El sol nuevamente alumbró por completo la aldea. John seguía nervioso luego de lo ocurrido el día anterior. Aún no podía creer que seguía existiendo alguien que le quería hacer daño. Sin embargo, decidió invitar a sus amigos Charls y Mason para pasar un buen rato antes de que llegara la hora de ir a la junta.
–¡Hey, John! –dijo Mason con una sonrisa tallada en su cavidad facial.
–¡Chicos! Qué bueno que llegaron, la verdad creí que se habían arrepentido. Adelante, pasen.
–¿Por qué nos arrepentiríamos, amigo? –preguntó Charls mientras que entraba junto con el ajeno a la vivienda del afrodescendiente.
–Nah, es una broma. Sé que no podían rechazar la invitación. La verdad es que necesitaba un rato con amigos, no pasaba tiempo con nadie luego de la muerte de Emma. Ella fue la última que vino a pasar un rato conmigo.
–Pobre chica. Sinceramente odio a los malditos lobos, están ocasionando mucho daño en Wildwood. –comentó Mason.
–Y no sólo ellos, Mason. También hay un asesino allá afuera. Recuerda que fue quien asesinó al tío de John.
Aquel último comentario hizo que John inclinara su cabeza.
–Lo siento mucho, amigo. De verdad no era mi intención. –prosiguió Charls.
–No pasa nada, yo entiendo perfectamente. –tespondió el afrodescendiente.
–¡Bueno, a lo que vinimos! No quiero hablar de cosas tristes. He comenzado con un jardín donde he sembrado muchos tipos de plantas. Hasta ahora va muy bien, Charls me ha estado ayudando.
–¡Excelente! ¿Qué plantas han sembrado hasta ahora?
–Son muchas las que hemos sembrado, John. Pero entre ellas están: Girasoles, Orquídeas, Belladona, Tulipán, Peonías, Lirio, Rosas y muchas más. –respondió Charls.
–¡Wow! no puedo esperar para verlas. ¿Cuándo me invitan?
Antes de que alguno de los amigos de John respondiera, la puerta de la casa del último sonó. Alguien estaba llamando, así que el propietario se dirigió a abrirla.
–John, buenos días.
–Buenos días, oficial Mary. ¿Qué necesita? –preguntó confundido mientras adentraba sus manos en los bolsillos.
–Hemos encontrado el cuerpo de una persona en una casa cerca de la estación de trenes.
–¡Mierda! ¿Y yo qué tengo que ver ahora en todo ésto?
–Dejaron otra nota, John. –respondió mientras estiraba su mano y le entregaba al joven el pedazo de papel recolectado de la escena.
«𝑵𝒖𝒏𝒄𝒂 𝒔𝒆𝒂𝒔 𝒖𝒏 𝒃𝒐𝒓𝒓𝒂𝒄𝒉𝒐, 𝑱𝒐𝒉𝒏. 𝑵𝒐 𝒔𝒂𝒃𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆́ 𝒑𝒐𝒅𝒓𝒊́𝒂 𝒑𝒂𝒔𝒂𝒓𝒕𝒆»
–¡Odio a este malnacido! Oficial Mary, lo siento mucho pero no tengo idea en este momento de qué pudo haber ocurrido. ¡No sé nada!
Los amigos de John, que se encontraban a pocos metros escuchando la conversación de él junto con la oficial, se mantuvieron silencio hasta cierto punto. Ellos también estaban cansados de que su amigo fuese acosado por las autoridades locales.
–Basta, oficial Mary. John está cansado. Hemos venido para distraer su mente de todo lo malo que ha ocurrido, pero no está bien que vengan a destruir la poca paz que tiene. –dijo Charls dirigiéndose a la profesional.
–Deben ir a la junta, comenzará en menos de una hora. Hay dos personas como sospechosos de ser hombres lobo.
–En unos minutos estaremos allá, oficial.
–Muy bien, John. Al parecer la horca se utilizará por primera vez. Si fuera ustedes no me perdería la dicha de ver a alguien en esa posición.
Luego de hacer aquel comentario, la mujer encargada de entregar la nota a John se retiró del lugar. Por otra parte, el joven buscó su chaqueta y emprendió camino hacia la plaza junto con sus amigos.
–Estas dos personas, habitantes de Wildwood, son sospechosas de ser un hombre lobo. Sí, esos animales que han acabado con tantas personas en esta aldea y entre ellas Emma Walker.
Aquellas palabras fueron dirigidas hacia los aldeanos por parte del sheriff. John alcanzó a oírlas mientras se desplazaba entre la muchedumbre para llegar a la primera fila junto con sus amigos.
–Y ahora mismo, aldeanos, tendremos que matar a uno de ellos para saber si es un hombre lobo.
El discurso era un poco aterrador, el sheriff Jason se estaba cansando de la situación en la aldea y tomó medidas extremas. Sobre las tablas de la horca se encontraban dos personas esposadas: un hombre y una mujer. Uno de ellos, en ese mismo momento, sería a
ejecutado frente a todos.– ¿Cómo sabe usted que ellos son sospechosos? –preguntó Brandon en voz alta.
–Ambas personas se culpan de haberse visto anoche cerca de la estación de trenes tratando de alternar a su forma animal. Pero como ninguno confiesa, tendremos que entrar a votaciones. Yo seré el primero en votar.
El sheriff se acercó y se situó frente al hombre señalado, viéndolo desde el suelo mientras el ajeno continuaba en la horca.
–Quien crea que él debe morir, póngase detrás de mí. Quien crea que debe ser esa mujer, póngase frente a ella. Sigues tú, John.
Luego de aquella orden, John, un poco asustado y confuso, se acercó a la mujer, pero dado a una piedra que se encontraba en el terreno terminó tropesándose, lo que ocasionó que se situara detrás del sheriff.
–Mierda. –susurró John.
Luego continuó la oficial Mary junto con los demás oficiales. Posteriormente Charls, Mason, Brandon, La hechicera –infiltrada entre el gentío–, el médico forense, Mark, Jackson, la mujer con una joya en la frente y una vestimenta inusual, el justiciero y el resto de la aldea. Al pasar los minutos, todos habían votado y el resultado estaba listo.
–Bien, gente de Wildwood, tenemos una decisión. Esta mujer será ejecutada.
Entonces se apartó de la fila y se dirigió hasta una cuerda que se encontraba atada a un árbol de la zona. Con una gran sonrisa observó a la mujer pidiendo ayuda entre el llanto, pero no fue excusa para soltar la cuerda y hacer que las tablas del suelo de la horca se abriesen; provocando el ahorcamiento inmediato de la fémina.

ESTÁS LEYENDO
Aldea Invadida
Mystery / ThrillerWildwood, una aldea ubicada en los rincones de Estados Unidos, ha sido invadida por hombres lobo y un asesino en serie. ¿Podrá John, «el chico torpe», terminar con la maldad? Esta es una historia de fantasía, misterio y drama. Está basada en el jueg...