08

138 21 1
                                    

®

-No.

-¡Lee Juyeon dime la verdad!

-No voy a echarle paja a mi mejor amigo.

-Pero soy tu hermana.

-Si, también eres la chica que se lo está ligando, no voy a echarle paja.

-¡Sangyeon oppa!

La castaña subió las escaleras con su ceño fruncido hacia la habitación del mayor de todos, el cual estaba saliendo de su cuarto al oír la fuerte voz de la menor llamarlo.

-¿Qué pasó, Jae?

-Juyeon no me quiere decir si Changmin habló de mi o no.

-Te dije que no.

-Sé que mientes, idiota, tus fosas nasales se abren un poco cuando mientes.

El pelinegro llevó su mano a la nariz cuando la castaña le dijo eso y el castaño que estaba con ellos soltó una estruendosa risa.

-Pequeña, ¿Crees que Juyeon te diría lo que su mejor amigo dice de ti? ¿Cómo te sentirías si él le contara a Changmin que van dos veces que te encierras en el cuarto a gritar por él?

El sonrojo de la más baja no era para nada extraño al oír como su hermano le recordaba esas veces que ha colapsado por la ternura del ladrón de lápices.

-Lo mataría.

-A ese punto quería llegar. -Señala Juyeon- Si digo algo Changmin manda a chucky a jalarme las patas.

-Si su muñeco de Chucky es demasiado lindo.

-Ay señor iluminala o llévatela.

La menor propinó un buen golpe en la nuca de su mellizo que lo hizo quejarse.

-Que está lindo, dije.

-¿El muñeco o el dueño? -Fastidió el mayor de los tres.

-Yaa Sangyeon oppa, no me falle como los otros idiotas.

-y yO QUÉ HICE A PARTE DE EXISTIR!?

Se oyó el grito de su rubio hermano saliendo de su habitación.

-Joderme la existencia.

-Eso es porque te quiero, hermanita.

La castaña rodó los ojos y soltó una pequeña risa al sentir como su mellizo revolvía su cabello y la abrazaba. Si, adoraba a sus tontos hermanos.

©©©

-Uyy, tiene una conquista ¿Oíste eso, Choi? -La pelinegra alzó la voz para que su novio, el cual estaba en la cocina, pudiera oírla.

-¿¡Cómo así, Ji Changmin!?

Los dos que se encontraban en la sala rieron al ver al rubio salir de la cocina con un delantal de peppa pig, que les había regalado la abuela de la chica.

-¿Qué? ¿Tengo cara de payaso?

-Tienes pinta de payaso, bebé.

El rubio la miró entrecerrando sus ojos, pero su mirada se ablandó al ver a su novia reír.

-No escuché el chisme por andar preparando los brownies, ahora me cuentan.

-No es una conquista.

-Le robaba los lápices porque le gustaba.

Soltaron los dos al mismo tiempo y el mayor los miró confundido.

-No los robaba era un préstamo.

-¿No se los pedías?

PENCIL STEALER ── JI CHANGMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora