Capítulo 10: ¿Volverás?

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—¿Volverás?— El mayor se sentía tan asustado, tan frágil, que si se iba su corazón se rompería.

Le parecía extraño ese nuevo sentimiento que iba floreciendo dentro de él, le quemaba, pero al mismo tiempo se sentía bien.

—Volveremos a encontrarnos—.

Y sin más, se fue, dejándole un vacío, pero un vacío que podía ser llenado otra vez con ese mismo sentimiento.
























El violinista se sienta en la cama, la cual está cubierta con pétalos de rosas rojas, toma su instrumento y según la canción aprendida comienza a tocar, no sabe cómo sentirse, se siente bien pero abrumado, siente que le falta el aire, no puede respirar, como si le ahorcaran, pero le resulta tan placentero que no le importa, sin darse cuenta se encuentra en el mundo de los humanos, humanos que ya no desea, pasa a lado de una mujer joven, de piel blanca y ojos azules, tan hermosa como pura, pero no le interesa, su próxima víctima es más...diferente.

La chica se sienta en una banca, pensando en lo que acaba de pasar, su hogar ahora destruido y su corazón quebrado, no sabe lo que pasa, hace mucho que no se sentía así, pero al mismo tiempo se siente tan bien.

Las semanas pasaron y encontrar un nuevo hogar no le fue tan difícil, esta vez consiguió un departamento a las afueras de la ciudad, cerca de un río para que nadie sospechara de los cadáveres. Pero una mañana le apareció algo extraño, una rosa cerca de la ventana, sabiendo que vivía en un cuarto piso, algo extraño a su parecer, se asomó a la ventana y miró hacia abajo.

El violinista toma su lugar, cerca de un río mira hacia arriba y sonríe, no sabe lo que pasa, solo ve a su público arriba en un cuarto piso, apoya el instrumento y comienza a tocar tan exquisitamente que el corazón de quien le observa se encoge y se llena de amor y ternura, no sabe porque, pero sigue tocando, la vergüenza abandona su cuerpo y toca con el corazón.

La canción termina y cuando se da cuenta respira agitado, como si hubiera hecho un gran ejercicio, hace una reverencia mientras desaparece entre los escasos árboles que hay cerca del río.

Joven, expectante, también respira agitada, se toca el pecho y cae sentada, una sensación que nunca antes había sentido, era tan excitante, era tan delicioso, más de lo que era matar para ella.

Sus años de juventud y vigor le caen encima, no se da cuenta del intruso que hay en la habitación hasta minutos después, cuando ya solo está a centímetros de ella, acaricia su mentón con sus largos y delgados dedos, ella alza la mirada confusa, al darse cuenta del intruso sonríe.

—te dije que nos volveríamos a ver— su voz carga con un toque de amor y lujuria, combinados con melancolía y extrañeza.

Él la tomó en brazos mientras ella se levanta y rodea las caderas de su intruso con las piernas, la lleva a la cama y procede a desnudarla besando cada parte de su cuerpo, acariciando cada parte de su cuerpo, marcando como suyo cada parte de su cuerpo.

SONORA DE VIOLÍN [offenderman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora