Cuando eres una flor

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La Ley de Propiedad Intelectual, regulada por real Decreto Legislativo 1\1996, de 12 de abril (modificada por la Ley 5\1998 de 12 de abril) dispone en su Art.1 que " la propiedad intelectual de una obra literaria, artística o científica corresponde al autor por el solo hecho de su creacion".
Por tanto se prohíbe la copia de la trama de esta historia, sus personajes, nombres o lugares inventados.
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Cuando eres una flor

En un reino, en primavera, nació un día una niña con el pelo blanco y pétalos de margarita en las muñecas. Sus ojos iban del color rosa más claro al más oscuro, y pronto se convirtió en un motivo de orgullo para sus padres, pues era muy linda y amable. Llamaron a la niña Flor, refiriéndose a la bonita apariencia de la chica.

Pero cuando cumplió los dieciséis, algo cambió en ella, y una mañana al despertar descubrió que en su cabello se enredaban hojas de tulipán, y de sus muñecas salían pétalos de esa misma flor. Ella recibió el cambió con preocupación, pero sus padres la dijeron:

-¿Por qué te preocupas? Así eres aún más hermosa- Aquello precisamente era lo que la preocupaba, pues quería pasar desapercibida. No la gustaba que la señalasen todo el tiempo cada vez que paseaba o realizaba las compras en el pueblo. Pero no pudo hacer nada, y la fama de que en el reino habitaba una chica incluso más hermosa que las flores llegó a oídos de los reyes del lugar, que un día llegaron a la casa de Flor acompañados de su hijo y con ganas de ver a aquella chica de la que tanto habían oído hablar. Cuando se presentó, el rey comentó:

-Es hermosa la criatura...¿Cómo se llama?- Algo en esa forma de hablar escamó a la chica, y ante la mirada asombrada de todos los que allí estaban presentes, e incluso de ella misma, sus ojos se volvieron verdes, de su pelo crecieron flores blancas y de sus tobillos, muñecas y hombros brotaron hojas de hiedra. 

Pero, en vez de verlo como una amenaza, el rey lo vio como un prodigio, y propuso a la familia que su especial hija marchase a vivir a su palacio, propuesta que no se pudo negar, ya que sería una enorme falta de respeto.

En el palacio, Flor estaba triste y agobiada, aunque todo en un principio la había maravillado y encantado, la situación había cambiado muy rápidamente . No la dejaban en paz ni un momento, y siempre que la veían la llamaban "criatura maravillosa". Al final, la pobre chica se sintió como una mascota exótica del rey, y empezó a querer pasar desapercibida de nuevo. Una mañana, percibió con felicidad un nuevo cambio: En su cabeza había aparecido una preciosa y enorme flor rosa, y en torno a su cintura había crecido una gran hoja verde como las de los nenúfares. Desde ese día, se escondió en el agua del estanque que adornaba el palacio, ya que como aquellas plantas podía estar en el agua horas y horas. Podría haber estado días, pero no la dejaron.

-¿Porqué no te conviertes en algo bonito, como un lirio o una caléndula?- La preguntó un día el rey de mal talante- Estás ridícula así, y mañana te quiero enseñar al rey de Frizan, que viene de visita.-

-Yo no controlo mis cambios- Insistió Flor.

-¡Pues más te vale ser algo bonito mañana!- Y el rey se marchó, dejándola con las palabras en la boca.

Aquella noche, Flor decidió que había tenido suficiente. No pensaba convertirse en nada para el rey, y pasó la noche completa deseando volverse algo horrible para poder irse de allí lo antes posible. Pero a la mañana siguiente comprobó aterrada que sus mejillas estaban coloradas como las rosas, sus ojos eran de un rosa brillante y que su pelo se había convertido un preciosísimo capullo de rosa. Estaba más bella que nunca.

Y entonces se dio cuenta del truco que había decidido emplear su magia.

