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Desperté asustado luego de escuchar la alarma sonar y ver que eran las 2 de la tarde...hasta que recordé que hoy mis clases se habían cancelado. No debí jugar videojuegos hasta tan tarde.
De todas formas, sabía que Zhan saldría de clases a las 4, como todos los jueves. Aunque no estoy precisamente orgulloso en la forma en la que pude saber sus horarios y a que universidad asistía.
-infiltrarme en ese lugar de noche caminando despacio entre los puntos ciegos de las cámaras de seguridad no fue exactamente algo divertido- Pensé.
Me destapé sintiendo el frío correr desde la punta de mis pies hasta mi cabeza, y rápidamente me coloqué unos jeans negros y una camisa básica que había dejado sobre una silla en mi habitación. Me coloqué mis zapatos y bajé rápidamente las escaleras, para tomar mis llaves y salir rápidamente.
-Buenas tardes joven, que flor llevará hoy?- preguntó la señora del vivero que estaba a unas 10 cuadras de mi casa.
-Creo que llevaré un tallo de lavanda- Respondí observando el intenso color violeta que destacaba entre las demás flores de colores parecidos.
-La chica que reciba cada flor diferente que usted le da, debe ser muy afortunada, cada día que vienes, te veo cada vez más enamorado.-Dijo la señora con una dulce sonrisa mientras cortaba cuidadosamente el tallo, para envolverlo en un lindo papel.
No pude evitar hacer una mueca rara al escuchar lo que había dicho anteriormente.
-O chico...en fin, espero que ese joven y tu estén juntos mucho tiempo- Me dirijió una pequeña risa a modo de disculpa por su equivocación.
-Lo haré, seguiré viniendo a comprar sus flores por mucho tiempo más, por mientras tanto, usted asegúrese de mantener todas sus plantas fuertes para poder entregarle lo mejor- Aclaré luego de darle el dinero correspondiente, para luego saludarla y salir por la pequeña puerta de cristal a mis espaldas.
...
Dieron las 3 en punto. Yo había regresado a casa a comer algo así como un desayuno y almuerzo a la vez, ya que no sabía exáctamente que comer a esa hora.
Aún tenía tiempo para ir tranquilo a la biblioteca, colocar la flor y volver. Así que limpie y ordené lo que había comido, y salí otra vez, con la pequeña planta en mi bolsillo intentando no romperla.
