Quédate Dónde Estás

Capítulo 11

Y aunque no era la primera vez que sentía que caía en picada desde un acantilado esta vez se sentía más fuerte, a veces sentía que exageraba un poco con eso de no querer demostrar amor por la pérdida de mi madre, pero a la vez cuando le demostraba amor a alguien, esa persona se aleja de una u otra forma, me sentía solo e inutil, sin posibilidades de amar o de poder hacer algo más que quejarme de la vida por todo lo que me ha quitado.
Al despertarme, decidí que hablaría con Chloe, así que la llamé por teléfono e insistí que viniera a verme.
Compré helado y una caja de bombones para disculparme, aunque no era mucho sentí que eso podria dar el mensaje de "Lo siento, fuí un idiota".
1 hora después de la llama oí el timbre, baje las escaleras y abrí la puerta.

-Hola Chloe- dije y sonreí.

-Hola Christopher- respondió Chloe levantando la mano -¿Me dejarás pasar o quieres que hablemos aquí en la puerta?- preguntó con un tono sarcástico.

-Oh, si, lo siento- respondí.

Chloe entró, seguidamente le dije que subiera la escalera y vaya a mi cuarto, tome el regalo que había comprado y me dirigí a mi cuarto.

-Entonces ¿Que quieres Christopher?- preguntó.

-A tí, Chloe- respondí -Te quiero a tí, siempre te quise, desde ese momento en que te vi entrar a la clase, y se ha convertido en una tortura intentar escapar de lo que siento, porque todo esto es más fuerte que cualquier otra cosa que haya pasado en mi vida- dije con una voz temblorosa.

Chloe vino corriendo hacia mi y comenzó a besarme, le seguí el juego y empecé a besar su cuello.

-Yo también siento muchas cosas por tí- dijo Chloe mientras levantaba mi camisa-.

Seguí besandola mientras que le desprendí el sostén y le dije -No sabes cuanto esperé por esto, por volver a sentirte cerca-.

-Podríamos continuar esto...pero no me gustaría que el helado que está arriba de la mesa se derritiera- dijo Chloe y sonrío.

Nos acostamos en la cama y no podía dejar de mirarla, sentía que todo se estaba ordenando, otra vez, tome una cucharada de helado y le pregunté -Entonces ¿Estamos bien?-.

-Solo si tu quieres que estemos bien- respondió y sonrío.