Una cacería había salido mal, una familia entera se perdió. Dean quedó destrozado, su hermano trató de darle ánimos, pero no funcionó. El mayor se dejó envolver por el rencor, la ira.
Se llevó cuanto licor pudo al cuerpo, Castiel quien estaba preoc...
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En los jardines del cielo, un joven de cabello rizado y color rojizo, caminaba por sus verdes campos; de pronto un sobre llegó a sus manos. Sonrió al ver el remitente, pero cuando se disponía a leer la carta un ángel lo interrumpió.
—Señor, hay mucho papeleo acumulado en su oficina.
—Papá… Sabes que puedes decirme Jace, no es necesaria tanta formalidad.
—Es la costumbre, a mi padre no le decía papá, sino señor.
—No soy Dios, así que por favor no vuelvas a llamarme así ni arrodillarte.
—De acuerdo, se… Jace—se corrigió—. Sin embargo, eso no quita que tengas papeles de firmar.
—Esa es la parte aburrida de ser el substituto del abuelo.
Luego de haber salvado a Castiel de la muerte, todos decidieron celebrar en el búnker. Hasta que Jofiel dijo que debía regresar al cielo, pero informo que con los ángeles caídos en esta lucha dudaba que su hogar celestial volviera a ser el mismo, y eso era peligroso pues las almas no tendrían un lugar eterno en donde descansar; entonces propuso a Castiel y su hijo en ir con él una temporada al cielo.
El ojiazul no le dio una respuesta inmediata, ya que debía hablarle con su pareja, quien de hecho no estaba nada de acuerdo con que el padre de su hijo se fuera, mucho menos su primogénito.
Para sorpresa de todos Jace se ofreció hacer esa labor, el joven sentía que debía hacerlo, además lo vio como una forma de redimirse de lo que hizo. Jofiel lo pensó mucho, pero luego de mirar a Castiel y que este le dijera que está bien termino aceptando la oferta.
—De todas maneras necesitamos un arcángel —esto lo último lo dijo mirando a Gabriel.
—Ni lo pienses, hermanito. No viviré en el cielo, además tengo mi terrón de azúcar que debo cuidar.
—Gabriel, eres el único arcángel que queda.
—No es cierto, aún queda Lu… Pensándolo bien tienes razón, soy el único confiable, pero aún así no iré al cielo con ustedes, sin embargo prometo darme mis vueltas.
—Que hay de ti Balthazar, ¿vienes?
—Sí, no pertenezco a este lugar, además no fui de mucha ayuda en la pelea.
—Esta decidido entonces, Jace será el nuevo emisario del cielo.
Así fue como se convirtió en el nuevo Dios.
Salió del jardín y se dirigió a la oficina dándose cuenta que había muchos archivos que firmar y rellenar, agradecía internamente que su padre celestial estuviera con él.
Sariel llegó una semana después de haber tomado el trono del cielo, el reencuentro de padre e hijo fue hermoso.
Luego de varias horas y dolor de mano por tanto que firmar, el pelirrojo tenía tiempo libre, abrió su cajón y sacó la carta que Bob le había escrito.
El nuevo Dios inicio la lectura.
Querido Jace.
Antes que nada permíteme felicitarte por tu segundo año en el cargo, sabia que harías un gran trabajo.
Bueno, ahora si al chisme, mis padres están feliz con Emma, sobre todo mi papá Dean que no la suelta para nada, cabe decir que su llegada me afectó un poco, pero vi los felices que se veían y los celos se me fueron al conocerla. Su nacimiento se dio en plena cacería, todos tuvimos que dejar al vampiro escolar para ocuparnos de Castiel; por cierto quedas invitado mañana a su primer año.
Otra cosa que debes saber es sobre la boda de Gabriel y mi tío Sam, aunque de eso sabías porque te mande invitaciones para ustedes, pero nunca vinieron. Los nuevos esposos están felices, sin embargo eso no quita el hecho que tío Gabriel y mi papá Dean se sigan llevando mal. Sam me dice que ellos no van a cambiar, pero que esas peleas demuestran el cariño que se tienen.
También quería decirte que me alegra saber que tu madre está a tu lado, al fin podrás disfrutar de una familia, todos aquí en el búnker estamos feliz por ti.
Esperaré con ansias la siguiente carta que me envíes.
Casi se me olvidaba decirte, sabes regreso manchas y Richard, por ahora se quedarán con nosotros una temporada, no puedo estar más feliz por eso.
Eso es todo de mi parte, muy agradecido con tu amistad, hasta luego.
Tu fiel amigo, Bobby Winchester.
Una sonrisa se le formó en el rostro del pelirrojo, le gustaba mucho recibir aquellas cartas de Bob, eso le mantenía informado de lo que pasaba con los cazadores y sus amigos.
Guardo la nota de nuevo en su sobre, cerró el cajón con llave y continuó con su siguiente tarea, había muchas cosas que hacer si deseaba ir aquella fiesta.
Después de todo tanto Jace como Bob merecían ser felices.
