EL CHICO BAJO LA MÁSCARA 🐰 KOOKMIN 🐥

ಥ‿ಥ Quiero estar a tu lado ◠‿・

Si quería ganar la apuesta y acabar antes de tiempo de una vez por todas el modo pegarse como chicle que se había inventado la noche anterior pondría en uso.

El ánimo no estaba en su cuerpo y menos el tener que esperar por alguien, pero era necesario se repetía.

Las miradas embobadas, los suspiros y susurros de quienes pasaban frente a Jungkook quien se encontraba recostado sobre su auto eran inevitables.

Su ego elevándose por ser tan codiciado se le podía notar en la sonrisa ladeada que mantenía mientras revisaba su celular.

Jimin había llegado a la Universidad y a una distancia prudente se percató del peli-azul quien llamaba toda la atención.

Alzando más el volumen de la música y hacer como si no lo hubiera visto siguió de frente.

__ Hola, buenos días.

Jungkook se había colocado frente a este y saludado haciendo que Jimin se detenga.

Mirándolo con cansancio tan solo dio un paso aún costado para seguir su camino pero Jungkook una vez más se colocó en frente e hizo señas para que se quitara los auriculares que había notado que traía puesto.

Las miradas de quienes seguían pasando incomodaba al peli-negro.

__ Alguien al parecer está de mal humor.

__ Y alguien por lo visto me jodera todo el día.

__ Tan frío.

__ ¿Qué quieres?

__ Quiero muchas cosas.

__ ¿Lo idiota en ti es tan natural?

__ Lo lindo cuando te enojas también es natural.

__ No sabía que podías usar el cerebro.

__ No solo uso eso.

__ Si me lo imagino, al menos deberías cubrir los chupones en tu cuello, pareces un puto __ susurró colocándose a un lado para luego seguir su camino.

Helado, en shock, estático era poco como había quedado Jungkook ante las palabras que Jimin había dicho, era la primera persona que lo había llamado puto en toda su vida.

Volviendo a la realidad y sacando su celular se miró en él y vio ciertamente los chupones que tenía.

__ Maldita sea __ susurró regresando a ver a Jimin que ya se había perdido en los pasillos.

Nada estaba saliendo bien, no se había percatado de los chupones que la noche anterior había obtenido mientras follaba con una rubia con la que se había encontrado en un bar.

Apenas puso un pie dentro del salón las miradas de cuatro chicos cayeron sobre él, apretado sus pequeñas manos dentro de su gran suéter caminó, una vez más las imágenes de sus compañeros en el burdel llegaron a su memoria.

Sin mirarlos siguió su camino hasta sentarse en su puesto y sacar sus libros.

__ Los movimientos de Mimi bailando fueron otro nivel.

El comentario dicho en voz fuerte hizo que Jimin tragara grueso y se tensara.

__ Es todo un Dios bailando, como creen que sea en la cama.

__ Lástima que no preguntamos cuánto cobra por follarlo.

Más y más palabras desagradables escupían con risa y burla.

Una sonrisa melancólica se instaló en los labios de Jimin, pues solo el hecho de que ya trabajaba ahí lo hacía verse como un puto y aunque eso no fuera verdad las palabras sin cuidado siempre hieren.