubia de ojos azules sonrió. —Debe estar en su cuarto, seguro no quiere bajar por el vestido que le tocó colocarse. ¿Podrías ir y convencerla de bajar? Últimamente te hace bastante caso.— Me dijo ella.

Asentí y camine escaleras arriba hacia la habitación de mi amiga. Al llegar, toque una vez la puerta y está se abrió un poco, mostrándome algo de la habitación y a Jordan intentado colocarse el vestido. No entré, ni hice ruido pues quería observar

¡Dios Santo! Estás invadiendo la privacidad de Carson.

Escuché algunas maldiciones de la castaña mientras su mano intentaba alcanzar el cierre de la prenda, quise reírme pero se me fue el aire cuando ella se sacó la tela por la cabeza con rabia y se colocó frente al espejo, pude ver su cuerpo solo cubierto por una muda de ropa interior. No quería seguir allí, ella era mi amiga y verla en su estado más natural estaba mal pero por otra parte, tenía curiosidad, un pedazo de mí pedía que me quedara y siguiera observando. Y así lo hice.

Jordan tenía unas curvas hermosas que poco a poco se acentuarían más, la piel dorada de su espalda se veía aterciopelada y brillaba, supuse que se había hecho una hidratación mientras se bañaba. Seguí recorriendo su cuerpo con la mirada y pude ver su trasero, quedé impresionado por lo redondo que estaba.

¡James! Lo que haces está muy mal, vete de ahí.

Mi conciencia me gritó pero yo no la escuché, quería ver más. Mi mejor amiga era muy hermosa, ¿por qué no lo había notado nunca? A pesar de sus trece años ya tenía un hermoso cuerpo de mujer, oh, las mujeres. En definitiva, una bella creación de la naturaleza. Ahora estaba 100% confirmado que me gustaban por completo.

Miré un poco más arriba, gracias al espejo en el que ella se miraba y observé el nacimiento de sus pechos, eran pequeños pero muy libros. Me incline un poco más perdiendo el equilibrio, haciendo que la puerta rechinara. Maldije para mis adentros.

—¿Mamá?— Escuché la voz de Jordan acercándose a la puerta.

Me puse tan nervioso que salí corriendo hasta llegar a las escaleras y casi ruedo por ella. En la punta de estás estaba mi mejor amigo viéndome un una ceja alzada.

—A ver, déjame adivinar. ¿Jordan te mostró una araña?— Preguntó Steve divertido.

Yo negué frenético sin poder emitir palabra alguna, estaba sudando frío y por el calor en mi rostro, sabia que estaba sonrojado. Escuché unos pasos detrás de mi y al rogarme, vi a la persona que estaba espiando. Más me sonrojé.

—¿A ti que te dió?— Me preguntó Taylor con una ligera sonrisa tirando de sus labios.

—Y-yo... Mm, yo...— Balbuceé.

¿Qué te pasa? Tu nunca tartamudeas.

Cochina voz interna, nunca sirves.

—¿Tú?— Preguntó Jordan alargando la u.

—¡Tengo hambre!— Grité con una sonrisa, pero fue consiente de mi tono de voz mucho después.

La ojiverde se acercó a mi peligrosamente y me escaneó con la mirada, podía sentir su respiración chocando con la mía. Yo sonreí inocente, nadie me vió, así que sin pruebas no podían acusarme.

Jordan sonrió un poco. —Te ves lindo.— Halagó y besó mi mejilla luego. —El azul combina con tus ojos.—

—¡Jordan Taylor está halagando a James Barnes, fin de mundo!— Exclamó Steven.

—¡Ay, callate!— Como era costumbre, Jordan insultaba a Steve. —Deja los celos, también estás bonito.— Dijo ella abrazando por los hombros a su hermano.

Mientras ellos discutían, yo me sonrojaba más. No podía sacar la imagen de Jordan frente al espejo de mi cabeza, ¿será que mi padres tenían razón? ¿Será que Carson me gustaba y yo era tan estúpido para darme cuenta?

La voz de Sarah llamándonos para cenar, me sacó de mis pensamientos y lo agradecí internamente, porque si seguía pensando en Jordan, haría el ridículo toda la noche frente a ella y no me convenía, considerando que la castaña recordaba todo, siempre.

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Nos vemos en un rato.

Los quiero mucho.

#Angie. ❤

Souvenirs de Jeunesse.   ||Bucky Barnes & Steve Rogers|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora