La Ley de Propiedad Intelectual, regulada por real Decreto Legislativo 1\1996, de 12 de abril (modificada por la Ley 5\1998 de 12 de abril) dispone en su Art.1 que " la propiedad intelectual de una obra literaria, artística o científica corresponde al autor por el solo hecho de su creacion".
Por tanto se prohíbe la copia de la trama de esta historia, sus personajes, nombres o lugares inventados.
...................En la ciudad del desierto de Deriall vivía una chica de tez morena, pelo negro y ojos oscuros. Se llamaba Kalinna. Muchos la reconocían por su carácter fuerte y sincero. Trabajaba llevando agua a una ciudad no muy cercana, a la que tardaba cinco días en llegar. Siempre había hecho sus viajes en soledad. Jamás la había acompañado nadie, y a ella le daba igual: Sabía protegerse sola, y no le hacía falta que nadie le diese conversación. Kalinna hablaba poco, aunque era una muchacha de acción. Hubo una vez, incluso, que la había pillado una tormenta de arena a medio camino, y su camello y los otros tres que llevaban el agua habían tenido que refugiarse en unas ruinas abandonadas toda la noche.
Por eso no le hizo ninguna gracia cuando la hicieron cargar con un muchacho llamado Garen para que la acompañara en sus viajes. Según el resto de personas, sería buena influencia, pero ella solamente veía una cosa pesada que debía estar llevando todo el camino.
Aquel mismo día, partió con el joven por el desierto, pero apenas había marchado cuando él empezó a hablar.
-Realmente me han hecho venir para protegerte...¿Sabes?
Kalinna rió con desdén.
-¿Protegerme a mí? Llevo años recorriendo este camino. He sobrevivido a tormentas de arena, ladrones, serpientes y escorpiones. Jamás he perdido una gota de agua más de la que necesito para beber. Y ahora dime ¿Qué has hecho tú?- Pero él no contestó, y ella sonrió con sorna para sí misma.
Pasados un par de días, estaban en plena noche, a la luz de una hoguera improvisada.
-¿Sabes? Tus ojos se ven extraños con el fuego.- Soltó él de pronto.
-¿Ah, sí? ¿Y cómo se ven?- No había burla en su voz, sólo una pizca de curiosidad que apenas rozaba la pregunta.
-Dorados- Kalinna no pudo aguantar una leve risa, y fue en ese instante cuando bajó la guardia. Hacía un rato le había parecido que los observaban, pero sólo fue consciente cuando unas sombras se abalanzaron sobre ellos. Sacó su daga, pero eran demasiados. Al final, no tuvo más remedio que bajar el arma y preguntar de mal talante:
-¿Qué queréis? Transportamos agua, nada más.- Y luego, con un suspiro de resignación: Es lo único que os podemos ofrecer.
-No queremos nada vuestro- La contestó una voz ronca- Te queremos a ti. Queremos que nos des tu poder...
Kalinna deseó haberse dado cuenta entes de que les seguían, o poder huir a algún lado. No deseaba seguir hablando con esos locos. Fue entonces cuando notó que la estaba tragando la arena. Con un grito de sorpresa, miró sus piernas, que ya se hundían en la duna. Intentó aferrarse a algo, pero cuando se quiso dar cuenta, la arena la llegaba por encima de la cabeza. Y entonces notó asombrada que podía respirar, y de alguna manera, podía ver. Intentó moverse y con sorpresa se dio cuenta de que podía nadar en la arena. Sin pararse a pensar, urdió un pequeño plan de rescate: Jamás había perdido una gota de agua, pero lo que no pensaba perder de ninguna manera era al chico que la acompañaba. Nunca lo dejaría solo e indefenso con unos locos armados.
Desde debajo de la arena, sin ser vista ni notada, sacó de pronto la manos para hundir al muchacho todo lo rápido que pudo. Lo aferró de los tobillos, así que pronto se encontró el también bajo tierra. Kalinna supuso que él no podía respirar, así que evitó en todo momento soltarle la mano para que él pudiese moverse a sus anchas y no quedase aplastado y ahogado por la arena. Cuando estuvo segura de que se habían alejado bastante, emergieron de pronto, primero él y luego ella.
-Esto es increíble- Murmuró él.
-Mi agua...- Se lamentó Kalinna- Todo el encargo...
-¿Pero tú te estás oyendo? ¡Puedes hacer cosas fascinantes y te preocupas por un simple encargo!-
-No es un simple encargo. Es mi trabajo- Pero aún así, la chica se levantó y le ofreció la mano- Volvamos a la ciudad. Digamos lo que ha pasado y marchémonos.
Muy pronto Kalinna descubrió que bajo la arena estaba en su elemento. Dejó a Garen en la ciudad, y se marchó tan pronto como pudo. Podía hacer algo fantástico y sorprendente que nadie podía hacer ¿Porqué desaprovecharlo?
En los siguientes años, fue de ciudad en ciudad, danzando sobre la arena, haciéndose revolotear por encima de ella o nadando por debajo. Se la acabó tratando como a una leyenda, una deidad del desierto. Pero Kalinna también descubrió una cosa: Muchos chicos y chicas que también podían hacer cosas maravillosas, dones extraordinarios y especiales, personas con dones a los que no se les apreciaba o no se les trataba bien.
Kalinna les prometía a todos y cada uno que haría algo por ellos, pero realmente no tenía ni idea de qué podía hacer ella para arreglar el daño que estaban sufriendo.
Un día le llego la respuesta.
Estaba nadando en una zona perdida de desierto, cuando vislumbró algo a lo lejos. Parecía una especie de ciudad... Enterrada. Le pareció extraño.
Al acercarse, constató que eso era exactamente: Una ciudad entera olvidada bajo las doradas dunas. Inmediatamente se le ocurrió la idea que salvaría al resto de personas especiales: Hacerla resurgir y crear un refugio seguro, una especie de ciudad de las maravillas.
Y a eso se dedicó durante exactamente cuatrocientos veintiséis días. A hacer resurgir una ciudad del interior del desierto. Después, trajo a todas las personas especiales que encontraba y que eran tan valientes de acompañarla.
Durante años estuvieron arreglando y trabajando la ciudad.
Cuando terminaron, Kalinna desapareció entre las arenas, dejando a todos los magos y magas agradecidos, felices y seguros al fin, y dejando su marca en la historia para siempre, su nombre pronunciado con reverencia y cariño, su historia plasmada en cada piedra de la más especial y hermosa de las ciudades.
La historia acaba así porque realmente nadie sabe qué fue de Kalinna.
Está tan bien relatada y sabe muchos detalles sobre la historia de esta maga porque inicialmente, quien la escribió fue Garen. Luego, en runas y símbolos se terminó de escribir la última parte, la referente a la ciudad. Actualmente, esta ciudad está bien escondida y nadie sabe nada de ella, sólo que es la única ciudad de magos y magas del mundo. Muchos piensan que hay pocos mágicos, pero la realidad es que de antes estaban por todas partes.
Ahora somos muy pocos, debido a la gran cacería de mágicos, que duró cinco años.
La siguiente historia hablará sobre el peculiar don de Nina, una de las primeras magas modernas reconocidas como tal.
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Historias Inéditas sobre Magas Exóticas
FantasiLas historias más extrañas, hermosas y apasionantes sobre las magas más increíbles y peculiares que se han llegado a conocer. ¿Quieres saber sobre ellas tu también? La Ley de Propiedad Intelectual, regulada por real Decreto Legislativo 1\1996, de 1...