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(POV Lise):

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(POV Lise):

Los comentarios hirientes parecían no cesar, pero cada vez me absorbía más en mi personaje, lo que hacía que esas cosas tan solo fueran... trivialidades.

Sabía que cada vez me iba quedando más y más sola, la desconfianza generalizada provocaba que la gran mayoría de los estudiantes se alejara de mí, cosa que no me molestaba del todo y hasta podría considerarlo una pequeña ayudita, ya que mientras menos personas tuviera cerca, más fácil sería ocultar la verdad.

Lo bueno es que los rumores estúpidos eran ignorados por los profesores, siendo estos los únicos que confiaban en mí al ver mis perfectas calificaciones y mis buenos modales en el salón a pesar de todo.

El timbre que indicaba el término de las clases ya había sonado hace un buen rato, pero aún merodeaba por los pasillos del instituto en un intento de acostumbrarme a aquel sombrío lugar. Me era difícil asimilar tanta oscuridad cuando casi toda mi vida me la había pasado jugando bajo el abrasador calor del sol entre los tupidos árboles y la abundante vegetación que conformaban los alrededores del Instituto Forest. Sin duda que este cambio de ambiente era bastante brusco, pero creía que de a poco iba acostumbrando mi vista.

Terminé el recorrido al llegar al despacho de mi tío, avisándole que ya me devolvía a casa. Ese día no había entrenamiento de tarde, por lo que tenía su autorización para devolverme más temprano. Con un leve asentimiento, el hombre me dejó libre, pudiendo así disfrutar del sol y la brisa de aquella hermosa tarde al salir de aquella especie de prisión que era el edificio de la Royal Academy.

Iba decidida a pasar por la ribera del río en mi camino al pequeño departamento que tenía mi pariente, queriendo disfrutar un poco de lo que quedaba de día, pero dos personas captaron mi atención en la salida.

El chico de gafas le hizo una pequeña seña al del parche para que lo siguiera, emprendiendo un rumbo desconocido al que yo asumía era el camino a sus hogares. Sus miradas decididas y su altanero paso me daban señales de que no se dirigían a un lugar cualquiera, lo que producía cierta curiosidad en mí.

Me tomó segundos tomar la decisión que me haría seguirlos por las calles de la estrepitosa ciudad, sabiendo de antemano que me estaba metiendo en algo que no me incumbía. Pero las ganas de querer saber qué era lo que iban a hacer se alzaban con mayor fuerza en mi interior que la idea de posibles represalias ante mi actuar.

«¿Quién sabe? Tal vez logre descubrir algo interesante...»

Mientras más cerca parecíamos estar del destino final, más podía intuir el por qué de que ambos chicos estuvieran caminando por esta zona, ya todo quedando más que claro al ver sobre mí el emblema de rayo que caracterizaba al Instituto Raimon. Era evidente que Jude y David venían a analizar el partido que jugaría el Raimon contra el Occult.

Aquel partido había sido un tema bastante tocado en los entrenamientos, pero siempre los chicos habían dejado en claro que no valía la pena asistir a un juego de aquellos "débiles novatos". Si ambos jugadores estaban aquí ahora significaba que, a pesar de la basura que le tiraban al Raimon, había algo que les llamaba la atención del equipo.

La Chica Misteriosa de la Royal - (Inazuma Eleven)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora