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(POV Lise):

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(POV Lise):

—¿Te preguntó por mí? —cuestioné al hombre en el oscuro comedor de su hogar.

La noche ya había caído, la hora de cenar se había adelantado unos minutos debido a la agenda de mi tío, cosa que no me molestaba. Lo que sí, encontraba extraño el que tuviese que salir tan temprano al día siguiente, considerando que justo ahora me estaba comentando que Jude había ido hasta su oficina para preguntar por mis motivos de estar junto a ellos.

—Creo que sospecha —volvió a tomar la palabra— que algo les ocultas.

Eso era algo que ya sabía. Habían sido semanas de sus penetrantes miradas, atento de cualquier cosa que hiciera o fuese a hacer, desconfiando de cada uno de mis movimientos y mostrando su rechazo cada vez que me encontraba cerca.

En cierta forma me parecía injusto, desde el primer día que parece que me odia, sin siquiera darme la oportunidad de mostrar mis verdaderas habilidades, pero por otro lado sabía que ello se debía a la fuerte personalidad de Lisa. Mi álter ego parecía ya haber tomado forma en mi cuerpo de manera definitiva, la Lise debilucha tan solo estaba a merced de lo que Lisa quisiese y esta ya se había hecho famosa en la institución por su soberbia forma de actuar. 

Era en momentos como estos, cuando lo pensaba, en que volvía a ser Lisette, reflexionando sobre cada acción que realizaba, sabiendo que muchas cosas que hacía no estaban del todo bien. Además, la culpa de estar usando el nombre de mi difunta hermana me hacían querer botar todo ese personaje a la basura y mostrar mi verdadero ser. Aunque sabía que jamás podría hacerlo estando en la Royal Academy.

—Tienes que tener cuidado —Ray Dark volvió a hablar tras mi largo silencio—, toma las decisiones con el cuidado necesario.

—Lo sé —agaché la cabeza para observar mi plato, un poco de arroz con lo que parecía ser langosta—. Tan solo que... hay veces que lo dudo...

—¿Dudas? —su frío tono me hizo comprender que no estaba muy a gusto con lo que acababa de decir.

—N-no, tan solo... No me gusta, no me termino de acostumbrar... —solté sin más, evitando la mirada del mayor.

El silencio volvió a reinar, tan solo escuchándose el tictac de uno de los relojes de la sala.

Los nervios comenzaron a subir por mi cuerpo al notar que el silencio se prolongaba, sabiendo que el hombre o estaba pensando en qué decir o estaba furioso con lo que dije, ninguna de las dos opciones gustándome al final por lo que ellas implicarían.

—Pues tendrás que hacerlo —dijo con seriedad, en su tono notándose un poco su disgusto—. ¿Por qué crees que te elegí entre tantas personas?

Era cierto, había sido su elegida por las habilidades que él me enseñó y que gracias a sus esfuerzos pude desarrollar, pero también había otra parte que me decía que yo era uno de los únicos recursos que le quedaban a la mano para manejar de buena forma a su equipo.

La Chica Misteriosa de la Royal - (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora