PENCIL STEALER ── JI CHANGMIN

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El pelirrojo se había acercado a hablar con la muchacha al saber el porqué de todas las ignoradas que le pegaba, pero no contó con que una chica alta de cabellera rubia y de hermosa figura se pegara como garrapata a él.

-¿Y tú quién eres?

-Soy su novia.

-Ah... Fino mana. -La castaña sonrió y se alejó de los dos chicos sin pedir explicación, pues ella no era nada de él y aunque le dolía que el chico que le gusta tuviera novia, y que de paso no se lo hubiera dicho.

-¡Lee Jaemin sálvame!

La castaña volteó y rió al ver que la rubia quería besarlo pero él tomaba las mejillas de ella y las apretaba complemente haciéndole difícil su cometido. Se dió cuenta de las intenciones de la otra cuando vió sus peligrosas manos bajar al pantalón del mayor.

Corrió con rapidez hacia donde estaban y apretó con fuerza la muñeca de la más alta, haciéndola perder fuerza y alejarse adolorida de el pelirrojo.

-Que animal eres.

-Lo dice la que llevaba manos a lugares donde no debe y menos en medio de un club...

-Es mi novio yo tengo-...

-Ni siquiera sé quién eres.

-¡Hanyu deja de asustar a los chicos!

La rubia rió al escuchar a una pelirroja a lo lejos y asintió.

-Solo porque mi linda hermanita lo pide dejo de meterte en problemas, desconocido, cuida a tu jevo es muy lindo. -Se despidió y fue con la pelirroja que tenía facciones parecidas a ella, no parecían coreanas, seguramente serían turistas o tal vez emigrantes.

Los dos chicos se quedaron viendo hacia donde se fue con notoria confusión. Esa tipa tenía problemas, a terapia urgente.

-Dime que estabas celosa. -Soltó el más alto luego de unos segundos de silencio.

-Quería molerla a golpes, pero no estaba celosa.

-Eso es suficiente para mí. -El pelirrojo la abrazó y le dió dos besos sonoros en la mejilla. - Te ves tierna molesta.

-Casi le tranqué la circulación a la chica y dices que me veo tierna.

-Te ves tierna tratando de dejar a alguien inconsciente... -Dijo dudoso y la castaña rió.

-Vas a tener que ir a terapia como la tipa esa.

-Que feo caso, no.

Los dos rieron aún sin separarse del abrazo. El más alto suspiró al recordar el porqué había perseguido a la muchacha y se dispuso a hablar.

-¿Por qué me estabas evitando?

-Sabía que volverías a preguntar. -Susurró junto con una sonrisa. Se separó un poco del pelirrojo y mordió con nerviosismo el interior de su labio inferior.

-Puedes responderme con seguridad, no muerdo... Bueno... Si, no muerdo. -Dijo riendo un poco al final y la castaña sonrió.

-Bueno, seré directa, me pones nerviosa.

-¿Por qué te pongo nerviosa? -Preguntó el pelirrojo ladeando un poco la cabeza; la castaña tomó aire y lo soltó de una sola exhalación.

-Porque me gustas.

Debería aprender a poner amortiguadores antes de soltar sus palabras de golpe.