Motivos

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Caminaba hasta sus subordinados a paso firme. La suela de sus pulcras botas aplastaba el césped semi seco por la temporada invernal que se aproximaba. Se miraba sereno e indiferente, pero quien supiera observar notaria que en su interior había un remolino.

- Capitán – llamo una joven dulce – permítame ayudarle. - Bajo hasta sus piernas y con habilidad acomodo el arnés que cubría la mayor parte del cuerpo.

- Petra ...

- Por favor – siguió por revisar la caja de control y el pistón.

Levi miraba con concentración la dedicación de aquella chica, Petra estaba cumpliendo aquellas palabras que le dijo a su padre < Me dedicare en cuerpo y alma al capitán > Al recordar aquello, Prefirió mantenerse al margen y dejar que ella terminara con su noble labor. Cuando Petra se percató de que la unidad de gas estaba llena volvió arriba y mirándole a los ojos le dedico una hermosa sonrisa.

- No me sonrías así – regaño Levi

- Se acostumbrará capitán – inocente decía.

Bajo la sombra de un árbol que comenzaba a secarse, se encontraba una sonriente Mikasa, quien se encargaba del EDM3D de Eren, que no paraba de quejarse del sol.

- Hubiera preferido trabajo comunitario – con irritación comentaba.

- Si, hubiera sido bueno, pero debemos seguir entrenando. ¿No te parece preocupante que la zona este tan tranquila? – ajustaba el arnés por la espalda.

- Bueno, imagino que Reiner y los otros están haciendo un gran trabajo. En 2 semanas lo sabremos, cuando nos toque hacer el cambio. - Además, no estaremos mucho tiempo aquí.

- ¿Estas nervioso por adentrarte a la zona? – el tono de su voz mostraba preocupación.

- Todo me preocupa desde que mi cuerpo se deformo frente a ti y Armin.

- Siempre voy a protegerte – palmo con delicadeza su pecho. - Estoy contigo.

- Lo sé, debes hacer lo que te corresponde, de lo contrario todo saldra mal.

Mikasa estaba acostumbrada a lo poco expresivo que era su novio, sin embargo, el frio de sus palabras cada vez le helaba más el corazón. Le dedico una media sonrisa ignorando a su interior que esperaba un "Yo también te protegeré" como respuesta.

Al terminar de colocarle las cuchillas y de verificar cada detalle de su equipo, le paso las partes de su equipo  para que le ayudara a prepararlo.

- ¿Por qué me lo das? – extrañado ante aquel acto le interrogo.

- Yo... - iba a explicarle las intenciones de su acción, hasta que una ajena conversación la distrajo.

"Permíteme ayudarte" – Fueron las palabras exactas que no solo llamaron la atención de sus oídos, sino de su vista.

El capitán se encontraba arrodillado frente a Petra que mostraba en su rostro una sensación de éxtasis y superioridad. Miró al capitán revisar incluso hasta el último detalle del calzado y lo envidio.

¿Estas cómoda con esto? ¿No estoy siendo brusco contigo? – Ante aquellas frases poco peculiares, se dio cuenta de que los rumores que se decían del capitán eran totalmente ciertos. Muchas veces escucho decir a varias chicas del escuadrón y de otros, que el capitán podía llegar a asustar, que podía llegar a soltar palabras sucias y ser un monstro cuando se lo proponía, pero que con las mujeres el capitán era un ser lleno de amabilidad y caballerosidad. Un hombre en toda la extensión de la palabra. Había visto a varias chicas declararse ante él y ser rechazadas de una manera incluso aceptable. También había sido testigo de la mirada pecaminosa que muchas le dedicaban al verlo entrenar, sobre todo al principio de la mañana, que era cuando andaba por el campo sin prenda alguna en la parte superior.

En brazos del capitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora