En ese momento se oyeron unos pasos que subían atropelladamente la escalera, y un segundo más tarde cuatro personas ataviadas con túnicas negras irrumpieron por la puerta de la azotea mientras Malfoy se reincorporaba
Harry contempló aterrado a los mortífagos, pero el dolor que sentía al ver a T/N sucumbir en las manos de Tom fue algo que no podía soportar.—Muy bien pequeña sangre sucia ¡Hazlo! —dijo el Bellatrix entrando al lugar.
—No —dijo Tom interfiriendo —Draco lo hará
Malfoy parecía más indeciso que antes. Miraba fijamente a Dumbledore, pero el terror se reflejaba en su cara; el director de Hogwarts, más pálido que nunca, había ido resbalando por el muro casi hasta quedar sentado en el suelo.
—¡Ahora, Draco, rápido!
Pero a Malfoy le temblaba tanto la varita que apenas podía apuntar con ella.
—No —dijo una voz fría, era Snape que había entrado al lugar.
—Severus…
Nada de lo que Harry había visto u oído esa noche lo había asustado tanto como ese sonido. Por primera vez, Dumbledore hablaba con tono suplicante.
Snape no dijo nada, pero avanzó unos pasos y apartó con brusquedad a Malfoy de su camino. Los mortífagos se retiraron sin decir palabra.
Snape, cuyas afiladas facciones denotaban repulsión y odio, le lanzó una mirada al anciano.—Por favor… Severus…
Snape levantó la varita y apuntó directamente a Dumbledore.
—¡Avada Kedavra!
Un rayo de luz verde salió de la punta de la varita y golpeó al director en medio del pecho. Harry soltó un grito de horror que no se oyó, mudo e inmóvil, se vio obligado a ver cómo Dumbledore saltaba por los aires. El anciano se precipitó lentamente, como un gran muñeco de trapo, cayó al otro lado de las almenas y se perdió de vista.
Harry sintió como si él también saltara por los aires. ¡¡Aquello no era real, no podía haber pasado!! Miro a T/N quien tenía una expresión fría y sería como si todo lo que acaba de pasar no le interesaba en lo más mínimo. Esa no era su T/N, ella ya no estaba.
—Fuera de aquí, rápido —ordenó Snape.
Intento agarrar a Malfoy por la nuca, pero T/N se le adelanto y con la varita que le dio Tom lo lanzó por los aires hasta golpear contra la pared y quedar inconsciente.
Bellatrix intento correr hasta el, pero Tom la detuvo.
—Si Draco es lo suficientemente inteligente podrá volver… —dijo T/N con expresión fría, luego con una sonrisa malvada —sino… estamos a mano por lo de mi Padre.
Luego todos salieron del lugar. Cuando desaparecieron por la puerta, Harry se dio cuenta de que ya podía moverse; lo que ahora lo tenía paralizado contra el muro no era la magia, sino el horror y la conmoción. Tiró la capa invisible al suelo en el instante en que el último mortífago, el de rasgos brutales, trasponía la puerta. Miro a Draco y fue hasta él.
—Malfoy despierta… Malfoy!!!
Pero este no reaccionó así que salió de la torre en busca de Snape.
El frío aire nocturno le asaeteó los pulmones, pero siguió tras ellos todo lo deprisa que pudo. A lo lejos vio un destello de luz que dibujó brevemente la silueta de Snape; no supo de dónde provenía aquella luz pero continuó corriendo, pues todavía no estaba lo bastante cerca para lanzar una maldición.
—¡Desmaius! — grito Harry apuntando a Snape
Pero no acertó: el rayo de luz roja pasó rozando la cabeza de Snape, que gritó «¡Corre, Tom!» y se dio la vuelta. Harry y el profesor, separados por unos veinte metros, se miraron y levantaron las varitas a un tiempo.
—¡Cruc…!
Pero Snape rechazó la maldición y lanzó a Harry de espaldas antes de que éste hubiera pronunciado el conjuro. El muchacho volvió a levantarse rápidamente y vio a T/N mirándolo, distinguió un “Te amo” en sus labios antes de tomar la mano de Tom y huir.
—¡Cruc…! —gritó Harry por segunda vez apuntando a la figura que tenía delante, iluminada por las parpadeantes llamas, pero Snape volvió a interceptar el hechizo y lo miró con desdén.
—¿Pretendes echarme una maldición imperdonable, Potter? —gritó elevando la voz por—. No tienes ni el valor ni la habilidad…
—¡Incárc…! —rugió Harry, pero Snape desvió el hechizo con una sacudida casi perezosa del brazo—. ¡Defiéndase! —le gritó Harry—. ¡Defiéndase, cobarde de…!
—¿Me has llamado cobarde, Potter? —chilló Snape—. Tu padre nunca me atacaba si no eran cuatro contra uno. ¿Cómo lo llamarías a él?
—¡Impedi…!
Pero antes de que Harry pudiera terminar el embrujo sintió un dolor atroz que lo hizo caer de rodillas en la hierba, creyó que aquel dolor los mataría. Snape iba a torturarlo hasta la muerte o la locura…
—¡No! —bramó Snape, y el dolor desapareció con la misma rapidez con que había empezado; Harry se quedó hecho un ovillo sobre la hierba, aferrando la varita y jadeando, mientras Snape tronaba—: ¿Has olvidado las órdenes que te dieron? ¡Potter es del Señor Tenebroso! ¡Tenemos que dejarlo! ¡Vete! ¡Largo de aquí!
El muchacho lanzó un inarticulado grito de rabia —en ese instante no le importaba morir—, se puso en pie una vez más, y, tambaleándose y a ciegas, se dirigió hacia Snape, al que odiaba tanto como al propio Voldemort.
—¡Sectum…!
Snape agitó la varita y volvió a repeler la maldición, pero Harry estaba a escasos metros de él y por fin pudo ver con claridad el rostro del profesor: ya no sonreía con desdén ni se burlaba de él, sino que las abrasadoras llamas mostraban unas facciones encolerizadas. Harry intentó concentrarse al máximo y pensó: «¡Levi…!»
—¿Cómo te atreves a utilizar mis propios hechizos contra mí, Potter? ¡Yo los inventé! ¡Yo soy el Príncipe Mestizo! — dijo finalmente y se fue dejándolos tirado en el suelo.
Se levantó con dificultad y miró alrededor en busca de su varita, aturdido pero decidido a reemprender la persecución. Sin embargo, mientras palpaba a tientas entre la hierba comprendió que era demasiado tarde, y en efecto lo era, pues cuando por fin hubo localizado su varita a unos metros de distancia, Snape había logrado desaparecerse fuera de los límites del colegio.
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Sentimientos ocultos (Harry Potter y tu) (Dramione)
FanficT/N es la hija de Sirius Black vive en El centro de cuidado de magos jóvenes que era un servicio de cuidado de niños ubicado en el piso 200 de la sede del Magicongreso Único de la Sociedad Americana en el edificio Woolworth en Nueva York, solo quie...