Capítulo Cinco

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—Apresúrate Yoongi. – la voz de Jimin resonó por enésima vez en la mañana.

—No es mi culpa que te hayas levantado tan tarde, Jimin. – viró los ojos tomando su mochila casi vacía colgándosela en los hombros y saliendo de la bella casa donde compartían hogar los hermanos Min.

Pocos minutos habían pasado cuando subieron al metro en dirección al consultorio del Doctor Kim.

—Joder, estúpida chatarra de metal ya es tarde. – maldijo el mayor entre dientes mientras se sostenía de la barra para no caer.

—El metro no tiene la culpa de que te hayas levantado tan tarde. – gruñó el pálido mientras sacaba una paleta de su bolsillo y le quitaba la envoltura para meterla a la boca.

—Tenia que terminar los croquis de Kim's corporation, me tienen trabajando como esclavo. – replicó ganándose una leve risa de su hermano mientras miraba de nuevo el reloj en su muñeca izquierda.

—Jungwook sigue ahí, ya tranquilízate. – sacó el caramelo de su boca con una mano mientras palmeaba el hombro de su hermano con la otra. - Talvez si le pidieras su número podrías avisarle cuando llegues tarde.

El sonrojo del mayor no pudo ser mas obvio, pues el menor tenía razón, mientras Yoongi entraba a sesión, él se quedaba conversando animadamente con Jungkook, y aunque este último no hablara demasiado pues era muy tímido, Jimin se encargaba de sacar tópicos por donde pudiera y hacia reír al chico. Pero en ningún momento se le había ocurrido pedir su número de teléfono pues no sabía como reaccionaría.

—No molestes, se llama Jungkook y es tímido, por lo tanto no habla demasiado. – dijo entre dientes sintiéndose avergonzado por el comentario de su hermano.

—Eres raro. – hizo una mueca frunciendo sus labios. – Fetichista de enfermitos. - susurró pero su hermano logró escucharlo.

—¡Yoongi!. – golpeó su hombro molesto y bajó del transporte una vez llegaron al destino.

Mientras tanto, el mencionado lo seguía por detrás pensando en el tema de tortura de hoy para el Doctor Kim.

A los pocos minutos ya habían entrado al lugar siendo recibidos por la ya conocida recepcionista quien apresuró a Yoongi para que entrara a la habitación dejando a su hermano con un gran sonrojo y sonrisa al ver que el pelirrojo lo esperaba de la misma manera.

Caminó por el gran pasillo aburrido hasta llegar a la puerta donde salía una melodía bastante alegre. Sin tocar, como ya le era costumbre se adentró a la habitación encontrándose con un bailarín de bata blanca riendo y disfrutando de la música tan animada que resonaba por todo el lugar.

—Yoongi, pensé que no llegarías. – lo miró jadeante mientras volvía a donde el reproductor de vinyl y lo apagaba. – Es bueno verte de nuevo. – continuó girándose hacia el menor dedicándole una gran sonrisa que resaltaba el grueso de sus labios.

Y ahí algo hizo Click dentro del pelinaranja.

(...)

Poco había pasado cuando se sentaron para comenzar la sesión, y como en todas las anteriores Yoongi seguía reacio a abrirse con el mayor.

—Sigues reacio. – suspiró el azabache dejando la libreta de lado mientras se cruzaba de piernas.

—No se de que me habla. – respondió sin ganas el menor, ignorando el posible significado de las palabras del doctor.

—Escucha, Yoon... - el nuevo mote tomó por sorpresa al mencionado. – Se que no quieres estar aquí, se que ya no quieres "loqueros" en tu vida. – hizo comillas con sus dedos en la palabra virando los ojos. - Pero creo que dar oportunidades es mejor para que progreses en tu tratamiento. Si no tienes ganas de hacerlo por ti, entonces hazlo por alguien mas... hazlo por tu hermano. – era la ultima oportunidad para que lograra caer, no pensaba que la manipulación era una buena opción pero no le quedaban mas alternativas.

Mr. Kim [C A N C E L A D A] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora