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Katsuki Bakugo a pesar ser reconocido por su carácter visceral, en ese momento se permitió reblandecer la coraza decepcionado ante lo que veía en el espejo. Pudo sentir lo áspero de sus manos cuando comenzó a trazar un camino sobre su rostro, se encontraba en un estado deplorable pero aún así se esforzaba por esconderlo.

Su primer año en la academia fue duro, desde incluso antes de empezar ya era reconocido por todos y la cosa no hizo más que empeorar a nivel público. Era incapaz o simplemente no quería esconder su forma de ser, eso lo había llevado a incontables problemas. No todo había sido malo, descubrió a un montón de personas increíbles y también lo descubrió a él.

Una casi imperceptible sonrisa apareció en sus labios al recordar las incontables ocasiones en las que ese pelirrojo había derribado sus muros de hierro. Tan pronto como llegó, la alegría se fue. Tras el secuestro de la Liga de Villanos volvía a ser el de siempre, incluso más hermético y agresivo, nadie nunca supo que sucedió a pesar de que lo intentaron por todos los medios para Katsuki simplemente era demasiado.

Esto le costó todo sus amistad con Eijiro, las nuevas relaciones con sus compañeros, su propia razón de ser y es que las palabras de Mitsuki Bakugo tras su rescate estaban grabadas con fuego en su mente fuiste débil, causaste demasiadas molestias.

Los recuerdos le abrumaban, era capaz de sentir como estos se manifestaban en forma de manos que apretaban su cuello ahogándolo.

"Jamás serás un héroe"

"All Might está arruinado por tu culpa"

"Mereces todo aquello que te hicieron"

"Débil"

Sin saber como salir de ese repentino infierno golpeó la pared a su lado, con fuerza, deseando que el dolor le hiciera conectar con la realidad o al menos le dejase respirar. Cada día que pasaba estaba perdiendo un poco más la cordura.

Con el rostro aún pálido y las manos sudorosas salió de su dormitorio en busca de una nueva distracción, por suerte o por desgracia tan solo encontró a Midoriya con su incesante murmurar sobre uno de los sillones de la sala común.

- ¡Kacchan! No esperaba que bajases, ven quiero enseñarte algunos apuntes nuevos. - Deku quien había estado absorto en su cuaderno reparó en su presencia e ilusionado lo invitó a enseñarle sus nuevos descubrimientos - Verás, he recopilado bastante información sobre el director Nezu, su quirk me parece ... ¿Kacchan te encuentras bien?

Lo observó detenidamente de arriba abajo con el ceño fruncido, definitivamente algo no iba bien con el rubio y sus sospechas se confirmaron cuando este sin rechistar se sentó a su lado fingiendo curiosidad por sus nuevos descubrimientos.

- Estoy perfectamente, Deku. Cuéntame ¿Qué es todo eso de lo que querías hablarme? - su voz sonaba estrangulada y temblorosa, el peliverde estaba completamente desorientado.

Era cierto que limaron algunas asperezas pero jamás retomaron la confianza habida por lo que tanteaba a ciegas el comportamiento de Katsuki temiendo que en cualquier momento volviera a su agresividad diaria.

-Kacchan... no quiero ofenderte, pero realmente tienes mal aspecto y si necesitas ayuda puedes contar conmigo ¿vale? - rascó su nuca creando en su mente diversas respuestas del rubio.

-Deku, aléjate de mis asuntos.- ahí estaba otra vez su comportamiento habitual, sabía que Izuku lo escucharía encantado, pero no se permitiría ser débil otra vez.

Antes de que el ambiente se tornara hostil la profunda voz de Tokoyami llenó la sala común, detrás de él llegaron la mayoría de sus compañeros. Bakugo suspiró recordando que comenzarían las estúpidas actividades para "conocerse más". Mina se acercó a la pantalla con una sonrisa deslumbrante, era el momento de poner su película favorita Gokseong una algo antigua pero que la mantenía siempre aterrorizada.

-¡Oh dios Sero! Amo esta película, creo haberla visto unas 40 veces es más podría decir todos los diálogos, ¡gracias, gracias, gracias! - corrió al lado del chico que estaba sentado en el suelo todos aguantaron la risa al verlo completamente sonrojado, era tan evidente. Lo que ella no sabía es que después de descubrir su gusto pasó días intentando sacarle información a Kendo y juraba que fue el trabajo más difícil de su vida.

Sobre el reposabrazos de otro de los sofás estaba Kirishima, observando disimuladamente a todos la película había comenzado pero no le interesaba en lo más mínimo "sería muy poco varonil asustarse frente a todos" pensaba.

Su corazón se encogió de felicidad al ver a sus amigos Sero y Mina miraban la pantalla con medio rostro cubierto detrás de una manta, por otro lado, no tenía ni idea de qué habría estado haciendo Kaminari desde que se despidieron pero ahora Jiro tenía su cabeza en el regazo mientras espantaba el miedo haciéndole pequeños peinados.

Entusiasmado continuó con su escaneo hasta que lo vio a él junto a Midoriya, estaba totalmente distraído mirando a algún punto fijo en la habitación, Eijiro cogió aire y cerró los ojos escuchando en su cabeza los gritos de aquel día.

-¡NADIE OS PIDIÓ QUE ME SALVARAIS, AHORA ESTARÉIS EN MALDITOS PROBLEMAS POR ESA ESTUPIDEZ, TENDRÍAIS QUE HABERME DEJADO ALLÍ! - aquellos ojos rojos se clavaban en los suyos como puñales, ni con su quirk esas palabras se le habrían hecho más fáciles de llevar, Bakugo hablaba como si no le importase su amistad, como si no se preocupara de sí mismo y le estaba empezando a superar la situación.

Entre esos recuerdos supo que la noche se había arruinado para él, decidió salir a tomar el aire a un lugar que no solía frecuentar, la terraza. Pasó varias horas allí arriba, sintiendo la brisa sobre su piel, pero cuando apoyó su cuerpo sobre aquel muro pudo sentir un escalofrío recorrer su cuerpo dándose cuenta de la gran altura que lo separaba del suelo, guiado por la mala sensación se separó y justo antes de girarse escuchó la puerta abriéndose.

– Oh, eh Kirishima...- dijo con aquella voz rasposa que lo caracterizaba.

Gélido [Reescrita]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora