Bakugo se removió helado, buscando a ciegas algo con lo que cubrirse, aunque el sueño se volatilizó cuando al abrir ligeramente los ojos se encontró cara a cara con Eijiro, quien estaba profundamente dormido enrollado en una montaña de mantas.
Sobrecogido y sin querer todavía hacer memoria de la noche, se levantó saliendo de la habitación lo mas sigiloso que pudo.
- "¿Lo prometes?", por el amor de Dios Katsuki solo tenías un maldito trabajo que hacer, tan solo tenías que guardar tu mierda para tí mismo y convertirte en el número uno. - rememorando lo ocurrido se reñía a si mismo delante del espejo.
Su destino fueron los baños, parecía ser muy temprano como para que alguien lo molestara allí, pero claro últimamente todo le salía del revés.
- Bu-buenos días Kacchan, ¿qué haces despierto tan temprano? - la voz de Midoriya procedía de la puerta de uno de los cubículos, cualquiera hubiera tenido que contener la risa al ver al peligroso Bakugo con ese rostro adormilado y un pijama mucho más grande de su talla hablarle así al espejo, sin embargo, el peliverde parecía nervioso.
- ¿Pero qué? Deku, no es tu asun... - a mitad de frase levantó una ceja curioso y a través del reflejo miraba la escena detrás de él.
Midoriya estaba sonrojado con su camiseta del revés y apenas le sostenía la mirada, y no solo eso si no que Todoroki se encontraba a su lado con su cabello visiblemente despeinado y abrochándose con una lentitud casi burlesca su camisa negra.
El ojirojo sopesaba la situación en completo silencio mientras su rostro se contraía en una mueca furiosa.
- ¿Qué mierdas significa esto Deku, a caso estas con mitad y mitad? - con tono que sonaba casi fratenal, alejado de su común agresividad. Aunque no dijo nada, no pasó por alto la expresión de tristeza que puso Izuku con la pregunta.
- ¿Cómo era eso que decías antes? Ah sí, no es tu asunto Bakugo. - Por primera vez, Shoto intervino,esquivo ante el tema y visiblemente molesto, sin darle tiempo de reacción a ninguno arrastró al peliverde hacia la salida.
Bakugo gruñó mirando aún el lugar donde hacía unos segundos estaban sus compañeros, miles de preguntas lo saturaron y llegó a la misma conclusión de siempre. "No te mereces una respuesta, y menos de Midoriya."
La rabia e impotencia de romper todo lo bueno que se le brindaba era abrumadora, tan solo en momentos de completa soledad era capaz de dejar a un lado su lado más narcisista y darse cuenta de que su actitud lo haría perderlo todo, pero a la hora de la verdad temperamento y carácter superaban con creces toda lógica en su ser.
- Ojalá poder merecer tu amistad, ojalá poder saber por qué esa cara de tristeza con mi pregunta, siento ser tan idiota pequeño Deku. - los recuerdos no tardaron en llegar, y por su joven mente pasaron todos los momentos vividos con el chico.
Aún así, no permitiría ningún acercamiento de su débil corazón a nadie más.
{...}
Kirishima abrió los ojos de golpe, asustado al ver que le era totalmente imposible moverse, se tranquilizó un poco al ver que como de costumbre era él atrapandose entre sus propias sábanas. Aunque la calma no le duró demasiado.
—¡Mierda, Bakugo! ¿dónde se habrá metido? No tengo ni idea de qué hacer con él, estoy tan confuso.- miraba al techo llevando la mano a su garganta tal y como el rubio lo había hecho anoche. - Todavía me duele como nos tratamos en aquella discusión, hay veces que su comportamiento me supera, pero él parecía realmente mal y anoche ni siquiera parecía ser él mismo, aunque quién sabe como es Bakugo, desde lo de la Liga de Villanos ha cambiado tantas veces...
El pelirrojo divagó durante horas, repasando en su memoria todo lo acontecido, para última hora de la tarde las lágrimas simplemente dejaron de salir y decidió hacer a un lado sus diferencias, Bakugo era más importante que eso. Aunque sabía a la perfección que iba a ser una ardua tarea.
{...}
Tres toques dubitativos despertaron al rubio que se preguntaba quien había sido tan idiota como para tocar su puerta y pensar que iba a salir ileso. En medio de un bostezo y con la camiseta a medio poner abrió la puerta.
Oh, Kirishima. Maravilloso
En efecto el pelirrojo estaba frente a él, tratando con disimulo de evitar mirar a su compañero. - Esto... creo que deberíamos hablar sobre lo que pasó anoche, realmente me preocupas Bakugo. - jugaba con sus dedos y había olvidado mantener su firmeza "masculina", no sabía como podría reaccionar.
- ¿Qué sucedió anoche? Después de ver un rato la película en la sala común cada uno se fue a su dormitorio, no pasó nada.- claro y conciso, no mostraría su debilidad otra vez. - Todo entre nosotros está bastante claro, cada uno tiene su propio camino.
Eijiro tragó grueso, guardándose todo lo que esas gélidas palabras habían causado en él sabiendo que esto era lo correcto. Katsuki mentía descaradamente, ambos lo sabían, pero aquella idea de debilidad y rebeldía se había incrustado en su pecho a fuego, necesitaba probarse a sí mismo y a su madre que era capaz de hacer las cosas bien por su cuenta. Sus miradas conectaban, casi era palpable la tensión, el pelirrojo no podía sacare de su mente los gritos desconsolados de su compañero, aquellos ojos hinchados, su respiración acelerada por el miedo.
El silencio no era incómodo, puesto que ninguno parecía estar haciendole caso a la otra persona en frente, a pesar de estar mirandose a los ojos cada uno se perdía en sus emociones. El primero en reaccionar fue Katsuki, quien trató de cerrarle la puerta en la cara, sin embargo, el endurecido brazo de Eijiro lo impidió.
—No, me niego a seguir así Bakugo, se que me necesitas, se que necesitas ayuda.- sostenía la perilla de la puerta con firmeza y sonaba serio como nunca nadie lo había escuchado - no voy a perderte por segunda vez, Bakugo.
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Gélido [Reescrita]
FanfictionPerdido en una bruma de angustia y oscuridad, sin saber a quien más acudir, lo encontró a él. Tw: Temas sensibles. Disclaimer: Los personajes pertenecen al anime Boku no Hero, y puede que en este fanfic se salgan de sus personalidades habituales.