Capitulo Narrado "Pastillas"

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Bueno, estaba en un barrio nuevo, casa nueva, vecinos nuevos, a lo mejor vida nueva.
Tanto cambio a la vez le asustaba, pero si tenía su diario, estaría todo bien.

—Y está será tu habitación —Nicole abrió la puerta dejando ver una cama grande y cómoda, un escritorio, un closet, una guitarra en la esquina y una ventana que dejaba ver una bonita vista.

—No se como le puedo agradecer todo esto , muchas gracias de verdad. —miraba todo atentamente.

No hay de que, acomoda tus cosas con tranquilidad y ahora yo iré a preparar algo para comer ¿qué te gustaría?

—No tranquila, no tengo hambre. —mintió, si tenía y bastante pero no quería seguir molestándola.

—No te creo —rio un poco— venga, sin vergüenza que yo no muerdo.

Dante se quedo callado mientras pensaba, pero no se le venía ningún nombre de comida a la cabeza.

—No importa, elija usted, todo me vendría bien.

—De acuerdo. —susurró y se retiró de la habitación, dejando solo a Dante.

Colocó su maleta en la cama y empezó a sacar sus cosas con tranquilidad, por afuera, porque ahora en su cabeza pasaban muchas cosas, muchas preguntas, muchas preocupaciones.

"¿Por qué le dijiste eso a nuestro vecino hace un rato? Si nisiquiera haz tenido tiempo para cumplir lo que prometiste"

—No lo se.

"Eres muy complicado de entender, imán de las tragedias te debería de decir, te metes solamente en líos"

—Empezando por ti.

"¿Cómo?"

Dante empezó a tararear una canción evitando el momento que acababa de pasar.
Por su cabeza empezaron a pasar varias preguntas.

Por ejemplo.

¿Cómo será la vida de la gente de mi edad? Serán ¿divertidas, interesantes, normales?

Eso no lo podía saber lamentablemente.

—Así que —tomó un vaso de agua que había en el escritorio porque se le había secado la boca de tanto hablar— eso estaría arriesgando por las faltas que usted ha cometido.

Guardó finalmente una hoja bastante grande.

—¿Todo claro?

Brown no dijo nada.

—¿Estás sordo? —intervino el superior molesto— ¿entendiste o no?

—Que si hombre, que si. Todo claro.

Los 3 lo quedaron mirando unos momentos, después se escuchó una risa por parte del policía que estaba sentado frente a Brown, llamando la atención del fumador.

¿Se puede saber de qué se ríe? Porque yo no he dicho ningún chiste.

—De ti, tú eres el chiste pero bueno.

Rodríguez se quedó mirando confundido al policía, mientras que el superior se aguantaba las ganas de  reír.

—Ah ¿ahora soy un chiste? ¿Me ves cara de un maldito payaso o qué?

—No es necesario que vayas maquillado como uno, de por sí ya lo eres.

Uh, golpe bajo.

El Diario De Un EsquizofrénicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora