Capítulo Tres

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"—No quiero estar aquí, no quiero hablar con usted, no quiero más loqueros."

—Bien, lo comprendo. – habló tranquilamente el azabache. – La mayoría nos ven como loqueros, pero nuestro trabajo es ayudarlos. – cerró el folder y lo colocó en la mesita de al lado de su asiento. – Joven Min, no le haré hablar de algo que no quiera, véalo como una simple charla entre amigos. – sonrió ladino.

—No soy su amigo, y no me está entendiendo. – la filosa mirada del pálido hizo que una extraña sensación le recorriera el cuerpo entero. – Podría simplemente decirle a mi hermano que no es necesario las sesiones y con los medicamentos bastan? – el morocho soltó una risa haciendo que el menor lo mirara de mala gana.

—No creo que eso sea ni moral ni éticamente posible, por algo pagan mis servicios, debo ver por su bien... no dejarlo simplemente a la deriva. – habló en tanto se recuperó de la leve risa. – El doctor Jung me dio buenas reseñas, y me pidió que continuara con su tratamiento, dijo que él y usted se llevaban bien. Dígame... ¿Usted cree que no lleguemos a esa confianza? – cuestionó un tanto lascivo y con intención.— Todos empezamos por algo, creo que, así como yo le estoy dando una oportunidad debería intentar hacer lo mismo para que esto sea... recíproco. – mientras más rápido se ganara la confianza, más serviría.

El peli naranja lo miró con recelo, no le veía ganas de aceptar y esto lo estaba poniendo incómodo pues el de bata blanca no parecía querer ceder.

"Tampoco querrá aceptar el dinero" "Bueno, las apariencias engañan" "¿Tal vez busque algo más?"

Mira, Yoongi. – suspiró antes de hablar el azabache al darse cuenta de que el contrario estaba sobre pensando la situación, el pálido lo miró prestando atención. – Hagamos esto... tengamos un mes de prueba. – era su ultima oportunidad para obtener lo que quería y tanto lo quería que el dinero no vendría siendo un problema para él.

—¿Qué? ¿Ahora es una aplicación de música para dar mes de prueba? – Yoongi miró incrédulo a la contraparte y rio sin gracia volviendo a ver a Seokjin, quien ahora se miraba sereno, la mirada oscura no reflejaba emoción alguna, tal vez algo que le indicara que era una broma. Pero no, el mayor hablaba enserio.

– Si después del mes sigues sin sentirte cómodo, seguiré tu tratamiento y ya no habrá sesiones. – continuó la charla cruzando sus piernas y colocando sus manos sobre la rodilla de la más alta. Mantuvo su semblante tranquilo, por dentro cruzando los dedos para que aceptara. - ¿Qué dices?

Y para el tiempo que el pálido se mantuvo en silencio al menos lo estaba considerando.

–Solo un mes. – respondió al fin con una mueca entre disgusto y pena.

Yoongi sabía que no era muy constante durante las sesiones, ya se había acostumbrado a la sonrisa irritante del doctor Jung y a su risa escandalosa cada que lo escuchaba en los pasillos. Esto seria nuevo, al igual que fácil de evitar.

O eso pensó él...

(...)

Después de unas cuantas preguntas incomodas de rutina el pálido salió de la habitación dejando a aquel morocho con una sonrisa satisfecha.

"Viejo raro"

Caminó a través del largo pasillo yendo a la salida del lugar, gran fue su sorpresa al ver a su hermano mayor conversando con el mismo chico con el que se había encontrado saliendo de la habitación en donde se encontraba hace unos momentos. Parecían tener una "platica" muy amena teniendo presentes las comillas pues el único que hablaba con demasía era Jimin. Viró los ojos al notar que el pelirrojo estaba del mismo color de su cabello y su hermano estaba con la misma sonrisa socarrona cuando coqueteaba con alguien.

–Oh Yoongi, ya terminaste. - habló el mayor al notar su presencia – Él es Jungkook, también fue transferido por el doctor Jung. – mencionó con una sonrisa que hizo sus ojos desaparecer mientras el mencionado giraba para saludar de una reverencia, parecía que era de pocas palabras.

Sonrió por educación y después de una rápida despedida por parte de su hermano a quien escuchó decir "Espero verte después, Jungkook-ssi" mirando de reojo como dejaba al mencionado con un sonrojo que casi superaba el color de su cabello.

(...)

–Jungkook-ssi. – arremedó con voz chillona a su hermano después de salir del edificio.

Jimin lo miró y no evitó soltar una carcajada.

–Solo es un apodo, y yo ni siquiera hablo así. – golpeó el hombro del menos escuchado un "ouch" del contrario.

Solo un apodo, podré estar enfermo, pero no estoy ciego. – continuó el pálido. - ¿Cómo terminaste coqueteando con ese chico si solo te dejé una hora esperando y él ya iba de salida? – cuestionó caminando a donde pasarían el resto del día.

–Oh, pues accidentalmente chocó conmigo al salir por la puerta, yo venía de fuera y él no alzó la mirada así que terminamos estampándonos de frente y después lo ayudé a levantarse. – respondió sin más. – Se puso demasiado nervioso así que intenté calmarlo y terminamos platicando un poco. En verdad que no me di cuenta del tiempo, pasó demasiado rápido. – sonrió con sus mejillas sonrojadas.

–Dios, eres un sentimental de mierda. – el menor rio en burla ganándose otro golpe por su hermano mayor.

Parecía que no sería la primera vez que Jimin se aparecería para acompañar a su hermano a terapia, pues aquel chico de grandes paletas le había llamado la atención.



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Se que es un capítulo muy corto, a aahhh, pero prometo compensarlo en el siguiente, denme tiempo, quería actualizar antes de mi cumpleaños, espero les guste el pequeño relleno Kookmin 💓

Mr. Kim [C A N C E L A D A] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora