-Tengo otro Merlín.
James miró hacia arriba mientras Renata sostenía otra de las tarjetas coleccionables que venían empaquetadas con las ranas de chocolate. Como Harry se había acostumbrado a llevar las gafas durante todo el día después de que le prometieran cosquillas, decidieron recompensar aún más su tiempo con la golosina de chocolate. Cuando Renata afirmó que nunca había experimentado una rana de chocolate por sí misma, James las descargó rápidamente en la sala de estar y les exigió que abrieran cada una de ellas. Para deleite de Harry, cada vez que se abría uno de los paquetes, una rana hecha en su mayoría de Croakoa saltaba y él la perseguía por el salón.
Hasta ahora, Renata sólo había abierto unas seis y cuatro de ellas habían sido la carta coleccionable de Merlín que colocó en una pila.
-Sí, acabarás teniendo muchas repeticiones, por desgracia- le dijo James, mientras se sentaba con ella entre las piernas -tienen que empezar a añadir caras nuevas al lote.
-¿Qué hay que hacer para estar en uno de ellos?- le preguntó mientras buscaba otro paquete para abrirlo.
Se encogió un poco de hombros mientras pensaba en ello antes de subirse las gafas que se le habían deslizado antes por la nariz.
-No estoy muy seguro de cuáles son los criterios, pero estoy bastante seguro de que tienes que ser algún brujo o mago de renombre para entrar ahí. Por ejemplo, Albus Dumbledore fue nombrado uno después de derrotar a Gellert Grindelwald, descubriendo doce usos para la sangre de dragón... um...
-...y su trabajo en la alquimia con su compañero, Nicolas Flamel- leyó Renata la tarjeta que tenía en la mano -También dice aquí que le gusta la música y los bolos tenpin.
James dejó escapar una pequeña risa mientras Renata le miraba por encima del hombro -Sí, eso suena bien después de trabajar con él.
-¿Y tú?- preguntó ella mientras se giraba entre sus piernas para quedar completamente de cara a él -¿Están tú y Harry en alguna de las cartas?
A juzgar por la cara que puso James, Renata pudo suponer que la respuesta iba a ser "no". Pero no entendía por qué no tenían una si ese era el caso, después de todo, Harry era El-Niño-que-Vivió, James había luchado en la guerra y descubierto al traidor entre el grupo, llevándolo a la justicia, ¿cómo no era eso un medio o un motivo para tener la cara de uno en una tarjeta de la Rana de Chocolate?
-¿Y tu padre?- continuó Renata -Creó la poción capilar de Sleekeazy, que se utiliza en todo el mundo todavía hoy.
Tenía razón, pero parecía que la respuesta seguía siendo "no", dejando a Renata con una expresión de desconcierto y, de repente, parecía realmente disgustada mientras levantaba algunas de las otras cartas de la colección inicial de Harry.
-Entonces, ¿quieres decirme que le darán una a Beatrix Bloxam que reescribió un libro que hacía vomitar a los niños constantemente y que fue prohibido? ¿Y a un idiota llamado Derwent Shimpling que decidió comerse una tentácula venenosa por una apuesta le dieron una, pero a ti no? ¿A Harry no? ¿Y a tu padre no?