Una cacería había salido mal, una familia entera se perdió. Dean quedó destrozado, su hermano trató de darle ánimos, pero no funcionó. El mayor se dejó envolver por el rencor, la ira.
Se llevó cuanto licor pudo al cuerpo, Castiel quien estaba preoc...
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Sam se había despertado muy temprano, como era de costumbre. Tomo una ducha, se vistió y salió de su habitación. Aún tenía un poco de sueño, pues se había quedado hasta la media noche esperando a su hermano, pero el cansancio le ganó y se echó a dormir.
Lo primero que hizo al salir de su habitación, fue ir a la alcoba de su hermano. Toco la puerta, pero no recibió respuesta, toco por segunda vez y nada, igual pasó a la tercera. Decidió entonces, abrir la puerta y lo que encontró al pasar fue una cama vacía.
<<Seguro esta donde Cas>> se dijo a si mismo.
Salió de la habitación y se encaminó a la del Ángel, al llegar encontró la puerta semi abierta. Pero al observar desde afuera no vio a su hermano, sino a Bob, que al parecer había pernoctado toda la noche con su padre. La escena se le hizo tierna, pero inmediatamente surgieron preguntas a su cabeza, ¿dónde estaba su hermano?, ¿estará en algún motel?
A continuación se dirigió a la sala, abrió su laptop, fue al rastreador y empezó a buscar el auto de su hermano. Mientras esperaba que la app cargue, escucho como la puerta de la entrada era abierta.
—¿Dean?—dijo poniéndose de pie.
—¡Ey, Sammy! —recibió como respuesta.
El menor suspiro de alivio, su hermano estaba bien, y con buen humor al parecer, pues traía encima una sonrisa.
—¿Dónde has estado, Dean? —pregunto una vez que su hermano bajo las escaleras.
—En ningún lugar, ya sabes—le guiño un ojo.
El alivio que había sentido el castaño, se desvaneció, pues ahora estaba preocupado. Su hermano estaba actuando raro. Vio como dejaba las bolsas en la mesa al igual que las llaves del impala.
—Dean, te esperé hasta tarde.
—¿Por qué? Te dije que no volvería—contestó sacando las compras de la bolsas.
—No, no dijiste eso. Bien claro escuche cuando dijiste que ibas por cerveza, Dean.
—Bueno, si compre la cerveza, pero me la bebí y caí dormido en el auto.
Sam no pregunto más, quería ver las acciones de su hermano, ya que sentía que algo no andaba bien. Cogió la silla y se sentó frente a el. Dean, le hizo entrega de un envase.
—Espero te guste, le dije a la chica que le metiera toda la comida de conejo que te gusta.—El menor no pudo evitar sonreír, este si era su hermano.
—Gracias.
Ambos comieron sus desayunos. Sam, recordó que su sobrino iba a despertar en cualquier momento, así que separo una parte para el.