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(POV Jude):

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(POV Jude):

El timbre retumbó en el salón, indicando el término de las clases de ese día, los estudiantes pronto guardando sus cosas y apresurándose en salir de aquel lugar.

Joe y David se acercaron a mi pupitre para esperarme, sin dejar de observar a las dos chicas que aún conversaban en la parte posterior del aula.

—Es extraño —comentó el portero—, como si se conocieran de toda una vida.

—A mi no me agrada esa peculiar amistad —el del parche señaló con recelo—, surgió tan de la nada. Se me hace sospechosa...

Dejé de lado los libros que estaba guardando para mirar a ambas féminas, tratando de divisar algo en su comportamiento que me diera pistas de lo que estaba ocurriendo. A los segundos los verdosos ojos de la rubia dieron con los míos, mostrándome una socarrona sonrisa a la par que se acercaba a nosotros.

—Los esperamos en el campo, capitán —una chispa sarcástica se reflejó en sus pupilas al momento de hablar, haciéndole un ademán a la castaña para que la siguiera.

Maddie nos sonrió tímidamente y, luego de hacer una leve reverencia cuando pasaba a nuestro lado, se retiró tras Lisa.

Mi vista se quedó un momento fija en la puerta, como si con aquella mirada pudiese conseguir toda la información que en estos momentos mi mente imploraba, pero sabiendo que no podría rescatar mucho.

—Demasiado extraño —me pronuncié, sintiendo la mirada de mis dos compañeros sobre mí—. Hay algo detrás de eso, estoy seguro que...

—Aish, con lo esquiva que es Lisa, jamás encontraremos respuestas —David me interrumpió soltando un suspiro—. Si bien es una molestia, creo que sería mejor dejar de lado...

—¿Y dejar que nos destruya? No gracias —Joseph lo interrumpió a él—. Es demasiado peligrosa como para bajar la guardia.

—¿Y si no lo es? Tal vez sea su personalidad que da una mala impr...

—Lo dudo, se nota que su estadía tiene un propósito claro, sobre todo si es una enviada del Comandante —hablé con la inquietud palpitando en mi cuerpo—. Como dijo Joe, no debemos bajar la guardia, menos ahora que se consiguió una aliada.

—¿Pero cómo conseguiremos más información? Hemos hecho todo lo posible para...

—No todo.

Por la sorprendida mirada que ambos me lanzaron, supuse que entendieron a qué me refería.

—¿Estás seguro? ¿Y si...?

—Tranquilo, Joe, tengo todo bajo mi control.

—¿Quieres que...?

—No, David, ustedes vayan con el resto, yo me uno después.

Con una última mirada inquieta, ambos me dejaron solo, sabiendo que era mejor que me obedecieran.

La Chica Misteriosa de la Royal - (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora