𝕮𝖆𝖕𝖎́𝖙𝖚𝖑𝖔 ճ

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La presión que hizo en mis labios con los suyos me hizo jadear de puro placer. Nuestro beso era tan obsceno y desmedido que sentía mi intimidad humedecerse. Sus mano viajó a mi muslo desnudo acariciándolo mientras estábamos en la cama, él encima de mí y tomando el control de la situación.

Mis piernas estaban abiertas con el en medio, nuestros labios apenas podían sincronizarse por la intensidad que había en el beso. Solté un gemido en su boca cuando apretó su mano en mi muslo mandando descargas en mi parte baja. La idea de que me follara en esos momentos me nubló por completo y me encantó. Sus labios abandonaron los mios pasando a mi barbilla y chupándola.

El calor que tenía en mi cuerpo me estaba haciendo sudar sin control, queriendo más de sus toques, sentí su erección pegada a mi sexo, solté un gemido de pura satisfacción y los sentidos se me alborotaron.

Sus besos húmedos descendieron a mi cuello, erizando mi piel de sobremanera, de la sobreexcitación que se estaba prolongando en mi parte baja, no pude evitar friccionar mi intimidad con la suya, lo sentí gemir ronco y me mojé más con ello. Cerré mis ojos excitada.

Su lengua viajaba en la piel de mi cuello, solté otro gemido agudo. Me comenzaba a poner inquieta, deseando por más de lo que podía darme, quería llevar mi mano a mi sexo para prologar el ardor que tenía en ese lugar, justo cuando sintió mi mano querer ir más abajo, me lo impidió, jadeé frustrada porque estaba al punto de explotar.

—Tranquila Yeong —me miró a los ojos cuando abandonó mi cuello. Él placer se vio tan reflejado en sus orbes que me sentí en el puto infierno queriendo quemarme a su lado.

Tanto mi respiración como la suya no tenían control alguno, subiendo y bajando a una velocidad desmedida.

—Casi me haces correrme cuando bailabas con la chica —suspiré al sentid su mano encima de mi seno derecho aún obstaculizando el contacto directo la ropa.

Bajó al elástico de la blusa que traía y no perdió tiempo en subirla, le permití quitármela por la cabeza y la tiró en algún lugar de la habitación. No pensaba con coherencia en unos momentos como estos, solo pensaba en la idea de que Jeon Jungkook me cogiera de una buena vez. Su rostro bajó, hizo un camino con su lengua por mi pecho hasta llegar a mi seno derecho, estaba expuesta para él, solo para él y nadie más. Gemí y rocé aún más mi sexo con el suyo, que estaba al punto de explotar en su pantalón.

—Joder...Yeong —lamí mis comisuras cuando su lengua hizo círculos en mi aureola, secandome la garganta de momento.

Jaló con sus dientes mi pezón para luego ensalivar todo lo que pudo de mi seno erecto.  Paso al izquierdo repitiendo la acción, llevándome al mismísimo paraíso con sus lamidas en mis pechos. Descendió por mi vientre, arqueé la espalda cohibida. Llevó sus manos a la cremallera de la falda haciéndola ceder y soltándola. Me quitó la falda dejándola donde mismo dejó mi blusa antes. Sentí su boca en mi vientre bajo sintiendo un frío que me hizo soltar un gemido.

Su boca estaba a centímetros de mi sexo, y mi respiración iba en ascenso mientras se acercaba al lugar indicado y al que yo quería que llegara ya. Su mano subió de mi muslo a la parte interna, el calor de sus dedos me hizo me hizo abrir la boca en busca de más óxido para mis pulmones.

—Mierda, estás... Estás tan mojada —sus palabras tan sucias me hacían ver estrellas y no era juego lo que decía, estaba empapada y todo provocado por él.

Hizo presión con sus dedos en el centro, arqueé la espalda inevitablemente. Sus dientes agarraron el borde de mi braga y fue bajándola. Trague saliva justo cuando la prenda pequeña estuvo fuera de mi cuerpo y quedé completamente desnuda ante sus ojos. Él se enfocó solamente de mi intimidad, palpitante y deseosa por lo que él pudiera hacerle, además de mojada. Su rostro se acercó a ella, sentí su respiración caliente y el pulso se me disparó. Mojé mis labios cuando un gemido ahogado cubrió toda la habitación.

—Mirame Yeong, quiero que me observes mientras te como esta delicia —sus palabras e hacían lubricar aún más. Yo, con todo el esfuerzo del mundo lo miré, clavando sus ojos en los mios cuchillandome y diciéndome lo que ya yo sabía que quería.

Sin apartar su mirada de la mía, sacó su lengua y me tense ante la primera lamida que me llevó del otro lado del universo. El ambiente se había vuelto tan caliente y excitante que me correría en menos de lo pensado.

—Más... Jung...Kook —artículé apenas, arrastrándome a su infierno.

Él sonrió y se hundió en mis pliegues con aquella lengua que hacía maravillas. Abrió paso con ella, pasándola de arriba hacia bajo probando y quitando rastro de todo mi lubricante natural que parecía no acabarse nunca. Mis uñas se enterraron con fuerza en las sábanas y sentí que se me doblaban de la fuerza que le estaba implementando. Quería cerrar los ojos, pero el simple hecho de solo ver a Jungkook hacerme sexo oral no me lo permitía. Mis gemidos se hicieron constante cuando encontró mi oyito y comenzó a simular embestidas con su lengua, podía creer que iba a despertar a los vecinos de al lado, y lo más seguro era que Jimin, si estaba en su apartamento, me escuchara gritar como perra en celo, como si me estuvieran matando pero de placer.

Jeon Jungkook sabía trabajar muy bien con su lengua, y repetiría aquello las veces que fuera si era por sentirme así de bien como en estos momentos.

Mis piernas se querían cerrar cuando dos de sus dedos me embistieron de una manera brutal y comenzó a penetrarme con ellos mientras le daba vueltas a mi clítoris con su deliciosa lengua. Los espasmos en mi cuerpo se hicieron presentes, dando la señal de que estaba cerca. Lloriquié ante la sensación tan intensa, aquel orgasmo iba a ser más fuerte que todos los que había tenido.

Cogió entre sus dientes mi hinchado clítoris y grité, mi vientre se contraído y yo arquee la espada. Volvió a repetir la acción y sus dedos quedaron envueltos en mi líquido. Suspiré agotado, el sudor me corría por el cuello y la frente y no podía estar más satisfecha entonces.

Sacó sus dedos de mi interior y volvió a mí, dio un pequeño beso en mis comisuras para luego meter sus dedos en mi boca, sus orbes me incitaron a que probara de mí en sus dedos y yo no perdí tiempo. Pasé toda mi lengua al rededor de sus largos dedos. Sonreía satisfecho y para mí no había más satisfacción que verlo a él igual. Jungkook se estaba volviendo más que un polvo desde ese instante.

 Jungkook se estaba volviendo más que un polvo desde ese instante

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Lo siento por mi tardanza, pero estoy trabajando con una nueva historia +18 para ustedes.

L@s sarangheo

Frígida › jjk ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora