SONORA DE VIOLÍN [offenderman]

Capítulo 4: Nuevo Vecino

A la ciudad había llegado un nuevo vecino, alguien desconocido para aquella chica, pero tampoco le importaba, tratando de ser buena persona se acerco y comenzaron a hablar, a los minutos le desinteresó aquella persona pero fingió preocuparse, le ayudo a desempacar, al parecer nadie sabia quien era, su intercambio de palabras fue bastante breve.

—Hola— dijo uno, el otro solo sacudió la cabeza en saludo —¿te ayudo?— ella era lo bastante fuerte como para cargar un cuerpo, aún así, el chico negó con la cabeza, ella cargo una pila grande de libros que traía él, o eso es lo que parecía por fuera, ninguno de los dos era muy hablador.

Cuando acabaron ambos sacudieron la cabeza en despedida, era como si se conocieran de toda la vida, a pesar de eso, nunca se habían visto las caras.

La noche llego rápido, era fin de semana, por lo que ella decidió quedarse en casa, un mal presentimiento le llego a las 2 de la mañana, se despertó, tenia la tv encendida y miro a los lados, por alguna parte alguien la observaba, se sentía así, como cuando acechaba a sus víctimas.

Un escalofrío le dio en el cuerpo al sentir una respiración en su nuca, se estremeció mientras miraba de reojo, un sudor frío le recorría todo su ser, la voz era grave y masculina.

—¡No eres digno!— Una risa sádica y rara sonó en la sala mientras enterraba una Kunai, milagrosamente ella logro esquivarla, corrió a la cocina para sacar de un mueble su cuchillo y su mascara, estaba con un short blanco, al igual que su camiseta sin mangas, pero no le importaba mancharse de sangre, se coloco la máscara y agarro el cuchillo con firmeza.

Sonrió y al llegar su víctima había desaparecido, se aseguro de cerrar toda puerta y ventana, para que su agresor no escapara, inhaló con fuerza y dijo:

—Do you wants to play with me?— y lanzo el cuchillo a la oscuridad, había apagado las luces, todo estaba en completo silencio mientras su captor se daba cuenta de quien era y respiraba agitado.

—¿¡Pesadilla andante!?— era su nombre de asesina, un nombre que le calentaba la sangre y le excitaba, le era placentero matar, le hacía disfrutar la miserable vida.

Con lo que no contaba era con que su víctima sería una rata rastrera, este se arrodilló y quito su mascara mientras suplicaba.

La respiración de ella se entrecortaba, sus iris se dilataron mientras paseaba de manera sensual sus manos por sus muslos hasta su cabello corto y castaño.

El mayor mantenía las manos y la frente en el suelo, pero no pudo no mirarle al ver su sexy movimiento de caderas combinado con el movimiento de sus manos paseándose suave y lentamente por sus muslos, caderas, estómago, pechos, cuello y por ultimo, su cabello.Él estaba obsesionado con ella, tanto que se levanto, con una leve erección en su entrepierna cubierta por sus pantalones, se acerco lentamente a ella, con las ansias de tocarle, ella le miro, fijamente, mientras su iris volvía a su normalidad, un miedo le recorrió la columna vertebral y sabría, muy a ciencia cierta, que tenia posibilidades de morir.