Cuando el rey de Frizan llegó a palacio, cayó maravillado ante la belleza de la chica, y se la quiso llevar a su castillo por un tiempo, ya que era gran amigo del soberano del reino de Flor, quien estaba dispuesto a entregarla por unos días. Pero ella se negó.

-No voy a irme a ningún lado. Hoy es mi último día en palacio y marcharé a casa-

-¿Cómo te atreves?- Gritó el rey.- Eres una flor, no te debes quejar. Eres un objeto de adorno...- El rey estaba cada vez más rojo.

-No soy un objeto de adorno, y ahora me voy a marchar- Y haciendo una bonita reverencia, la chica se dispuso a irse, pero su soberano la agarró del brazo en un ataque de ira. Todo sucedió en un momento: El rey gritó y ella vio espinas rasgando la manga de su vestido.

-Todas las rosas tienen espinas, majestad- Dijo, calmosa. Luego añadió: - Y yo no soy un objeto. Ni las flores tampoco. Ahora, debo irme.- Pero no pudo irse. En un abrir y cerrar de ojos, la atraparon y la encerraron en las mazmorras. Flor no se lo podía creer.

-¿¡Qué!? Llevo semanas retenida contra mi voluntad aquí. No podéis hacerme esto-

-¡Claro que puedo!- Rió el rey- ¿No ves que lo estoy haciendo?- Y se marchó nuevamente, igual que la noche anterior con sus andares pomposos.

Flor, como cualquier planta haría si estuviese en un sitio a la sombra, con frío y sin sol reconfortante, empezó a perder los pétalos, hasta que quedó como una rosa marchita. Un día, vio musgo cerca de la puerta, y se acercó a él:

-Musguito, por favor, ayúdame. Dile al resto de flores que necesito su ayuda.-

Así, en pocos días el palacio quedó asolado por flores venenosas, enredaderas, e incluso pequeñas margaritas acudían en ayuda de Flor. Pero los reyes se negaban a soltar a su prisionera, ahora además alimentados por la rabia de que las plantas estuvieran estropeando su palacio. Y la situación no parecía ir a cambiar: Cuantas más plantas se cortaban en aquel palacio, daba igual lo muchas que fueran, llegaban todavía más en ayuda de la chica. 

Entonces llegó un día en el que la joven no aguantó más y falleció. Aunque no lo hizo sola, lo hizo rodeada de flores que la amaban y luchaban por ella. Al enterarse de su muerte, las flores atacaron el castillo con mucha más furia y lo acabaron convirtiendo en ruinas envueltas en todo tipo de vegetación. Entonces el espíritu de la joven pudo escapar y, aunque podría haberse ido, decidió quedarse, cuidando del bosque y de las nuevas plantitas y florecillas que crecían por allí. Flor fue muy feliz, como jamás lo había sido, y esa felicidad la mantuvo toda la eternidad cuidando del querido bosque.

Las ruinas del castillo se convirtieron en un nuevo hogar para las plantas, a los reyes se les desterró por su crueldad y la joven pasó a la eternidad como La Reina de las Flores, soberana del Bosque Mágico, fantasma más famoso en la Historia de la Magia, aunque ahora sólo se recuerde la sombra de su historia.

No se va a negar que esta historia es hermosa, pero también su protagonista ha sido muy importante, ya que se dice que Flor fue la primera Maga Metamorfosis. Hay muy pocas Magas Metamorfosis, ya que su poder suele erradicar en la naturaleza, además son muy sensibles a cambios bruscos de temperatura, ya se conviertan en flores, animales o elementos como fuego o agua.


¡Os espero en la siguiente historia! Preparaos para conocer la injusta y peculiar historia de Blanca, una muchacha dotada de un poder extraordinario y muy, muy especial.


Si os gustó la historia de nuestra Maga Exótica Flor, dejad vuestro voto y comentario! Y algún que otro truquillo sobre cuidar plantas será bien recibido.     :D 

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