(POV Lise):
—¿No le ha parecido magnífico, Comandante? —el hombre con el extraño dispositivo en la cabeza habló, en la pantalla de su computadora indicándose un 99,9% de probabilidad de victoria—. Estos son el orgullo de nuestra escuela, los guerreros del fútbol dirigidos por ordenador.
Miré de reojo a mi tío, su expresión no transmitiendo absolutamente nada, por lo que suponía que lo que habíamos presenciado no le había impresionado en lo absoluto.
—Es cierto, no ha estado nada mal, aunque solo se hayan enfrentado a un programa —habló con serenidad.
—¿Acaso no ha reunido a la perfección todos los datos del equipo rival? —su cínica sonrisa no me agradaba—. Nuestros futbolistas ciborg serán capaces de conseguir la victoria contra estos rivales en un partido de verdad.
«Oh, creo que ha cometido un error...»
—¿Cómo una victoria? Derrotar al instituto Raimon no es un partido de fútbol, es aplastar unos insectos —era evidente que el Comandante le iba a hacer notar su disgusto ante aquel juego de palabras, aunque se mantuvo más tranquilo de lo que esperaba.
—Oh, sí es cierto, discúlpeme.
Me encantaba la forma en la que mi pariente conseguía atemorizar con tanta calma, era algo que me dejaba ver a aquel hombre fuerte que no se deja pisotear por nada ni nadie, a veces habiendo querido obtener esa habilidad desde pequeña para protegerme de quienes me molestaban.
Lo admiraba de cierta forma, siempre deseando ser tan imponente como él. Recordaba todas sus lecciones de vida a la perfección, pero me era difícil ponerlas en práctica mientras trataba de mantenerme en el lineamiento de lo que se consideraba correcto según mis padres y mi abuela. Aunque ahora, con mi alter ego de Lisa, he conseguido cosas que jamás creí tendría.
«Algo me gusta de Lisa...»
Mientras ambos adultos seguían su conversación, mi mirada se posó en el chico a mi izquierda. Suponía que se encontraba analizando al equipo que se encontraba en aquel extraño campo, tratando de extraer información que le fuera de utilidad. Se detuvo en un sujeto en particular: el capitán del Instituto Brain, Thomas Feldt.
No había notado que lo observaba con detención, algo que agradecía enormemente al permitirme analizar con claridad sus facciones.
Mis pesadillas del pasado no habían querido dar tregua a lo largo de la semana, despertando de madrugada alterada y tratando de negar lo que a estas alturas parecía innegable: yo seguía sintiendo cierta atracción por Jude Sharp.
Mi cabeza ya había aceptado que el estratega no era una buena opción, el odio y la repulsión que sentía por mí cada vez se acentuaba más con los esquivos y fríos gestos que realizaba al tener que dirigirme la palabra. Por otro lado, mi corazón seguía latiendo con fuerza al recordar aquel pasado en el que fuimos amigos, como tratando de mantener la fe de que algún día todo podía cambiar y podíamos volver a recuperar lo perdido.
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La Chica Misteriosa de la Royal - (Inazuma Eleven)
FanfictionLa Royal Academy necesitaba de alguien como ella, y aquello Ray Dark lo sabía perfectamente al momento de hacerle la propuesta a su querida sobrina. Lisette, al contrario, no sabía el por qué de que su tío quisiera que asistiera a aquella prestigios...